No aprendimos nada de las dos grandes guerras

Fuera de las amenazas cruzadas entre el gobierno del presidente Donald Trump y el régimen de Corea del Norte, se conoció ayer que desde hace meses hay negociaciones secretas para resolver la suerte de los ciudadanos estadounidenses encarcelados en el país comunista e impedir que se deterioren aun más las relaciones bilaterales. 

Se sabía que las dos partes habían negociado la liberación en junio de un estudiante universitario, pero hasta ahora se desconocía que las tratativas continuaban y que se habían ampliado para abarcar otros asuntos más allá de los detenidos.

Este dato que se conoció recientemente no es menor ya que las relaciones entre ambas naciones se vienen tensando peligrosamente. Trump también el miércoles se despachó con un inquietante mensaje en Twitter (que parece ser una nueva plataforma diplomática paralela) y una nueva amenaza en la escaldad verbal con Pyongyang: “Las soluciones militares están ahora totalmente dispuestas, cerradas y cargadas si Corea del Norte actúa imprudentemente . ¡Esperemos que Kim Jong Un busque otro camino!”. 

Esta es la más reciente advertencia del presidente tras haber amenazado al régimen de Kim Jong Un con una pesadilla de “furia y fuego” nunca vista, para luego aclarar que esa amenaza en realidad no fue “lo suficientemente dura” cuando, al mismo tiempo, intenta asegurar a la comunidad internacional que tiene la situación bajo control.

Mientras tanto, los coreanos siguen con sus ensayos nucleares y de misiles, sin atender razones y en clara amenaza a Estados Unidos; dicen que ya tendrían la potencia para atacar el territorio americano a la distancia.

El Consejo de Seguridad aprobó la semana pasada duras sanciones económicas contra Corea del Norte por sus ensayos nucleares. El régimen respondió que habrá una “venganza mil veces peor”, iniciando la ronda de explosivas amenazas, incluido un plan de Corea del Norte de lanzar una andanada de misiles contra la isla norteamericana de Guam algún día de este mes.

A esto, Trump dijo el miércoles que si el líder norcoreano, Kim Jong Un, ordena un ataque contra la isla de Guam se vendrá una respuesta “que nadie ha visto antes en Corea del Norte”. La naturalidad con que se dan estos cruces verbales, cual si se tratara de un juego de mesa, da pavor. Pero más escozor aun causa que la comunidad internacional, en general, también haya naturalizado expresiones y amenazas de este tenor. Seguimos llorando por Hiroshima y Nagasaki, pero no se percibe que haya conciencia de la guerra nuclear que hay en ciernes. 

Dos cuestiones: la primera es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puede sacar las resoluciones que considere oportunas, pero que tienen implicancia cierta en los conflictos, como es claro que sucede. El otro asunto es que por el momento el duelo de los mandatarios de ambos países es verbal, pero no sería la primera vez en la historia que vemos, sin darnos cuenta, el inicio de una guerra con consecuencias que no se pueden mensurar una vez que comienza.

En medio de las amenazan entre mandatarios, los máximos asesores en materia de seguridad de Corea del Sur y Estados Unidos acordaron hoy debatir de antemano cualquier paso a dar en la actual crisis con Corea del Norte, lo que sugiere que Washington consultaría antes con Seúl un eventual ataque preventivo.

La verdad es que hasta ahora las conversaciones no han servido para reducir las tensiones generadas por los avances en los programas nuclear y misilístico norcoreanos, que ahora alientan los temores de un enfrentamiento militar, pero dicen que podrían servir de base para negociaciones más serias.

Los funcionarios lo llaman el “canal Nueva York”. Yun es el único diplomático estadounidense que tiene contacto con una contraparte norcoreana. Las comunicaciones sirven principalmente para el intercambio de mensajes entre Washington y Pyongyang.

¿Estamos frente al inicio de una nueva guerra? ¿Somos testigos sin quererlo del comienzo de otra tragedia para la humanidad? No podemos ser tan temerarios de afirmarlo, pero la situación está lejos de ser resuelta y pareciera que el mundo no se entera.

Lo que viene sucediendo entre Estados Unidos y Corea del Norte demuestra no solo la ineficacia de los organismos internacionales pensados y creados para prevenir que los conflictos se vayan de madre, sino también que, al fin, las dos Grandes Guerras, las temibles guerras mundiales no han dejado las enseñanzas suficientes como para que el mundo haya aprendido la lección.

Lo que sucede en Oriente Medio es un desastre humanitario sin proporciones y el terrorismo que se dispersa a estas horas por Europa sigue creciendo sin tregua. Si faltara algo, Corea del Norte y Estados Unidos están al borde de un conflicto que, si se produce, terminará arrastrando a muchos otros países como hemos visto históricamente. 

Muchos organismos internacionales se crearon tras las grandes guerras mundiales, con el objetivo, como dijimos, de prevenir estos enfrentamientos, sin embargo demuestran, ante cada conflicto que sus recomendaciones no tiene peso en el concierto de las naciones. Alguna sanción económica puede aplicarse, pero no se logra evitar los conflictos porque en definitiva no solo no aprendimos nada del temible Siglo XX, sino que los entes supranacionales no logran imponer criterios de paz entre los propios países asociados.

Para lo que realmente terminan sirviendo estos organismos es para saber qué nación apoyará en el conflicto a una de las partes. Por ejemplo Rusia y China mantienen las relaciones diplomáticas relativamente estrechas con el régimen comunista de Pyongyang. Pero ante los reiterados desafíos de Corea del Norte a la comunidad internacional con sus ensayos nucleares y de misiles balísticos, la semana pasada apoyaron las sanciones del Consejo de Seguridad contra el régimen comunista.

En fin, nada asegura a estas horas que no estemos siendo testigos del inicio de un nuevo conflicto bélico que incluya a parte de Asia y parte de occidente.

Muy preocupante.