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Es claro y evidente cuando revisamos nuestra historia que las elecciones de medio tiempo siempre son menos convocantes que las ejecutivas. Porque cuando no se elige presidente, ni gobernador ni intendente, a los argentinos les resultan menos atractivos los comicios. Desde el punto de vista de la estructura democrática de una república, no deja de ser un error otorgarle poca importancia a una legislativa. En definitiva es el momento en que el votante puede establecer los equilibrios que crea conveniente entre oficialismo y oposición. De eso se trata el sistema democrático, del equilibrio entre los poderes.
Por otra parte, una de las claves de la democracia es, precisamente, la participación ciudadana, ya que si bien el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes como reza nuestra Constitución Nacional, lo que estaremos eligiendo es a esos representantes a los que tenemos que aprender a pedirles cuentas cuando terminan la función pública para la que nosotros mismos los hemos nominado.
En estos comicios no solo hay poco interés en ir a votar, lo que insistimos es un error, sino que las Paso que se realizarán la semana que viene generan menos interés aún. Porque su fracaso se hace evidente toda vez que ningún partido que se presenta va a internas dentro de sus espacios, salvo en algunos distritos y solo para elegir concejales. Y es natural que gastar tres mil millones de pesos para elegir candidatos a senadores y diputados sobre la base de todas las listas únicas, es verdaderamente ocioso. Sin embargo más allá de que quizás volvamos al viejo sistema de internas partidarias, dando por tierra con la ley de las Paso, hoy por hoy son obligatorias y un trámite necesario para llegar a los comicios de medio término de octubre. También servirá de observatorio respecto al apoyo que tiene cada postulante de los distintos espacios, una suerte de gran encuesta pero sin margen de error, ya que si bien no se elige efectivamente a nadie, se sabe tras las Paso quién ocupa cada casillero en el interés de la ciudadanía.
El domingo 33.193.686 electores estarán habilitados para ir a votar en todo el país. En ocho provincias, además de diputados nacionales, se votan senadores, precisamente en la provincia de Buenos Aires también. Es importante tener en cuenta que en esta oportunidad, los partidos políticos presentan sus precandidatos que deben al menos conseguir el 1,5 por ciento de los votos para poder competir en las elecciones generales del 22 de octubre. En los casos en los que haya interna como en nuestra ciudad, el domingo quedará determinado el ganador.
Este año se renueva la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación. Son 127 de sus 257 bancas que se distribuyen según la población de cada provincia. En el caso que nos corresponde a los bonaerenses veremos una lista de 35 postulantes a legisladores nacionales. Además, como las 72 bancas del Senado de la Nación se renuevan por tercios, ocho provincias también elegirán a tres representantes cada una para la Cámara Alta, entre ellas también nuestra provincia. Se eligen dos senadores por el partido que gana y uno por la primera minoría.
La provincia de Buenos Aires donde vivimos, el distrito más importante del país, cuenta con casi 13 millones de ciudadanos habilitados para votar. En Pergamino con 85.417 vecinos habilitados para sufragar el domingo sucede, como en otros distritos, que hay internas tanto en el kirchnerismo como en el randazzismo, el resto de los partidos y alianzas: Cambiemos, Frente Renovador, socialistas, vecinalistas y la izquierda van con una sola boleta a las urnas.
Para poner blanco sobre negro, cada pergaminense se encontrará en el cuarto oscuro con una sábana que contiene las siguientes partes: postulantes a senadores nacionales (2), candidatos a diputados nacionales (35), candidatos a diputados provinciales (11) y candidatos a concejales (10 titulares) y a consejeros escolares (3 titulares). Obviamente que en el caso del peronismo habrá más de una nómina por candidato nacional y en el resto de los partidos una boleta sola por signo político.
Por lo demás, siendo una elección de carácter obligatorio y general, las Paso se parecen en mucho a los comicios de octubre, cuando se elijan efectivamente a los legisladores, porque tienen la misma estructura, se vota en las escuelas de acuerdo al domicilio de cada vecino y la primera letra del apellido.
Nuestra ciudad renueva la mitad del Concejo Deliberante, diez de los veinte concejales que tiene el cuerpo. Lo que resulta interesante porque de acuerdo a cómo votemos los vecinos, habrá cambios en la composición del cuerpo colegiado y eso hará que los pesos políticos y el poder de decisión que tenga cada sector variará de acuerdo a la cantidad de votos que obtenga cada partido o alianza. Y la realidad es que esta cuestión luego se verá reflejada en la adhesión o rechazo que tengan los distintos proyectos que se ventilan en los altos del Palacio Municipal, en el estilo de relación que se establecerá con el Departamento Ejecutivo, en cómo se ejercerán los controles de lo que sucede en la Municipalidad en materia de presupuesto y gastos. De modo que si nos interesa la marcha de la ciudad, nos deben interesar las elecciones de medio tiempo, aun cuando se trate de las Paso en las que al fin no se eligen, efectivamente, los postulantes, salvo como dijimos en el caso en que hay internas.
El domingo próximo estamos todos convocados a votar, a ejercer nuestro derecho legítimo a elegir candidatos y en un país donde costó tantos años y tanto dolor recuperar la democracia, no sería lógico desaprovechar cada oportunidad de participar que la República ofrece.
