Cultura y Espectáculos

Rodríguez: “El mundo Flavio Mendoza me enriqueció mucho como artista”


 En LA OPINION Rodríguez giró con Stravaganza - Water In Art on Tour (LA OPINION)

'' En LA OPINION. Rodríguez giró con Stravaganza - Water In Art on Tour. (LA OPINION)

El bailarín y coreógrafo pergaminense integra la exitosa compañía “Stravaganza”. Formado con “Mechi” Porcel, el artista trabajó en afamadas tanguerías porteñas y recorrió gran parte del mundo integrando importantes elencos. “Llego de cada gira, ya sea del exterior o del interior del país, y me gusta reencontrarme con el Obelisco y todo el lío”, contó a LA OPINION.

DE LA REDACCION. Si de algo nos podemos enorgullecer los pergaminenses es del nivel de bailarines con los que contamos, verdaderos profesionales de la danza que brillan en la Ciudad de Buenos Aires y han recorrido gran parte del mundo en importantes compañías.

El semillero es inagotable y sigue dando sus frutos: las hermanas Candelaria y Paulina Torres, Gonzalo Rivero, Ricardo Astrada, Nelson Celis y Yanina Fajar, Mauricio Celis e Inés Cuesta, las hermanas Jésica y Valeria Cejas, son algunos de los que se destacaron en esta manifestación artística, y en varios de ellos mucho tuvo que ver la formación adquirida con la profesora “Mechi” Porcel.

“Me formé con la única y monumental Mercedes Porcel de Moroni –señaló Fernando Andrés Rodríguez en diálogo con LA OPINION-. Al menos en mi vida ha sido tremendamente importante. Una segunda madre en lo artístico y en la vida misma. Me pasaba más días en ‘La Vidalita’ o el Cuerpo Municipal que dentro de mi casa. Las broncas de mi padre a veces venían por eso. Me decía: ‘Te la pasás más bailando que acá en tu casa’. 

“Bailé hasta los 18 años cuando me recibí de profesor del instituto de ‘Mechi’”. 

Su crecimiento artístico siguió primero en Buenos Aires y después en Rosario, para finalmente radicarse en la Capital Federal. “Me fui a Buenos Aires. Volví y me fui a Rosario donde estuve bailando y dando clases. Me volví a Buenos Aires y ya no paré de trabajar” contó.

“Trabajé seis meses en ‘La Esquina de Carlos Gardel’. Después me fui de gira con la compañía Tango Pasión. De los 12 meses del año 10 estaba afuera. Así conocí el mundo, gracias a Dios. Fue fantástico. Después renuncié a Tango Pasión y me metí en Tango Seducción, estuve en Tanguera. Los trabajos del bailarín de tango se ‘mechan’ con las giras. Son tres meses de gira y dos meses y medio de trabajo en un local. Por suerte he trabajado en todas las casas: Viejo Almacén, La Ventana, Michelángelo, La Esquina de Carlos Gardel, Rojo Tango en Hotel Faena, Metro, Tango Porteño, Piazzolla Tango. Así hasta que entré hace más de tres años a trabajar con Flavio (Mendoza). Ahora decidí quedarme más en Buenos Aires porque, confieso, soy muy miedoso a los vuelos, así que todos estos años me ha costado muchísimo volar. El maestro de tango Juan D’Arienzo, conocido mundialmente, no viajó nunca en avión. Su compañía salía de gira con otro director de la orquesta”, aportó Rodríguez para ilustrar una realidad que, como humanos, afecta a muchos artistas en el desarrollo de sus carreras.

 

En Stravaganza

Fernando Rodríguez integra el elenco de Stravaganza, un exitoso espectáculo del renombrado coreógrafo Flavio Mendoza con danza, música en vivo, acrobacias de todo tipo, algo de humor y la fusión de distintos ritmos.

“Arranqué como bailarín, después fui asistente coreográfico y ahora volví a ser bailarín solamente y soy uno de los más viejos”, contó al tiempo que aseguró que su lugar en el mundo es Buenos Aires. “Llego de cada gira, ya sea del exterior o del interior del país, y me gusta reencontrarme con el Obelisco y todo el lío”.

