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Algunas casas de comidas ya no ofrecen delivery por los asaltos a los repartidores


 En los asaltos a repartidores el principal objetivo de los delincuentes es el rodado  (LA OPINION)

'' En los asaltos a repartidores el principal objetivo de los delincuentes es el rodado. (LA OPINION)

El robo de motos se ha incrementado notablemente y entre los principales damnificados se encuentran los empleados de pizzerías, rotiserías y parrillas a cargo del reparto. Esta situación obligó a varios comercios de la ciudad a reducir el servicio, mientras que otros optaron directamente por prescindir del mismo, afrontando incluso pérdidas en las ventas.

DE LA REDACCION. Los episodios de inseguridad que tuvieron como víctimas a repartidores, comúnmente llamados delivery, obligaron a varias casas de comidas de la ciudad a reducir el servicio, mientras que otras optaron directamente por prescindir del mismo, afrontando incluso pérdidas en sus ventas.

El robo de motos se ha incrementado notablemente, no sólo la sustracción de vehículos estacionados en la vía pública, sino también bajo amenazas con armas de fuego.

Esta clase de hechos, por lo general, tienen como damnificados a repartidores de pizzerías, casas de empanadas, rotiserías y parrillas, entre otros comercios del rubro gastronómico.

La gran mayoría de los locales de comidas de la ciudad tienen zonas determinadas en las que no ingresan, algo similar a lo que ocurre con algunas remiserías y mensajerías, que aunque reconocen que es injusto para mucha gente que se ve privada del servicio, priorizan la seguridad por encima de las ventas.

La parrilla Las Leñas y la casa de empanadas Giuseppe son dos de los comercios gastronómicos de la ciudad que interrumpieron definitivamente el servicio de delivery, luego de varios episodios de robo a mano armada, algunos muy violentos, de los que fueron víctimas los repartidores.

 

Las Leñas

Marilín Anahí Calvigioni, propietaria del comercio familiar Las Leñas, comentó a LA OPINION que dejaron de enviar pedidos “por la situación de inseguridad que se está viviendo” y ejemplificó con el caso de dos de sus repartidores a los que les robaron las motos amenazándolos con un revólver. “Parece que los están esperando y cuando ven que llevan la caja (para transportar los alimentos), suponen que tienen dinero y los asaltan”, agregó.

Después de los dos episodios mencionados, la casa de comidas se quedó sin personal de delivery y uno de sus hermanos tuvo que salir a repartir pedidos, pero también fue víctima de un asalto. “Lo abordaron entre dos delincuentes que se movilizaban en una moto, le pusieron un revólver en la cabeza, lo golpearon y le robaron la moto”. Pero como si esto fuera poco, después buscaron el número de teléfono de la parrilla y llamaron para pedir rescate.

La joven reconoció que tuvieron que pagar para que le devolvieran la moto. “A uno le gustaría decirle que no, para no generar más robos, pero era el único medio de transporte que tenía”.

Hace siete meses que la parrilla Las Leñas cortó definitivamente el servicio de delivery, pero esa decisión trajo aparejado una disminución en las ventas. “Afortunadamente tenemos muchos clientes, pero la gente mayor, que por la misma inseguridad no sale de sus casas, dejó de comprarnos y bajaron las ventas”, aseguró.

Antes de suspender el servicio, la casa repartía pedidos en determinadas zonas: “Es lamentable decirlo, pero ya no se podía entrar en algunos barrios. Los repartidores tenían miedo de ingresar en ciertos sectores. En algunos casos los acercábamos hasta la avenida más cercana, pero a raíz de los últimos hechos tuvimos que cortarlo definitivamente y priorizar la seguridad sobre las ventas”.

 

Giuseppe

Más recientemente, otro de los comercios que decidió ponerle fin al reparto a domicilio es la casa de empanadas Giuseppe, incluso siendo éste un servicio esencial en el rubro.

Gustavo Temprana, propietario del comercio gastronómico comentó a LA OPINION que en noviembre del año pasado tomó la decisión de suprimir el delivery de empanadas después de tres asaltos en el lapso de un año y medio. El último había ocurrido un mes antes, cuando uno de sus empleados fue abordado por delincuentes que, a punta de pistola, le sustrajeron la moto.

El comerciante también reconoció que “a raíz de esta decisión también sufrimos una baja en las ventas y muchos clientes se quejan cuando les decimos que tienen que venir a buscarlas”.

Pero no sólo sus empleados fueron víctimas de asaltos, ya que el local también fue blanco de un robo a mano armada hace dos años y en octubre del año pasado cortaron dos barrotes de las rejas y se llevaron balanzas y computadoras.

 

Trabajo de riesgo

Esta misma problemática, desde la perspectiva de los principales damnificados, en su mayoría jóvenes, es aun más grave. Los repartidores son quienes están más expuestos a esta modalidad delictiva, utilizando sus propios vehículos para poder trabajar y siendo éstos, precisamente, el principal objetivo de los delincuentes.

Mariano, un joven de 25 años que hace repartos para dos casas de comidas, reconoció que cuando se dirige a determinados sectores para llevar un pedido no se siente seguro y aunque los lugares para los que trabaja tienen zonas a las que no envían repartos, en los barrios periféricos, e incluso en el mismo centro de la ciudad, se siente vulnerable.

El temor a ser víctima de un robo se incrementó cuando a un compañero suyo lo interceptaron dos delincuentes que le sustrajeron la moto y golpearon con la culata de un arma.


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