Superpoblación de presos: rumores sobre la instalación de la Alcaidía en Colón

Con un sistema penitenciario en crisis y las comisarías sobrepasadas, el debate sobre la necesidad de una alcaidía ya está instalado. En la vecina localidad existe un fuerte rumor sobre el ofrecimiento de un espacio de la localidad de El Arbolito, Partido de Colón, que podría ser la solución para el Departamento Judicial. 

DE LA REDACCION. La superpoblación carcelaria puso en crisis al sistema penitenciario bonaerense hace tiempo y la situación llegó a un punto crítico que dio marcha a un plan para paliar esa situación mediante la remodelación de edificios y la construcción de nuevos espacios.

Mientras tanto, las plazas para personas detenidas en comisarías, como sucede en nuestra ciudad, no dan abasto. Los presos condenados son derivados a cárceles bonaerenses como la de San Nicolás o Junín, las cuales también padecen la misma problemática con una población que crece cada año.

Esto se debe a que en la provincia de Buenos Aires los espacios de alojamiento de presos se encuentran colapsados y se observan con frecuencia situaciones de hacinamiento, peleas y/o motines.

Debido a sus estructuras inadecuadas y la falta de entrenamiento del personal policial para esa función, las comisarías no son lugares adecuados para alojar personas por períodos prolongados, pero no obstante ello la dependencia de Dorrego 636, tiene una población de aproximadamente 20 presos. Además, en algunas ocasiones se han producido varias detenciones simultáneas, y se superó ampliamente esa cifra.

La falta de espacios tiene un efecto aún más negativo que es la habitualidad de los jueces en otorgar beneficios extraordinarios como excarcelaciones o arrestos domiciliarios justamente por la falta de plazas para alojar detenidos. Consecuentemente ese procesado va a gozar de cierto privilegio no porque no signifique un peligro para la sociedad, sino porque el sistema no tiene lugar para alojarlo y eso, que suele verse muy a menudo, es un verdadero despropósito, porque los encargados de aplicar justicia recurren casi sistemáticamente a un punto gris que tiene sustento desde la frialdad de la letra pero que claramente no se condice con su espíritu.

Alcaidía

El debate sobre la necesidad de construir una alcaidía ya está instalado no solo en la comunidad pergaminense sino también Colón, ya que ambas ciudades comparten el Departamento Judicial.

En la vecina localidad existe un fuerte rumor que sería confirmado en las próximas semanas con la visita de una autoridad provincial, sobre la edificación de la alcaidía en ese lugar.

Según trascendió, a raíz del ofrecimiento de un espacio ubicado en El Arbolito, Partido de Colón, la alcaidía sería construida en un sector intermedio entre las dos localidades para facilitar el traslado.

Junín

En el servicio penitenciario de Junín, donde se halla alojado una buena parte de los pergaminenses condenados, la situación también es crítica, publicó el diario Democracia en un informe reciente.

Con dos unidades penitenciarias y una alcaidía tiene 1.800 internos distribuidos en tres edificios que fueron diseñados para albergar a 1.100 personas. Dicho de otro modo, la superpoblación sería de un 60 por ciento más que la capacidad máxima de las tres unidades.

Pero si se toma la situación general de toda la provincia, se advierte que el caso de Junín es mucho más pronunciado, ya que se estima que hay unos 35.000 presos en las cárceles bonaerenses cuando la cantidad de plazas es de 26.000. Es decir que esa población de 9.000 internos implica menos del 38 por ciento.

El informe también revela que la gran mayoría de los más de 1.800 internos de las tres unidades penitenciarias son del Conurbano bonaerense. Estimaciones del personal penitenciario indican que alrededor de siete de cada diez reclusos provienen del Gran Buenos Aires.

Los principales lugares de procedencia son las localidades de Moreno y General Rodríguez, aunque también hay de La Matanza, Lomas de Zamora y otras.

Esta situación generó una discusión, que se mantiene en el tiempo, sobre la incidencia de las cárceles en los niveles de delito, dado que se supone que familiares de los presos se instalan en la ciudad y eso generaría más cantidad de hechos.