Rodríguez explicó que la gira con Stravaganza - Water In Art on Tour tuvo dos puntos finales. “Uno fue en el Luna Park y el otro en Mar del Plata. 

“Había arrancado en abril en Mendoza, seguimos por Neuquén, Tucumán, Chaco, también Uruguay. Fue maravilloso y este es el mejor público del mundo”, aseveró según sus experiencias en todo el globo.

“Stravaganza es un monstruo gigante que moviliza mucha gente. Somos 37 artistas en escena, el corógrafo y Flavio, más los técnicos”.

- ¿Cómo llegás a integrar la compañía de Stravaganza?

- Hablé con Flavio una vez por Facebook con la intención de tomar unas clases. Me contestó que no estaba dando clases pero que me acercara al estudio. Le conté que yo tenía base de bailarín de folklore y que vivía en Buenos Aires porque estaba bailando tango. Me respondió que era eso lo que necesitaba para su compañía. En ese momento, mi compañera de baile tenía una lesión importante de rodilla, así que audicionamos en secreto para Flavio que en ese momento estaba con el espectáculo Circo Servián. Yo estaba fuera de ‘trainning’ y me pidió que adelgazara. Ahí empezamos a trabajar juntos. 

- ¿Tenés pensado seguir con Flavio Mendoza o hay algún otro proyecto dando vueltas para este año?

- Creo que el artista tiene que tener mucha ambición. De eso se trata, de crecer, de querer siempre un poco más. El mundo Flavio Mendoza fue tan mágico, tan lindo, me enriqueció mucho como artista, así que todavía queda mucho jugo por sacarle. Por ahora me quedaré con él, si lo prefiere así, claro.  

Siempre hay proyectos y salidas al exterior. Ahora me llamaron de la Opera de Viena para hacer una exhibición.

- ¿Qué referencia tenés de la danza que se está haciendo en Pergamino?

- Sé que hay muchos chicos que se están dedicando a la danza y sé que laburan mucho y todo el año, y viajan con sus niños a certámenes. Esto es genial y más allá de que ‘Mechi’ es importantísima no sólo en la danza sino también en la cultura de Pergamino, creo que “ShowMatch” ha dado estos últimos años un impulso en los profesores a dar clases y en los niños ir a danza, y meterse con el baile desde otro lado. Y esto es muy positivo, al menos en Buenos Aires, donde es tremendo el auge por la danza. A nivel mundial nos destacamos con bailarines como Paloma Herrera o Julio Bocca en su momento. En todo el mundo tenemos bailarines argentinos que la rompen.

-¿El ritmo de vida de un bailarín profesional juega en contra para establecerse emocionalmente?

- Para nada. Por ahí lo complicado es tener hijos porque normalmente estoy con bailarinas y es muy difícil que una chica entre 25 y 35 años sea mamá porque está en su pleno auge artístico. 

 

Un lugar en el mundo

Fernando Rodríguez viajó por todo el mundo y reconoce que “ama” Alemania y Rumania, y que Suiza es “maravilloso”, donde no hay papeles en la calle y que todo llega a horario. Pero “nada se compara con Buenos Aires” –aseguró-. Esto tiene que ver con cómo está hecho nuestro país, a lágrimas, a pasión a esfuerzo, que lo hace diferente”.

“Caminando por Pergamino sentí el olor a pasto recién cortado, algo que no existe en la Ciudad de Buenos Aires, y es maravilloso” –agregó-. “Pero también me gusta ese olor a humedad que tiene la Capital”.

“Acá tengo mi familia, a mi madre Marta, a mi hermano Gabriel y mi padre Oscar, ya fallecido, son los que más me apoyaron en esto y son los que siempre están cuando los necesito”.

Al cerrar la entrevista Fernando Rodríguez deslizó la posibilidad de brindar un seminario sobre danza en Pergamino.


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