Cien años sin soledad

Por Omar Pacini.

Febrero 1917: la Gran Guerra está desangrando a gran parte del mundo. EE.UU. declara la guerra a los imperios centrales. Cuba y Brasil proclaman el  “Estado de Guerra” a Alemania y el Gobierno radical de Hipólito Yrigoyen se resiste a hacerlo, a pesar de que los alemanes hunden dos  barcos de bandera Argentina.

En Pergamino el intendente conservador Miguel Dávila, que había asumido en diciembre de 1916, al ser intervenida la provincia de Buenos Aires, siendo designado interventor José Cantilo, debe dejar la Municipalidad y asume como Comisionado el radical yrigoyenista, el primero según el historiador Rafael Restaino, José Enrique Torrent.

En el fútbol, amateur aún, Racing Club ganaba por cuarto año seguido el título de la AArgF y en Pergamino, Provincial había conseguido el campeonato de 1916 y en ese año del 1917, el campeón iba a ser Porteño.

Morirían en 1917 Rodín, Pedro B. Palacios (Almafuerte) y el uruguayo  José Enrique Rodó.

Y mientras tomaba dimensiones gigantescas la revolución bolchevique, que terminaría con la masacre de los zares, y pocos meses después un gigantesco terremoto destruía Guatemala, en Pergamino nacía LA OPINION de la mano de Enrique Venini, militante del socialismo desde muy joven; fue el primer concejal de ese partido en Pergamino y el segundo en el país.

LA OPINION fue la culminación de su vocación inclaudicable con respecto al periodismo y seguramente en un algún espacio destacado de este número aniversario, estará escrita su primera nota vinculada con la idea de que el medio “sirviera a todo Pergamino por igual…”

Lo demás es historia. Una maravillosa historia con cientos de pequeños episodios que fueron, con LA OPINION, y a través de sus páginas, formando parte de la vida misma de Pergamino, de sus pueblos y de la región.

Y dentro de una de esas pequeñas historias, es donde me siento un tanto identificado. Modestamente involucrado, pero orgulloso de haber podido hilvanar lo que para el cineasta Sorín, podría haber sido una historia mínima.

Llegué a LA OPINION de la mano de un periodista de estirpe radical que era jefe de deportes: don Ramón Raimundo. Desde mi Guerrico natal le hacía llegar, allá por los sesenta, la síntesis de los partidos que jugaba Progresista de local. Cuando la jefatura de deportes estaba a cargo de Horacio Abel “Chichino” Ayestarán, me convocó, en una actitud irresponsable, sin dudas,  para llenar la página deportiva de Pergamino entre Quince Días. Y creo que allí nacía un temerario, primero cronista, luego relator, hasta terminar involucrado en la política sabiendo que como solía decir el maestro Alberto Laya, cuando uno se dedica al periodismo, y por extensión a la política, diría yo, “uno se convierte en un constante sembrador de enemistades…”.

Pero no me parece razonable hablar de mí. Quiero escribir de quienes desde LA OPINION, desde esa inolvidable planta alta del querido  edificio de Merced 555 me dieron las más sabias lecciones de vida que alguien pueda capitalizar oyendo con religiosa atención discusiones, charlas, análisis,  de tipos entrañables, queribles, talentosos,  que más allá de lo que escribían, desparramaban sabiduría a manos llenas.

Héctor del Giudice, Mario Lombari, Lorenzo Pío Caldentey, Quique Kessler, la incipiente y maravillosa “locura” de Raúl Della Valle y el mundo misterioso e inaccesible de los Di Santo (fotógrafos), más el olor penetrante de la tinta de las rotativas, formaron parte una portentosa colección de momentos imborrables que sirvieron para  que con la memoria intacta de tener un poco más de veinte años, fuese almacenando un aprendizaje que me sirvió para compensar en parte el déficit que me debía al haber llegado solamente al sexto grado de la primaria.

El mundo era otro. ¿ Mejor? No lo sé …Quizás menos vertiginoso, con más tiempo disponible; aunque ahora exista de todo para hacernos lavida menos incómoda.

Pero es bueno buscar cosas que unan esos tiempos con los actuales.

Oliverio Girondo, un poeta gigantesco, decía en 1932, refiriéndose a las mujeres”…no les perdono, bajo ningún pretexto que no sepan volar…”.

En 2017, en la película con catorce nominaciones para los Oscar de la Academia de Hollywood, “La LaLand: Una historia de amor” los protagonistas, en una escena que será inolvidable, vuelan…

Entre esa grieta implacable, la del tiempo, en mi vida y en la de cientos de pergaminenses estuvo, está y estará LA OPINION.

Cuando escribía me gustaba citar frases, pero “respetando las ilustres comillas” como me aconsejaba con vehemencia, Pío Caldentey, y para cerrar me quedo con una frase casi final en el último libro de Humberto Eco “De la estupidez a la locura” “…Saúl Bellow escribió una vez, que, en una época de locura, creerse inmunes a la locura, es una forma de locura. Entonces no crean al pie de la letra lo que acaban de leer…”

Me tomo la libertad de no estar de acuerdo con el escritor, pedagogo y ensayista piamontés para que crean definitivamente que LA OPINION es parte de mi vida. Gracias y feliz centenario.