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Al fin, tras quince jornadas de paros docentes vuelven los chicos a las aulas bonaerenses. Claramente la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal aguantó a pie firme los embates y la seguidilla de huelgas y logró que se reanuden las clases sin haber cedido, por el momento, casi nada a los maestros.
En un escenario de confrontación que se fue extendiendo peligrosamente, siempre le sucede lo mismo a los docentes: hacen reclamos justos y así los visualiza la sociedad, pero a medida que el plan de lucha se va estirando, el apoyo general se va adelgazando, y los mismos que dicen que los maestros tienen razón respecto a que ganan, en muchos casos, menos que la canasta básica, comienzan a cuestionar la metodología del paro. Al fin, terminan retrocediendo y volviendo a clases, en este caso, sin conseguir nada sustancial en materia de salarios. Y es así que los seis gremios de la educación -FEB, Suteba, Uda, Amet, Sadop y Udocba- decidieron suspender las huelgas y esperan una nueva propuesta del equipo de María Eugenia Vidal, para destrabar el conflicto. “Las organizaciones gremiales estamos dispuestas al diálogo respetuoso, democrático, sin condicionamientos y en el marco del cumplimiento de las legislaciones laborales y educativas vigentes”, piden desde el frente. Hace tres días, Vidal respondió un pedido de los sindicatos de una “reunión urgente” y aceptó la invitación pero si se comprometían a “no hacer más paros en lo que resta del año”.
A fin, los docentes vieron cómo les torcían el brazo y la gobernadora salía bien parada de un conflicto por el cual, al comienzo había perdido varios puntos de imagen positiva, pero que ahora empezará a recuperarlos sobre la base de sentirse fortalecida. En tanto, el Ministerio de Trabajo bonaerense no hizo nuevo llamado a paritaria. La negociación por el aumento salarial para los educadores provinciales está claramente estancada. La última oferta -19 por ciento en tres tramos, con cláusula gatillo, aporte extra fijo por pérdida salarial 2016 y mejora por reducción del presentismo- fue rechazada. Las entidades piden una “propuesta superadora”, pero si miramos atentamente los porcentuales, se comenzó con los paros cuando ofrecían el 18 por ciento y tienen que volver con el 19 a estar frente al grado.
¿Tenían razón entonces los docentes en los reclamos? Sin dudas que tenían y tienen razón y la propia gobernadora se los ha reconocido: ganan poco y mal y lo que les han ofrecido es escaso pero la pulseada la perdieron.
Los gremios también reclaman el acatamiento a un fallo de la jueza Contencioso Administrativa, María Ventura Martínez, que ordenó no aplicar descuentos por los días de paro. Y se liquidaron los sueldos de marzo con descuentos, una medida ilegal, pero en la Argentina siempre sucede lo mismo: quienes gobiernan se niegan a cumplir con las medidas judiciales. Y es así que comenzaron los reclamos por recortes en haberes, incluso de quienes no pararon. En la Dirección de Escuelas consideran que son errores “dentro de los márgenes” de un sistema con más de un millón de recibos a liquidar y con un sistema “manual” de supervisión.
Esta disputa entre los gremios y el Gobierno bonaerense tuvo muchos capítulos pero un esquema de enfrentamientos: Vidal eligió a Baradel, el dirigente del Suteba que reúne al 40 por ciento de los docentes de la provincia. Buscó el contraste y le hicieron “operaciones” al sindicalista tratando de denostarlo como “el peor de todos”. Esta estrategia terminó por resultar beneficiosa para la mandataria, aunque esta pelea puede traerle algunos dolores de cabeza más porque el escenario podría cambiar. “Si no hubiera avances en la negociación, se profundizará el plan de lucha con medidas de acción directa”. Traducido: esperan que mejore la oferta o volverían los paros y es el Suteba de Baradel el que encabezará las eventuales huelgas.
Para Roberto Baradel, dirigente histórico de los docentes no se trata de una etapa sencilla, en cinco semanas tiene elecciones en su gremio y la izquierda viene cercándolo desde varios distritos (sobre todo La Matanza) donde hacen pie y amenazan con ganarle la elección. Esta cuestión también fue utilizada por el PRO bonaerense, afirmando que el Suteba sobreactuaba los paros mirando su propia interna. Los chinos tienen un dicho: “Cuidado con lo que deseas, porque se puede hacer realidad”. Unos sabios porque si el Suteba se radicaliza y gana la izquierda, los problemas que tendrá el Gobierno con el sindicato que nuclea a más maestros en la provincia serán mayores, se radicalizarán las posturas visiblemente y quién sabe, no terminen extrañando las peleas con Baradel.
Por su parte el Gobierno bonaerense tuvo gestos de dudosa legalidad como pretender premiar con un bono a quienes no hicieran paro o mandar a revisar el encuadramiento de los gremios más combativos buscando suspender la personería gremial.
Lo cierto es que en los plenarios y asambleas docentes resolvieron dejar la acción directa y pasaron a “medidas distritales”. Es decir actividades en plazas, edificios educativos y reuniones informativas. Así continuará el conflicto esta semana, pero con los chicos en las aulas como pretendía María Eugenia Vidal.
Lo que no puede quedar fuera del análisis es que los chicos de la escuela pública perdieron muchos días de clases, y las responsabilidades son compartidas por todos los adultos protagonistas de este gran conflicto.
En el plano político no caben dudas que se trata de un triunfo de María Eugenia Vidal, que tuvo el temple y la paciencia necesaria para llegar a la instancia en que los propios maestros dejaran de adherir a los paros propuestos por los dirigentes gremiales. Esa fue la apuesta cuando desde el Gobierno detectaron que ese fenómeno se estaba produciendo. “Con los chicos en las aulas nos sentamos a debatir” fue el mensaje desde el principio y parece que llegó ese momento, por el bien de la educación.
