Con amplia convocatoria culminaron ayer las audiencias de Saint Amant II

Once encuentros se concretaron en el recinto del Concejo Deliberante. El acompañamiento de los pergaminenses demostró el compromiso social para con las causas de lesa humanidad que se juzgan. El próximo miércoles el desarrollo del juicio se trasladará a San Pedro. A principios de 2015 se prevé que se realice la lectura de la sentencia.

DE LA REDACCION. Luego de atravesar una extensa jornada de declaraciones testimoniales se dio por concluida la segunda etapa del juicio Saint Amant II que se desarrolló en nuestra ciudad por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar desde 1976 hasta 1983.

Once audiencias se llevaron a cabo en Pergamino y ahora el Tribunal de los jueces Vázquez, Paulucci y Escobar Cello junto a su equipo técnico se trasladarán a San Pedro para desarrollar la tercera etapa del juicio. Luego de que finalicen las audiencias en dicha localidad se dará lectura a los alegatos para, finalmente, esperar los resultados de la sentencia que se prevé sea a principios del año próximo.

Compañero de Gerardo

Omar Podestá fue el primero en declarar ayer; lo hizo en el marco de la causa Pérez-Pierro ya que fue compañero de trabajo de Gerardo Pérez en un taller de tornería en San Nicolás.

La amistad que unía a Gerardo y a Omar le costó a éste la privación ilegítima de la libertad en octubre de 1976. 

Haciendo mención al episodio a través del cual lo detienen, Podestá aseguró que le prestó una moto a Gerardo. “Primero me dijo que se había roto y la tenía en su casa, pero cuando fuimos me confesó que se había mandado una macana con la policía y la moto había quedado tirada en el lugar en que se produjo ese episodio. Por este motivo Gerardo me recomendó que hiciera la denuncia como que me había robado la moto pero que nunca dijera que yo se la había prestado porque si no me iba a ir mal”, aseguró el testigo. En ese momento, Gerardo también le confesó a Podestá que estaba militando en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

Haciéndole caso a Gerardo, Podestá fue a la comisaría de San Nicolás a realizar la denuncia, pero antes de empezar a tomarle declaración, lo trasladaron a un cuarto en el que lo esposaron, le vendaron los ojos y le hicieron “un montón de cosas que prefiero no recordar”, aseguró quien declaró.

Interrogado por los fiscales, Podestá indicó que “me interrogaron sobre Gerardo Pérez, me picanearon, me ponían bolsas de nylon en la cabeza y me golpearon bastante. Fui maltratado en reiteradas oportunidades”.

Luego de quince días fue trasladado a la Unidad Penal 3 de San Nicolás, allí fue ubicado en un calabozo donde permaneció incomunicado por quince días.

Después de ofrecer una declaración ante el juez Milesi, Podestá fue trasladado al Pabellón 5 donde se encontraban los presos políticos, lugar en el que permaneció durante un año y ocho meses hasta que el 25 de mayo de 1978 fue sobreseído.

La esposa de Kipen

El miércoles, una de las declaraciones más importantes de la audiencia, fue la de Alberto Kipen, ingeniero agrónomo del Inta. Luego de escuchar su relato, la Fiscalía solicitó que fuera citada a declarar Alicia Cevedo, esposa de Alberto Kipen.

Contando su experiencia, Cevedo aseguró que su marido fue uno de los fundadores del gremio de los trabajadores del Inta, Apinta, en Pergamino y fue testigo directo del secuestro de Carlos Llerena Rosas, directivo de Apinta que fuera encontrado asesinado en Ezeiza.

La esposa de Kipen manifestó que en 1974 lo declararon prescindible del Inta por su actuación en Apinta y que el 1º de abril de 1976 fue detenido. “Ese día recibimos a Mabel Mercado, esposa de Alberto Goldberg, y matrimonio amigo de los Kipen, desesperada porque habían detenido a su esposo. En ese momento, golpearon la puerta e ingresaron policías armados que se llevaron a mi esposo y a Mabel”, contó la testigo.

