Jorge Leyro Díaz: “Desde que empecé a hacer canotaje, esta regata era una materia pendiente”

Completó la Regata Internacional del Río Negro, la más larga del mundo, que une Cipolletti con Viedma en siete etapas que totalizan 300 kilómetros. Finalizó cuarto en la categoría K1 Master A y se ubicó 102º en la clasificación general. El representante del Club Náutico Pergamino destacó: “Me ayudó mucho la parte mental, hay momentos en que el físico ya no cuenta, es el río contra vos, vos contra el río”. Su padre triunfó en esta carrera en 1973.

DE LA REDACCION. La Regata Internacional del Río Negro es la competencia de canotaje más larga del mundo. En siete etapas los competidores deben recorrer 300 kilómetros entre las ciudades de Cipolletti y Viedma. El evento se caracteriza por su pluralidad ya que reúne desde campeones del mundo hasta amateurs. La edición número 41 se disputó entre el 7 y el 14 de este mes y nuestra ciudad estuvo representada por Jorge Leyro Díaz, del Club Náutico Pergamino. Concurrió con el objetivo de finalizar la exigente competencia y llegó a pelear por el tercer puesto de su categoría: K1 Master A. Finalmente ocupó la cuarta ubicación y fue 102º en la clasificación general entre cerca de 180 embarcaciones que fueron parte de la regata. Con la sensación de haber cumplido y ya pensando en volver a participar en esta regata, Leyro Díaz fue entrevistado por LA OPINION.   

- ¿Cómo surgió la idea de participar en esta Regata Internacional? 

- Esta regata la vi siempre desde chiquito. Tengo familiares en Río Negro que asistían y mi papá (Jorge) siempre practicó canotaje, participó en esta competencia varias veces y en 1973 ganó la general en K2. Desde que empecé a hacer canotaje y sobre todo desde que lo tomé con más seriedad gracias al Club Náutico Pergamino y especialmente a Gustavo Mendi, que es mi entrenador, esta regata era una materia pendiente. El que hace canotaje la quiere correr porque es la regata más importante del mundo en larga distancia. Este año realicé un plan de entrenamiento serio, duro, con doble turno, y me animé y la corrí.

- ¿En qué consistió la preparación? ¿La concretó en el arroyo Pergamino?

- En octubre empecé de lleno con el entrenamiento para esta regata porque antes competí en distancias muchos más cortas en el Campeonato Provincial, así que entrenamos acá en el Arroyo, más que nada por el caudal de agua. Igual es diferente porque en el Río Negro hay corrientes, remolinos y pedreros que en Pergamino no tenemos. Los días previos a la carrera se me complicó entrenar por la crecida del Arroyo, por la inundación, fue imposible remar desde el 26 de diciembre hasta el 5 de enero; lo suplanté con bicicleta o corriendo.

- ¿Cumplió con el objetivo que se había planteado?

- Sí, la verdad que las primeras etapas fueron bravas porque el río es totalmente diferente. Fui para llegar, quería largar en Cipolletti y llegar a Viedma. Las primeras etapas fueron duras, pero después el agua se empezó a tranquilizar y me di cuenta que podía pelear el tercer puesto en mi categoría. Hice lo que pude y llegué cuarto. 

- ¿Cómo vivió la competencia?

- Me ayudó mucho la parte mental, hay momentos en que el físico ya no cuenta, se te cruza todo por la cabeza, la familia, las cosas de cada uno. Yo corrí maratones y la situación de estar peleando solo contra mí mismo para poder llegar, me dio fuerzas para seguir y llegar como sea.

- ¿Qué sensaciones tuvo cuando completó la última etapa?

- La última etapa es de 34 kilómetros, se larga en San Javier y se llega a Viedma. Es difícil porque entra el agua del mar, sube la marea y el agua se mueve mucho, entonces no te podés relajar. En la última curva ya se ve el puente carretero, cuando lo vi, que todavía faltaban 2.000 metros, se me cruzó todo por la cabeza, escalofríos, ganas de llorar, mi hijo y mi papá, que me estaban esperando en la llegada. Me dieron muchas fuerzas y por ellos tenía que llegar como sea. Dos compañeros del Náutico también me ayudaron, Carolina Isa y Santiago Hintze, ellos me permitieron el traslado.

- Por su padre conocerá mucho de los inicios de esta regata, ¿qué diferencias tuvo la edición 2017 con respecto a las primeras?

- Antes la regata era de 1.000 kilómetros, se largaba en Neuquén y terminaba en Viedma, duraba 15 días con una jornada de descanso y las etapas eran más largas. Hoy son más cortas, pero el río sigue siendo difícil, no es para cualquiera. A los lugareños no les parece tan difícil porque lo conocen mucho, pero para los que somos de otros lugares del país y para los que vienen de Japón o Australia, aunque sean de elite, dicen que es muy duro el río. Hay momentos que psicológicamente es el río contra vos, vos contra el río.

- El hecho de esta regata reúna a competidores de nivel mundial con amateurs, le da un tinte especial. Tuvo la posibilidad de estar junto a los mejores.

- Sí, me encontré con muchísimos deportistas de elite como los palistas que nos representaron en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en canotaje, Juan Miguel Cáceres y Daniel Dalbó. La general la ganó un español (Federico Vega) que hizo pareja con un esloveno (Jost Sakrajsek). También compitieron los argentinos que son campeones del mundo en maratón, (Néstor) Pinta y (Martín) Mozzicafreddo, y en esta regata salieron cuartos, lo que ayuda a entender el nivel de esta competencia.

- Después de esta regata, ¿Qué planes tiene para lo que resta de la temporada?

- Correré las fechas del Provincial y ya estoy pensando en competir otra vez en la Regata Internacional del Río Negro el año que viene y llevar a todos los chicos del Club Náutico para competir, porque la experiencia es inolvidable. Con Gustavo (Mendi) íbamos a ir juntos este año, la idea era correr en pareja, pero no pudo por cuestiones personales y laborales.