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María Scaldaferri, la jocketa pergaminense que deja su sello en los hipódromos del país


 María Scaldaferri declaró- “El jockey tiene que ser los ojos del caballo” (MARIA SCALDAFERRI)

'' María Scaldaferri declaró: “El jockey tiene que ser los ojos del caballo”. (MARIA SCALDAFERRI)

Acumula más de 100 triunfos y está considerada como una de las mejores del país. Desde pequeña quedó hipnotizada por los caballos. En una entrevista con LA OPINION contó el camino que debió recorrer para llegar a este exitoso presente en el turf.


Más de 100 triunfos la posicionan como una de las mejores jocketas de Argentina y Sudamérica. Pero para llegar a este exitoso presente en el mundo del turf, la pergaminense María Scaldaferri, de 26 años, tuvo que sobrepasar muchos obstáculos, incluso hasta le dijeron que no podría ser jocketa. Sin embargo fue para delante en busca de su sueño. De visita por la ciudad, fue entrevistada por LA OPINION, y contó su camino en el turf y sus metas dentro de esta actividad.     

Su contacto con los caballos se inició desde muy pequeña. “Mi papá me cuenta que no caminaba aún y me quedaba hipnotizada con los caballos, lloraba si me querían bajar y cuando tuve edad empecé a montar y con los de carrera empecé firme en Buenos Aires”, contó María en el inicio de la entrevista.

La nobleza y el corazón de los “pura sangre” son las razones por las que le gusta tanto correr. “Son animales que tienen mucho corazón y una nobleza increíble, a veces me llevo mejor que con las personas porque te entienden más, se dan cuenta de todo incluso hay caballos bravos que cuando se les sube un borracho no se mueven, no hacen nada, y cuando lo monta un niño el caballo se porta bien porque sabe quien está arriba”.

- ¿Cómo fueron sus inicios como jocketa? ¿Cuál fue el camino que tuvo que seguir para llegar a competir?

- Fui a la Escuela de Aprendices del Hipódromo de San Isidro luego de que terminé el Secundario, para entrar lo que te piden es tener más de 15 años y no sobrepasar los 51,5 kilos, empecé a montar en el stud Firmamento en el que cuidaba Miguel García, fueron dos años y medio en la Escuela en los que aprendí a varear bien, empecé a trabajar bien con montura, luego empecé a correr en el interior con un permiso extendido por la Escuela, un día me tocó ganar y comencé a hacerlo casi todos los fines de semana, llevé videos, me aprobaron y me dieron la patente oficial para empezar a correr a los 20 años.

El 26 de agosto de 2011 quedará grabado para siempre en la memoria de Scaldaferri, Ese día ganó sus dos primeras carreras oficiales, en el Hipódromo de San Isidro. “Pegué doblete, gané con dos caballos del interior, uno de Entre Ríos y otro de Azul, uno se llamaba Thunder Jet y gané por medio cuerpo y también triunfé con Angel de Madrid, que pagaba bastante porque teóricamente no tenía chances y ganó de punta a punta por varios cuerpos”, recordó María sobre esa jornada inolvidable y agregó: “Un mes después me invitaron a correr mi primer campeonato internacional de jocketas en Perú, donde corrí tres carreras y logré un segundo puesto”.

- ¿Cómo es el trabajo del jockey?

- El trabajo del jockey es independiente y dependiente a la vez, un entrenador puede tener 150 caballos, 50 ó 20 y querer que le corras solo a él y puede o no hacerse un contrato, el jockey si no tiene contrato cobra únicamente si finaliza dentro de los primeros cinco puestos del marcador, terminando en esas ubicaciones cobra el 9% del premio por el que corre el caballo que va desde 75.000 pesos para arriba, y si no tiene un premio mínimo por participación. Hay que esmerarse para estar entre los cinco primeros, dar lo mejor, y es un trabajo en conjunto porque el entrenador tiene que llevar el caballo 10 puntos, la única forma en que se dan las cosas es que todos hagan su trabajo de manera excelente.

