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En medio de una situación económica de ajuste que impacta de lleno en las clases medias de la Argentina y las pequeñas y medianas empresas que deben hacer frente a los nuevos costos de los servicios sin subsidios del Estado, la gobernadora María Eugenia Vidal planea un ajuste para la política, sabiendo que será una acción claramente bien recibida por los bonaerenses. La realidad es que mantener un sistema político como el argentino es evidentemente caro y, además, los parlamentos provinciales tienen pocos controles de modo que hay una opacidad en el modo de manejar empleados y subsidios.
En definitiva, el ciudadano no quiere sentir más que mientras él debe pelarse la frente para vivir, los políticos parecen tocados por una varita mágica que puede hacerlos ricos con solo obtener una banca. En esto no se equivoca Vidal cuando propone el ajuste de las cámaras provinciales.
De este modo después de las elecciones del próximo domingo, se enviará a la Legislatura un proyecto de ley que ajuste los millonarios gastos de las cámaras de Diputados y de Senadores bonaerenses. Por ley, a ambas les corresponden el 1,5 por ciento del presupuesto de la Provincia, lo que en 2017 equivale a unos 6.500 millones de pesos. Tampoco es que va a recortar tanto, ya que según circula, podría quedar cerca del 1,2 por ciento del total del Presupuesto de la Provincia. No es gran cosa. Pero el ahorro que se busca ya para el año próximo es de unos 2.500 millones de pesos, dijeron.
No será sencillo porque los partidos políticos que no tienen cargos ejecutivos, sino solo legislativos, ya comenzaron a acusar al macrismo que bajo el argumento de achicar el gasto político y la transparencia, ven una intención de desfinanciar la actividad política de la oposición. Esto los pondrá alerta en ambas cámaras lo que hará más difícil los consensos legislativos de cara al año que viene pero la gobernadora está dispuesta a correr el riesgo.
Para poner la situación en números y beneficios: la Cámara de Diputados suma 1.200 empleados de planta permanente, temporaria y de designación política pero la planta de personal es mayor: cada uno de los 92 diputados está habilitado a contratar hasta 14 asesores. Si todos lo hicieron, ahí hay 1.288 empleados legislativos más. A estos asesores se les paga con 3.000 módulos de 120 pesos que tiene a su disposición cada legislador. Cada diputado cuenta con 360.000 pesos para sueldos de asesores, es decir que si tuviera cada uno 14 asesores y les pagara lo mismo, cada uno recibe 25.714 pesos. En realidad tienen algunos asesores más caros que son los que trabajan efectivamente en los proyectos y unos cuantos más baratos que son, en verdad, pagos más políticos que por la eficiencia de los contratados.
La idea del oficialismo es que a partir del año que viene ningún diputado pueda tener más de siete asesores. Se habla además de directamente eliminar los módulos y que la propia Cámara absorba directamente el pago de los salarios de esos asesores. Cada diputado, además, cuenta con 600.000 pesos anuales para subsidios y otros 600.000 para becas de estudio. Ese monto no se ajustaría el año que viene, pero se debería trasparentar a quienes se les entregan los beneficios en forma pública.
El Senado cuenta con 46 senadores y unos 1.000 empleados en planta permanente, transitoria y política. Cada senador puede contratar hasta 10 asesores, es decir que podría haber otros 460 empleados. Se piensa poner un tope de siete asesores por senador a partir del año que viene. Según las autoridades del Senado, cada senador cuenta con 1.000 módulos de 125 pesos para pagarles a sus asesores.
Otra cuestión es lo que se llevan de bolsillo los legisladores: oficialmente, en la Cámara de Diputados informaron que en bruto la dieta de un legislador sin antigüedad es de casi 119.000 y 75.312 pesos en mano. En la Cámara de Senadores informaron que la dieta de un senador rondaba los 65.000 pesos. Se dice, sin embargo, que los legisladores terminan ganando entre 115.000 y 173.000 pesos merced a otros beneficios que se suman a las dietas.
Hasta aquí, si bien no es un recorte como para hacer un gran festejo, se ha comenzado a interpretar la demanda de muchos bonaerenses. Sin embargo si realmente se pretende achicar el gasto de la política, el Poder Ejecutivo también debe hacer su esfuerzo porque a fuer de ser sinceros son quienes más gastan en algunos rubros que no están muchas veces conectados directamente a la función, se abusa de viáticos, celulares y publicidad. En este sentido, la oposición deberá estar atenta para evitar que la tentación de engordar los gastos del Ejecutivo se haga realidad.
Porque del mismo modo que vemos que los legisladores usan alto presupuesto para contar con asesores, los funcionarios se cargan de directores, subdirectores, secretarios y subsecretarios en un juego que tiene más de política que de necesidades para el trabajo. No se puede tener un empleado para el café, otro para el azúcar y un tercero que traiga la cucharita. En el Ejecutivo, al fin, ningún Ministerio ha logrado evitar el influjo del reparto de puestos indiscriminados, en todos los gobiernos, en la Provincia y en la Nación. Incluso vale el dato que a nivel nacional, el gobierno de Mauricio Macri aumentó en un 25 por ciento la planta de funcionarios que son, al fin, los salarios más altos que paga la administración y la verdad es que alguna vez hay que poner coto a este despilfarro. De modo que sería esperable que tras el achicamiento de gastos en el Parlamento se siga con el ajuste en la faz ejecutiva.
No sabemos aun si hacernos grandes y desproporcionadas expectativas con este tema, pero daría la sensación que la gobernadora Vidal inició el camino de los recortes y veremos a dónde llega.
