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A pesar de la fractura del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados de la Nación, en Pergamino no se rompe la estructura peronista-kirchnerista que contiene siete concejales y formalmente es la primera minoría desde que se oficializó la separación de las bancadas del PRO y la UCR. Se prevé un escenario de búsqueda de acuerdos.
DE LA REDACCION. Causó enorme revuelo que un sector de legisladores nacionales del Frente para la Victoria se separara y creara el Bloque Justicialista.
La pelea no es nueva y se refleja en todo el peronismo, incluso en Pergamino donde los “pejota” y los ultra k no se llevan bien desde hace tiempo, aunque eso no se evidencie formalmente en el Concejo Deliberante.
Por eso en Pergamino el bloque del Frente para la Victoria-Partido Justicialista sigue unido, porque en definitiva ninguno de los actuales ediles responde a Diego Bossio o a Juan Urtubey, las cabezas visibles de esta ruptura.
Esto no implica que el Frente local no esté roto, simplemente que aún no se ve reflejado en el Concejo Deliberante.
Esto implicará un problema para el oficialismo local, en función de cómo se desarrolle la relación con sus socios radicales que, actualmente, pasa por un mal momento.
El Frente para la Victoria reúne siete concejales y hoy es el bloque más numeroso del cuerpo, tras la división entre PRO y UCR.
Lo componen Diego Brigati, José Agudo, Laura Clark, Rosa Tulio, Lisandro Bormioli, Ricardo Ruggeri y Cristian Settembrini.
Si trazamos las divisorias políticas veremos que Brigati y Settembrini responden al PJ; Bormioli y Agudo vinieron del sector k cristinista; Clark proviene del sector kirchnerista de Sabbatella y Rosa Tulio es una peronista tradicional que puede jugar con ambos sectores. Si en algún momento se quebrara la bancada, tendrá que tomar una decisión difícil.
Divisorias
Una jugada del radicalismo hizo perder la mayoría al macrismo local que, inicialmente tenía diez ediles y la presidencia que ostenta Lucio Tezón, un PRO de la primera hora. Esto les permitía tener el doble voto, pero además, contaban con un acuerdo de gobernabilidad con el Frente Renovador del massismo que tiene tres votos.
La ruptura de los radicales les llevó a otro bloque a cinco ediles, de modo que con los tres que aportaría Marita Conti desde el massismo tampoco tendrían mayoría. En ese contexto el oficialismo debe acordar con los radicales o romper definitivamente y buscar diálogo con el peronismo.
El bloque de concejales PRO, tras la ruptura quedó con Lucio Tezón, Eddo Pascot, Andrea Bosco, Paula Bustos y Walter Baccarini.
Y los que crearon una nueva bancada llamada Juntos por Pergamino son Carlos Elizalde, Ramiro Llan de Rosos, Luis María Migliaro, María Ofelia Aguilar Ortiz y Teresa Capetillo.
Aquí, igual que en el peronismo, hay matices: Elizalde y Llan de Rosos son radicales de Héctor Gutiérrez; Luis María Migliaro es un radical de Ernesto Sanz; Aguilar Ortiz pertenece al GEN de Margarita Stolbizer y Capetillo responde al Partido Socialista.
Es un bloque que será difícil de manejar, por las diferencias internas que mantienen sus integrantes, que responden a distintos espacios.
Pueden votar los proyectos de Javier Martínez como no, incluso en algún momento hasta pueden dar libertad de acción si la situación se torna dificultosa con algún proyecto.
Massistas
El bloque Frente Renovador se compone con Marita Conti, Vicente Ardissone y Arturo Terrile.
No sabemos si están cómodos con el acuerdo de gobernabilidad al que han accedido, pero su jefe Sergio Massa ha bajado una línea nacional férrea de ayudar al gobierno de Macri, en la medida que las propuestas sean viables dentro de su proyecto.
A futuro
A futuro se prevé un Concejo Deliberante con dificultades, porque las relaciones que son clave, como las de los radicales y macristas, pasan por un momento de gran diferenciación.
La sociedad a nivel local parece haberse roto inmediatamente pasadas las elecciones, tanto que la ruptura de la amplia bancada que tenían se produjo en la primera sesión que debutaron.
Por otra parte, esta situación ayudará a que oficialistas y opositores mantengan diálogo, peronistas, radicales, macristas y massistas van a tener que conversar cada propuesta. Algo que en los últimos años ya no se veía en el cuerpo deliberativo porque el oficialismo y sus aliados, siempre imponían mayoría. Y esto en definitiva transformaba la labor de edil en una suerte de actuación, unos se oponían, otros defendían, pero los votos estaban arreglados de antemano.
Ahora tenemos la oportunidad de volver a contar con un Concejo Deliberante donde el debate valga y sea real e importante, los consensos habrá que buscarlos a través del diálogo y la persuasión y lograr que los proyectos que se aprueben sean porque los concejales están de acuerdo.
En Pergamino también se termina, según parece, la escribanía en el cuerpo deliberativo.
No es poco, al contrario, porque este panorama que se vislumbra le dará mucho más valor al Concejo frente a una ciudadanía que espera mucho de sus concejales.
