El Instituto Mariano Moreno de Alfonzo festejó su 50 aniversario

La comunidad educativa de la casa de estudios de la vecina localidad celebró junto a diferentes generaciones de alumnos y docentes. El “Baile del reencuentro” les puso fin a las actividades organizadas por las actuales autoridades. Participaron la inspectora jefe de Dipregep, Adriana Pelourson y el intendente Omar Pacini. 

DE LA REDACCION. En este 2015, la meta del Instituto Mariano Moreno de Alfonzo fue homenajear de la mejor manera posible, a todos los que fueron partícipes y protagonistas en los cincuenta años del establecimiento de la vecina localidad.

La Dirección de la casa de estudios convocó, al iniciarse el ciclo lectivo, a los integrantes y familiares de la comisión fundadora “Somaye”, a directivos, docentes y auxiliares que integraron la primera planta funcional, a los exalumnos de la primera promoción del ciclo básico y de bachilleres nacionales.

En el patio de ayer y de hoy, en el inicio de un año repleto de celebraciones se congregó gran parte de los invitados junto al actual  personal docente, alumnos y público en general. Emoción, alegría del reencuentro, abrazos interminables y el silencio que precedió al izamiento de la Bandera. Acto seguido, se escucharon las palabras de bienvenida de la directora, María Rosa Zucarelli y en nombre de los exalumnos habló Luján Plaza. Como sello de este significativo momento se entregaron recordatorios a exdocentes y exalumnos.  

Durante el año, el personal y alumnos, concretaron  múltiples tareas alusivas a las cinco décadas.

El 19 de septiembre, fecha fijada con mucha antelación para el “El gran festejo”, se organizó un acto académico, la Escuela lucía espléndida, decorada como para una gran gala en la que se vivieron momentos muy emotivos. Comenzó con palabras de bienvenida, a cargo de Zucarelli y se descubrió una placa, que fue bendecida por el Padre Mariano Díaz. Convencidos de que el árbol es símbolo de la vida y que permite soñar con el reencuentro en otras oportunidades, se procedió a la plantación de un jacarandá. Todos participaron con entusiasmo del acto de festejar la vida.

Ya en el salón de actos, cumplidos los aspectos formales, hizo uso de la palabra Genoveva Mariani, que se refirió a la historia de estos 50 años de vida de la institución. Aldo Carrera, exrector, compartió con satisfacción, emoción y profunda calidez, innumerables vivencias  de su gestión durante los 31 años de permanencia en la escuela.

A continuación, la actual profesora de Educación Física, Ava Peroña, rememoró  infinidad de vivencias en campamentos y otras actividades que, sin dudas, movilizaron la mente de quienes las compartieron. Además se adhi-rieron a las alocuciones Carlos de Gaetani,  presidente de “Somaye”, la inspectora jefe de Dipregep, Adriana Pelourson y el intendente municipal, Omar Pacini.

No faltó la entrega de recordatorios y reconocimientos a las gestiones de los que fueron representantes legales, directivos, secretarios y presidentes de la “Somaye” durante estos años.

También recibieron una merecida mención, dos personas muy comprometidas desde el inicio: Genoveva Mariani como profesora y representante legal y María de los Angeles Santilli, exalumna de la primera promoción y actual profesora. 

Como broche de oro, en las instalaciones del Club Argentino, delicadamente ornamentado por un grupo de exalumnos, se llevó a cabo el “Baile del reencuentro”,  en el cual primó la algarabía, el buen humor, el afecto y muchas ganas de divertirse junto a Edwin Fridel. Emocionante fueron las palabras de Claudia Silva, que se dirigió a sus compañeros encarnando la voz profunda del Mariano Moreno.

“Vivimos con orgullo momentos inolvidables, festejamos los cincuenta años de vida de nuestro querido Instituto, fue un alto en el camino, un derecho a la alegría, un ciclo cumplido, un agradecimiento enorme a la dicha de compartir. La vida sigue, nuestra tarea nos llama para continuar sembrando, ya estamos nuevamente en el camino: Educar. Educar”, indicaron desde la casa de estudios

Un poco de historia

Eran los primeros años de la década del 60, en la comunidad educativa, y  en las familias, se perfilaba  la necesidad  que los egresados de la escuela primaria pudieran seguir el ciclo secundario. Los padres, preocupados por el futuro educativo de sus hijos y acompañados por la docente “Tatín” Sierra, que de manera muy silenciosa pero comprometida, sembró en los adolescentes el anhelo de continuar su formación, se volcaron con esmero a dotar a la población de Mariano H. Alfonzo de un bachillerato. Por entonces, no era posible la apertura de escuelas secundarias en el orden oficial, lo que llevó a un grupo de hombres y mujeres de la localidad, a iniciar gestiones ante el Snep.

Trabajaron incansablemente, una de las decisiones del grupo fue entrevistar al director del Snep, Abelardo Córdoba, que se interesó por la causa y, al enterarse que el intendente de Pergamino, era don Ernesto Illia, su amigo, le envió una nota pidiendo que atendiera muy especialmente a los portadores de la misma. 

Todo comenzó a encaminarse, era necesario elevar la solicitud a la superioridad, entre otros requisitos se debía designar el nombre con que se presentaría el nuevo servicio: se eligió la figura de Mariano Moreno, por su talento, su genio y sus dotes de estratega, además el pedido debía fortalecerse con la firma de los vecinos, también, cubrir los cargos y las horas cátedras, para ello se les ofreció trabajo, en el futuro instituto, a los jóvenes docentes de la localidad, con la salvedad que no percibirían haberes hasta tanto no fuera reconocido por el Snep. No hubo inconvenientes, todos aceptaron gustosos el esfuerzo para alcanzar el objetivo soñado. 

Otro aspecto a cubrir, era contar con una institución con Personería Jurídica que patrocinara el Instituto. Se recurrió a la Soma, nacida por la necesidad de dotar a la población de asistencia médica y casa ‘para el médico que quisiera instalarse’,  cumplidos sus fines, la Soma (Sociedad Obra Médico Asistencial) estaba inactiva y fue sacudida por una nueva inquietud, apoyar la creación del nuevo servicio educativo. 

No se contaba con edificio propio, fue necesario gestionar ante el director de Escuelas de la Provincia, Francisco Latru-besse, la autorización para que el Instituto funcionara en  las instalaciones de la Escuela Nº 7.  Autorización concedida a través del decreto Nº 479/65.

Cumplidos los requerimientos del Snep, aquel inolvidable 15 de marzo de 1965, el patio de la escuela se llenó con el bullicio de alumnos, docentes, integrantes de la comisión fundadora y de la Soma, padres y comunidad en general, emoción y felicidad en los rostros. La vieja campana convocó al silencio, los alumnos formaron frente al mástil, el izamiento de la Bandera fue acompañado por las notas de  la canción Aurora y las palabras de bienvenida del rector Carlos Gaspar, dieron por iniciado el ciclo lectivo. 

Con los primeros alumnos ya en el salón de clase, junto a su profesora se comenzó a escribir la verdadera historia del Instituto.