Editorial

El fracaso del Mercosur


Lo que se viene anunciando desde hace dos décadas prácticamente, lo estamos viendo ahora, en vivo y en directo: el Mercosur está resultando un fracaso, no solo porque políticamente no tiene peso alguno en las decisiones internas de los países, aun cuando sean trágicas como en Venezuela, sino que además en el plano económico el comportamiento de los miembros de este bloque del sur se registra más como competidores que como integrados a un mercado regional. Es decir, estamos ante una estructura que fue creada con fines específicos que no se han logrado, como la unión aduanera, y que en su camino a tal meta ha fracasado en todas las instancias intermedias además de no aportar ningún beneficio sino que por el contrario ha insumido gastos y generado ciertos perjuicios.

Sobran los ejemplos de estas conductas que demuestran que, al fin, no ha habido la voluntad política suficiente de los países miembro como para que el Mercosur funcione, sea por los vaivenes políticos de la región o las crisis que cada nación soporta en cada etapa, lo cierto es que el bloque no marcha.

A inicios de 2017, el gobierno de Uruguay hizo pública su decisión de iniciar negociaciones con terceros países, rompiendo de manera unilateral un compromiso legal que ya lleva más de 30 años con el Mercosur. Brasil acaba de aprobar una nueva ley para el mercado del trabajo que, a ojos de la región, echa por tierra con los principios básicos del derecho laboral tal como lo conocemos. La crisis los ha llevado a tomar decisiones, con total prescindencia de sus supuestos socios de la región, perjudicando al resto. Argentina y el resto de los países del Mercosur padecerán problemas de competencia frente a la movida brasilera. Pero no es solo una cuestión de perjuicios, que al fin pueden existir con cada decisión entre países que comparten un mismo espacio: el tema es que dentro de los propósitos de la conformación del bloque estaba el lograr uniformidad de las leyes laborales para acceder a la movilidad de la mano de obra. Evidentemente no hubo una decisión de bloque, de parte de Uruguay cuando decide abrirse sola a otros mercados ni de Brasil al tomar decisiones competitivas y de legislación laboral sin aviso previo.

No es la primera vez que se habla de fracaso ni que se predice el final del bloque: el Mercosur ha atravesado ya varias crisis internas y de ellas ha resurgido, pero siempre sustentado en una entelequia política más que operativa. Pero si evaluamos sus resultados a la luz de un enfoque racionalista, como se ha venido haciendo, dicho proceso de integración no cumplió con sus objetivos planteados en un inicio de alcanzar un mercado común, con libre circulación de bienes y servicios, personas e inversiones, tal como prometía el tratado fundacional. 

Sucede que hay un enorme déficit de complementariedad y especialización de las estructuras productivas de los países del bloque y una resistencia de los gobiernos a delegar cuotas de autoridad en instituciones supranacionales, todo sumado a una cuestión geográfica, demográfica y social: son naciones muy diversas entre sí y hacia adentro, particularmente Argentina y Brasil, que tienen muchísimas realidades conviviendo dentro de sus límites, cual si fueran varios países en uno.

Cuando surgen estos bloques en los 90 para viabilizar y protegerse del avance de la globalización, hay regiones que mostraron estar más permeables y preparadas que otras. Y en este sentido América del Sur es claramente débil a la hora de moverse en forma regional, ya que los conflictos económicos de sus países conspiran contra la unidad. 

Precisamente, lo sucedido en la experiencia europea de posguerra, el Mercado Común Europeo es el fruto de la decisión de los Gobiernos de crear instituciones supranacionales y respetarlas restando poder interno en el manejo de la economía a sus países. 

Algunos sostienen que también se puede lograr el mismo objetivo si hay un liderazgo fuerte en un mercado, como el estadounidense Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por su sigla en inglés), seguida por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). Lo que demuestran que el éxito de la convergencia regional puede lograrse por medio de otros mecanismos que van más allá de las instituciones supranacionales. Pero el Mercosur tampoco tiene liderazgos claros, de modo que cada país hace literalmente lo que quiere o lo que puede (la Argentina también) y así no se construye un bloque regional.

Tengamos un estilo u otro de mercado regional, el éxito de un proceso de integración es la decisión de las naciones de delegar autoridad en pos de la acción colectiva transnacional. 

Al fin el Mercosur se restringe a la coordinación arancelaria, y el pasaporte regional, todo lo demás que se ha planteado como objetivo es literatura. 

Los movimientos políticos son igualmente erráticos en lo que hace al Mercosur, porque a medida que los países miembro también aparecen inmersos en una grieta ideológica bien marcada, no logran ponerse de acuerdo ni siquiera en un caso tan claro como el de Venezuela, donde una “democradura” cívico-militar reprime a puro plomo a una oposición desarmada, los muertos quedan tirados en las calles a la vista del mundo entero y no hay alimentos ni medicamentos para abastecer a la población, sean adictos u opositores al régimen. Los documentos lavados que se han logrado en el Mercosur pidiendo piedad a Nicolás Maduro (que ni siquiera así se logra que todos los países miembros los firmen) como sucedió en estos días en Mendoza, en una de las cumbres convocada para tratar el tema del país caribeño asociado, demuestran la imposibilidad de lograr el respeto de la región. Es claro que estando el bloque roto políticamente en dos sectores, al menos, entre pro populistas y pro liberales, por ponerle rótulos a groso modo, no se logran objetivos concretos. Lo de Venezuela, además de ser un fracaso político más del grupo es un fracaso diplomático, ya que ninguna gestión individual o grupal logró evitar llegar a este estado de cosas en el país de Maduro.

Llegado a este punto, el interrogante es qué haremos con el Mercosur, ¿seguiremos insistiendo en un desierto de desencuentros o llegará el momento de hablar claramente de un fracaso que, a esta altura, parece inevitable?


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO