Por el padre Miguel Nadur.
Para la redacción de LA OPINION.
En un lamentable accidente ocurrido en la ruta Nº 9 a la altura de Gobernador Castro, partido de San Pedro, perdió la vida el pergaminense por adopción Padre Luis Leandro Lobo, de 37 años, quien acababa de participar de una ordenación sacerdotal en la ciudad de San Pedro.
Primeros pasos
Luis Lobo nació en Villaguay, provincia de Entre Ríos, el 25 de septiembre de 1977. Siendo niño, por razones laborales, su familia compuesta por sus padres y otros 4 hermanos, se radicó en el barrio Otero de Pergamino. Realizó los estudios primarios en la Escuela Nº 1 de nuestra ciudad y luego cursó el bachillerato con especialización en Pedagogía simultáneamente a su desempeño laboral en una carpintería.
El seminario
Participó del grupo juvenil de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen durante la gestión como párroco del Padre Julián Acuña. Allí germinó la semilla vocacional e ingresó al Seminario Nuestra Señora de Nazareth de la ciudad de San Nicolás.
Recibió la ordenación diaconal el 3 de diciembre de 2004 en la Iglesia Catedral de manos de monseñor Héctor Sabatino Cardelli, que recién llegaba a la diócesis. La ordenación sacerdotal se llevó a cabo el 20 de junio de 2005 en la Capilla Santa Teresita del barrio Otero, en medio de la algarabía de familiares y vecinos del barrio. El mismo día de la sagrada ordenación quedó destinado como vicario en la Parroquia Nuestra Señora de Merced, siendo párroco el Padre Mingo Pisoni. Un año más tarde fue destinado a la Parroquia San Francisco de Asís de Rojas, donde se encontraba como párroco el sacerdote que lo había mandado al seminario, Padre Julián Acuña.
El 1º de marzo de 2009 fue nombrado vicario de la Iglesia Catedral en la que se desempeñaba el padre Marciano Alba, y un par de meses después fue designado representante legal del Jardín de Infantes Santa Clara de Asís de San Nicolás. Al año siguiente fue destinado como vicecanciller del obispado. Hace un par de años, el 27 de noviembre de 2012, comenzó su gestión como párroco de Nuestra Señora de Luján de San Nicolás, donde muy pronto tuvo el reconocimiento de los feligreses por su dedicación a la comunidad.
Cáritas Diocesana
Desde su llegada a San Nicolás colaboró activamente con Cáritas Diocesana, donde llegó a ser instituido como vicepresidente primero. Allí fue asumiendo, a medida que iba teniendo mayor conocimiento, diversas responsabilidades en la institución oficial de caridad de la Iglesia. Como joven inquieto, accedió a la cátedra de Teología en el Centro Regional Pergamino de la Universidad Católica Argentina, donde también colaboró en la pastoral universitaria.
La despedida en San Nicolás
Luego del inesperado accidente que le ocasionó la muerte instantánea, sus restos fueron trasladados a su parroquia, Nuestra Señora del Luján de San Nicolás, donde fue velado. En la santa misa de cuerpo presente, donde había desfilado toda la feligresía para darle el último adiós a su párroco, el obispo, monseñor Cardelli, dijo: Despedimos una vida joven, una vida incipiente, pero una vida plena, porque cuando el ser humano descubre el bien, la verdad y el amor, va un día a encontrarse con la plenitud. Esta es la gran misión, este es el gran legado que nos deja Luis, quien muere con las manos en la masa, comprometido con toda esta propuesta de vida, con toda esta luz que irradia la fe, y cargado de inquietudes, de proyectos y propuestas de quien había comenzado a leudar en la vida de la comunidad. Y como eso no se debe detener, ese es el legado que nos deja Luis quedará en nosotros en el recuerdo, pero sobre todo en la vivencia de comprometernos con las enseñanzas de Jesús.
Despedida en Pergamino
Luego de ser velado medio día en San Nicolás, el Padre Luis fue trasladado para su sepultura a la Capilla Santa Teresita del barrio Otero de Pergamino donde se había criado. En la santa misa de cuerpo presente, también celebrada por monseñor Héctor Cardelli, el obispo expresó que el móvil del ministerio sacerdotal, es hacer presente entre los hombres el reino de Dios en cada persona, en cada comunidad. Le doy gracias a Dios por este hijo suyo porque fue fiel hasta el final. Nosotros tenemos que imitar, y aún superar la entrega total de Luis a Dios.
Luego el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Parque de Pergamino, donde sus restos fueron depositados junto a los de otros dos sacerdotes: los padres Mario Capalbo y Denis Fitzpatrik, en una parcela oportunamente donada por la empresa a la Iglesia.
Grano fecundo
Una vez más creemos que se ha hecho realidad la parábola de Jesús: Si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto. Y el padre Luis, muerto en plenitud, producirá sin dudas, frutos abundantes. Así sea.