La más transversal de las democracias se vivió en el Parlamento

Hemos atravesado horas muy interesantes en la Argentina, pudiendo ver en vivo y en directo un acto de democracia en estado casi puro, toda vez que la aprobación de la ley que despenaliza el aborto rompió con todos los cercos políticos partidarios. Y este es un bien muy escaso en la dirigencia de nuestro país, donde el peso de los mandatos de las cúpulas de los partidos es, normalmente, muy fuerte, torciendo voluntades y llevando a los legisladores a la “obediencia debida”, incluso en casos de fuerte impacto social.

Son muy escasos, lamentablemente, los asuntos donde no queda otra a la dirigencia que dar espacio a la libertad de conciencia y que todos los legisladores tengan la posibilidad de elegir su voto en total introspección. Temas como el aborto en este caso o la llamada “muerte digna” que remite a la eutanasia, son casi los únicos temas donde se habilita a romper los cercos de los signos políticos, también la maternidad asistida. Pero no más, todo el resto de los expedientes, por pesados que sean, se resuelven por bloques, se baja una línea y todos deben votar en un sentido u otro.

Por eso decimos que el debate que se dio en el Congreso desde el miércoles por la tarde es, en mucho tiempo, la expresión más elocuente que ha visto la Argentina de lo que debe ser una democracia. Si siempre se votara así, por convicción y no por obediencia partidaria, se cumpliría fielmente la premisa democrática de que “el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes” y, en consecuencia, la elección de estos representantes en cada comicio también sería hecha por los votantes con mayor conciencia, decidiendo por aquellos que, más allá de los colores políticos, mejor encarna su pensamiento para llevarlo al Congreso, que es, al fin, “la casa de la democracia”.

Ha sucedido en contadas ocasiones lo que ocurrió con el tema del aborto, cuya media sanción por su despenalización se aprobó en la mayor de las transversalidades que se haya visto; radicales, macristas, peronistas, kirchneristas, se dividieron a favor o en contra de la propuesta, con la más absoluta y total prescindencia de sus bloques. Fue raro de ver, escuchar discursos tan cruzados y ver un resultado donde ninguna bancada podía festejar individualmente, pero todas festejaron, al fin, la aprobación del proyecto.

Con el diario del lunes, el Gobierno considera que fue acertada la decisión de Mauricio Macri de abrir el debate por la despenalización del aborto, un asunto que dividió aguas en el propio Gabinete. Si alguna duda había quedado cuando el mandatario dio libertad a sus legisladores de habilitar al tratamiento del proyecto, una encuesta que llegó a las manos del jefe de Gabinete Marcos Peña a solo horas de que la Cámara de Diputados defina el destino de la iniciativa, le da la razón al presidente: tres de cada cuatro argentinos aprueban su decisión, sin importar la postura que tenga frente al tema.

Lo que fue un espectáculo digno de ver fue los alrededores del Congreso; una postal que remite a aquel Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810, llena de jóvenes, en su mayoría, con sus pañuelos verdes o los celestes. Los que estaban a favor de la despenalización fueron más numerosos desde la noche en que empezó el tratamiento del asunto y hasta la media mañana en que se aprobó la ley. Luego celebraron en gran forma, pero en ningún momento hubo que lamentar hechos de violencia entre ambos sectores lo cual, en la Argentina, es para destacar.

Dicen que Macri les pidió a los que tienen injerencia en el Congreso, que no operaran a favor o en contra. La orden que les dio a sus dirigentes se cumplió a medias en realidad. Es que si bien la única estrategia colectiva que trazó el Gobierno fue que no haya intromisión con el Congreso, sí hubo intentos individuales por torcer la balanza a favor de la despenalización, pero también hubo llamados de legisladores a funcionarios de la Casa Rosada para pedir una bajada de línea política que nunca les llegó. Con todo, ayer en el Gobierno admitían alivio porque el tema haya sido aprobado en Diputados y se defina la suerte del proyecto en el Senado, donde tienen más peso y responsabilidad los gobernadores y el peronismo. De este modo el oficialismo sale de la mira del tema en la segunda etapa.

La sesión fue, por lo demás, un verdadero debate histórico, hubo una lista de 138 expositores, más de la mitad de la Cámara quiso dejar su huella en este tema. Y durante horas y horas, en un escenario de paridad absoluta, lo que generó más tensión en los que esperábamos los resultados, sea en la plaza o en la comodidad del hogar por televisión. No es cualquier tema el que se votaba: aborto legal, seguro y gratuito, tal como reza el proyecto que ahora cuenta con media sanción ley.

Un síntoma de tanta tensión que se vibraba sobre todo puertas adentro de Cambiemos, donde los que estaban a favor o en contra se miraban de soslayo, fue la escueta aclaración que lanzó públicamente, una vez aprobado el proyecto, una enojada Elisa Carrió: “No he hablado para preservar la unidad de Cambiemos”, dijo, al pedir la palabra tras la votación, la líder del bloque de la Coalición Cívica, donde fue mayoría el rechazo a la iniciativa. También amenazó y se escuchó por el micrófono: “Les hago ganar una elección y me hacen esto. La próxima rompo”. En fin, poco tacto republicano tuvo en el enojo.

Ahora el proyecto pasa al Senado, un organismo cuya raigambre conservadora puede hacer peligrar la propuesta que tiene media sanción. Pero no deja de llamar la atención que Miguel Angel Pichetto anunció que aprobará la ley como viene de Diputados y tiene un bloque importante que integra a todo el peronismo federal y se sumaría el Frente para la Victoria ya que Cristina Kirchner, que en 12 años no quiso habilitar el tema oficialmente pero sí se pronunció en contra, afirmó ahora que sus hijos la convencieron de que debe apoyar esta nueva norma. Si ambos bloques se suman al apoyo, es probable que se apruebe la media sanción. Igual veremos qué sucede con los senadores del interior del país, donde la costumbre es claramente más conservadora en su tendencia que en la zona central del país.

En este escenario sigue su curso la ley de aborto legal, seguro y gratuito.