Desde el doblete logrado el 26 de agosto de 2011 en San Isidro hasta el conseguido el sábado 16 de este mes en el mismo hipódromo acumula 86 triunfos oficiales. Aunque si se cuentan los logrados en el exterior (uno en Ecuador y tres en Brasil) y las carreras oficiales y extraoficiales que ganó en el interior del país, la cifra de victorias supera largamente el centenar. Entre estas últimas figuran las seis logradas en una misma reunión en el hipódromo de Camba Paso en Concordia.

- ¿Por ser mujer le costó más ingresar al turf? ¿Cómo es la relación con sus colegas varones?

- Actualmente hay aproximadamente 150 hombres corriendo seguido y solo cinco mujeres. Es un deporte donde hay mucha adrenalina, en el que a veces uno de tus colegas termina exaltado y no le podés decir nada porque te contesta mal, he tenido algunos roces, hay un poco de machismo y lo voy disipando con el trabajo diario y mi forma de ser, no todos tenemos las mismas políticas de profesionalidad, me gusta trabajar, hacer las cosas bien y tratar a todos bien por igual, no importa si es un entrenador importante o uno desconocido, si es el sereno o el peón del caballo, todas las personas valen lo mismo y todos los caballos también, porque ellos dan lo mejor y no tienen la culpa de correr menos que los demás.

- Existe una conexión jockey-caballo. ¿Cómo la puede explicar?

- Es como cuando mirás a un hijo y no hace falta que le digas nada y que él te mira y vos ya sabés qué tiene, es eso a cada rato, es hermoso. Durante la carrera seguís manteniendo el contacto con el caballo, tiene dos puntos ciegos y a veces no ve bien al frente y el jockey tiene que estar muy despierto y ser los ojos del caballo, porque tu caballo es la fuerza y la velocidad y uno tiene que estar despierto viendo el peligro que puede haber adelante, tu caballo va a seguir si te tiene plena confianza y si vos no te tenés plena confianza tu caballo tampoco la va a tener y va a hacer lo que quiere.

El tiempo le dio la razón a María, su vocación y su destino era ser jocketa. Pero hubo dos momentos en los que su deseo pareció lejano. “El primero fue a los 10 u 11 años cuando tenía el mismo físico que ahora y a un amigo de mi papá, Oscar Retrivo, que era entrenador, le dije que iba a ser jocketa y me respondió ‘¡qué vas a ser jocketa, mirá lo grandota que sos!’, era una de las más altas en la escuela y no quería crecer más, me puse a dieta, incluso mi papá tenía unas pesitas y las tenía escondidas en mi pieza y todas las noches hacía ejercicios porque había escuchado que los músculos aprietan los huesos y no los dejan crecer, hice cualquier cosa para ser jocketa”, recordó.

El otro hecho que la marcó fue cuando tenía 15 años: “Monté un caballo de mi padrino, Ricardo Retrivo, y al terminar el vareo empezó a galopar, disparó y no lo podía parar, pensé que se iba a subir a la ruta o a chocar las gateras, y cuando llegó cerca de las gateras empezó a frenar solo, mi padrino se asustó mucho y me dijo ‘vos no servís para esto, esto no es para vos’ y cuando llegué a la casa de mi abuela no podía parar de llorar, porque Ricardo era como mi ídolo, era como si a alguien que quiere ser futbolista Maradona le dice que no sirve para el fútbol”.

- ¿Cuál es su sueño en el turf?

- Hay muchas cosas que quiero lograr, pero no sé cuáles alcanzaré, quiero ganar muchas carreras, ganar todas las carreras de una reunión como cualquier jockey, triunfar en grandes premios y correr en más países.

- ¿Qué significado le da al proyecto que fue presentado para que usted sea declarada “Pergaminense sobresaliente”? 

- Apenas me lo contaron fue una alegría tremenda, porque pese a todas las carreras que gané, creo que no debe haber nada más lindo que te reconozcan en tu ciudad, poder decirle a mi papá, a mi abuela, mirá la distinción que me van a dar, que vean que sirvió todo el esfuerzo que hice, es muy lindo e incluso más que ganar un Gran Premio.

 


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