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La titular del Instituto Maiztegui brindó ayer un seminario en la Unnoba, como parte de las actividades de la Maestría en Prevención de las Zoonosis que dicta la Universidad. Describió los avances logrados y los desafíos frente a un brote que “aún está sin control”.
DE LA REDACCION. “¡Ah, si fuera un temblor de tierra! Una buena sacudida y no se habla más del caso… se cuentan los muertos y los vivos y asunto concluido. Mientras esa porquería de enfermedad, hasta los que no la tienen parecen llevarla en el corazón”. La frase de Albert Camus en La Peste sirvió a la doctora Delia Enría, directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Doctor Julio Maiztegui” como disparador para iniciar su exposición sobre la Enfermedad por Virus Ebola en un seminario abierto realizado ayer en la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires como parte de las actividades de la Maestría en Prevención de las Zoonosis que dicta la Unnoba y de la que es codirectora.
En el auditorio “Atahualpa Yupanqui”, ante un atento marco de participantes integrado por profesionales de distintas disciplinas, docentes y estudiantes con formación biológica básica, la doctora Enría abordó la situación actual en torno al virus ébola y reflexionó sobre “las lecciones aprendidas, los acuerdos y las controversias”.
La codirectora de la Maestría en Zoonosis de la Unnoba planteó que “el actual brote de ébola en Africa del oeste realmente ha sido una experiencia que ha sobrepasado las capacidades de respuesta existentes, frente al cual hubo que crear nuevas ideas sobre cómo avanzar ante la ausencia de terapias con efectividad demostrada y luego de vacunas.
“Eso conlleva acuerdos y controversias y en ese marco seleccioné algunos aspectos que desde mi punto de vista son claves para explicar esta enfermedad que es una zoonosis y de la cual me vienen escuchando hablar desde hace tiempo en cursos sobre fiebres hemorrágicas virales”, refirió la directora del Instituto Maiztegui.
En otro momento defendió el accionar de las instituciones internacionales de salud, que a su juicio por estos días están siendo cuestionadas. “Hemos cometido errores, obviamente, pero los errores los cometen quienes hacen algo”, sostuvo y planteó que durante el seminario se describió el alcance del trabajo desarrollado hasta el momento para tratar de controlar el brote y plantear una estrategia sanitaria.
“Estas instituciones están siendo vistas como responsables de algo cuando en realidad lo único que han hecho es intentar brindar lo mejor que hay”, remarcó Enría.
Respecto del brote reconoció que “aún no está controlado”, aunque mencionó que “existen algunas líneas de trabajo e ideas que están en marcha”.
En esta línea sostuvo que “estas ideas requieren del acuerdo, hay que establecer quién se hace cargo de los testeos que se harán, son muchos los aspectos que hay que considerar y medir la eficacia de lo que se está utilizando, la tolerancia, y buscar modos de que los tratamientos estén disponibles”.
Con la comunidad
La titular del Instituto Maiztegui mencionó que el tema que queda “como deuda” y el que “no se sabe aún cómo abordar es el que tiene que ver con involucrar a la comunidad”.
“Si se involucra la comunidad que está sufriendo el brote, esto se puede controlar, pero la comunidad no está involucrada, para estarlo debe adecuarse a lo que se llaman normas primarias de trabajo y eso aún no se ha logrado”, opinó y consideró que “esto tiene que ver con cuestiones culturales de países que están entre los más pobres del mundo, que han sufrido guerras y que tienen entre sí límites que son fronteras inexistentes.
“Allí existen costumbres, me refiero especialmente a las prácticas de enterramiento ligadas a cómo se hace un funeral que está ligado a su cultura y que no contribuye frente a un brote de esta naturaleza”, planteó y comentó que aunque se han enviado antropólogos que seguramente generarán mucha producción científica, aún no se ha conseguido lograr el cambio.
Sobre si poner en marcha una estrategia sanitaria integral como la que requiere el ébola encuentra que se hace más difícil en contextos de brotes no controlados, la doctora Enría volvió sobre la experiencia desarrollada en Argentina para el control del Mal de los Rastrojos: “Nosotros pasamos por brotes no controlados cuando luchamos contra la Fiebre Hemorrágica Argentina. Nos llevó tiempo controlarlos, pero a mí me preguntan cuál es la diferencia entre esto y que sucede en Africa con lo que ocurrió aquí y mi respuesta es: la comunidad que tuvimos”.
Por último, la directora del Instituto Maiztegui aprovechó la oportunidad para señalar la conveniencia de “pensar en la Fiebre Hemorrágica Argentina”.
“Realizamos este seminario porque era un pedido que nos hacían y porque este es un tema de importancia internacional, pero tan importante como esto, es que nos sigamos ocupando de la Fiebre Hemorrágica Argentina, porque aquí la gente tiene más riesgo de tenerla y si no se toma todo lo que hemos hecho, alguna vez podemos llegar a retroceder hasta estas etapas”, advirtió y ratificó que frente al brote de ébola “la experiencia Argentina es un modelo”.