Luego del hecho, Cevedo se asesoró por el doctor Young y pidió auxilio en la casa de unos amigos, la familia de Pablo Batallánez. 

Hasta ese momento no había información precisa de dónde se encontraba Alberto y ante los reiterados allanamientos registrados en su casa, Alicia decidió irse con sus hijos a Paraná, de allí se refugió en Buenos Aires y retornó a Pergamino.

Luego de hablar con el juez Milesi, Alicia pudo ir a visitar a su esposo a San Nicolás y luego a Sierra Chica hasta que éste recuperó la libertad. 

Por lo atemorizada que vivía junto a su familia, Alicia decidió rehacer su vida junto a su esposo y cuatro hijos en la localidad de Colón.

Ingeniero detenido

Alberto Goldberg, esposo de Mabel Mercado, fue otro de los trabajadores del Inta que fue detenido y maltratado. Si bien no participó de la comisión directiva de Apinta formó parte de las asambleas y actividades que organizaba el gremio en pleno desarrollo.

Contando su participación en política, Goldberg aseguró que desde 1972 empezó a participar en ese momento de un grupo de reflexión que analizaba la política agraria del momento.

Relatando los hechos de su detención, Goldberg informó que fue en abril de 1976 cuando golpearon la puerta de su casa e ingresaron militares que luego de requisar documentos y libros lo trasladaron a la Comisaría Primera, de allí a un edificio que no supo identificar “ya que es difícil tomar dimensión del espacio con una capucha puesta todo el tiempo. Lo único que escuchábamos eran fuertes gritos, golpes y el volumen muy alto de la radio. Después llegó el tiempo del maltrato. Me mojaron con agua fría y a través de unos electrodos me dieron corriente y me preguntaban por el grupo de reflexión política al tiempo que decían que el Inta era una cueva de rojos (haciendo alusión a los militantes de izquierda)”, aseguró Goldberg.

Recuerda el testigo que después de interrogarlo varias veces lo trasladaron a la Unidad Penal Nº 3 de San Nicolás donde le hicieron curaciones y lo ubicaron en una celda con los presos políticos, de allí  fue derivado a Sierra Chica para ser sobreseído en octubre de 1977.

María Angélica de la Cruz 

La auxiliar en laboratorio desarrolló su labor en el Inta desde 1970 hasta que fue detenida en 1976. En ese lapso participó de las asambleas que organizaba Apinta y mantenía una buena relación con Alberto Kipen y Alberto Goldberg.

En una ocasión en que la testigo se encontraba en Buenos Aires, un conocido le dijo que ella “se encontraba en cinco listas negras”. 

Su participación en las asambleas de Apinta generó su detención el 19 de marzo de 1976, cuando aún no estaba declarado el Golpe de Estado. Ese día la fueron a buscar a la casa de una amiga y la trasladaron a la Comisaría Primera. De allí fue reubicada, junto a otras mujeres, en el penal de San Nicolás donde permaneció por más de 40 días.

Después de declarar ante el juez Milei recuperó la libertad pero no pudo regresar a trabajar en el Inta hasta muchos años después.

Militante con Ceccón

El último en declarar fue Oscar Lencina, de origen pergaminense pero residente en Chaco. Su militancia política fue siempre el peronismo, fue el fundador de la Juventud Peronista “Evita Obrera”, también fue activista estudiantil y tuvo militancia gremial en San Nicolás.

Por su calidad de militante peronista conoció a Luis Ceccón, a través del padre Marciano Alba y del grupo católico “Emmanuel”. 

Definiendo a Ceccón, Lencina aseguró que era un militante peronista y social que movilizaba a los vecinos de su barrio, Güemes, para conseguir mejoras para dicho sector de la ciudad, “un hombre comprometido con la realidad, respetable y culto, excelente compañero de lucha que tenía como objetivo la construcción de una nueva patria signada por la hermandad entre los hombres”, concluyó el testigo.