Los mejores recuerdos de un notable equipo de trabajo

Por Ernesto Mollo.

Frente a la computadora los recuerdos llegan al galope a mi memoria y me trasladan hasta aquellos días, aquellos momentos en la redacción del Diario LA OPINION. Una mezcla de adrenalina y emoción al ver plasmada en la edición de ese día, una nota, la primera entrevista o el primer informe.

Ya había tenido la suerte, en los tiempos de Julio Venini, de prestar mi colaboración a pedido del periodista Jorge Sharry,  en la Página Joven, un espacio a cargo del propio Sharry, que trataba temas vinculados a la educación; y por supuesto a la juventud en general. Tiempo después, habiéndose hecho cargo del Diario, Hugo Apesteguía, me incorporé a la redacción de LA OPINION junto a queridísimos compañeros y amigos, quienes entre todos formábamos un equipo de trabajo, a mi humilde entender y sin falsas modestias, notable.

Alvaro Kegay era el jefe de Redacción junto a Claudia Aiello, Jorge Sharry, Guillermo “Toto” Baduy, Mariano Atia, Javier Mengoni, Néstor Suárez, Mauricio Bártoli, Ricardo Piraccini, Lorenzo Pío Caldentey, “Chichino” Ayestarán, Carlos “Pancho” Bonet, Luciano Zucarelli, Fernando Bongiovani, Fabián Lombardi, Carlos Otegui, entre otros. Además de tipeadores como Mario Di Chiara, Ricardo Zambuto, Susana Farah en la corrección, Paco Pérez, Manuel “Manolo” Nuñez en Mesa de Entradas, en diagramación a muchachos como Eduardo Flores, Leandro Casamassima, Eduardo Bibbó y Gustavo Curti. Un grupo grande de personas extraordinarias.

Seguramente me estaré olvidando de alguien, por lo que vayan las disculpas del caso. Y por supuesto, todos bajo la atenta mirada del Gerente de LA OPINION, por quien siento un gran aprecio y cariño, como José Rafael “Pepe” Picone. A Pepe, como todos lo conocemos, le debo realmente la confianza que depositó en mí, al momento de aceptar mi incorporación al staff de LA OPINION. Y desde luego a Hugo Apesteguía que como director y propietario del medio tenía la última palabra y por supuesto confió en que podía ser útil al medio. Sobre todo porque me tocó bailar con dos áreas muy importantes y destacadas para el Diario como Política y Policiales.

Como en toda actividad laboral hubo momentos buenos, y no tanto, pero siempre con la certeza del respaldo que nos brindaba el Diario. Pero en honor a la verdad, el tiempo en que me desempeñé como periodista del diario LA OPINION, me valorizó en mi tarea profesional e incluso me abrió puertas para otros trabajos similares como los que hoy tengo en suerte ocupar en el Semanario EL TIEMPO.

Junto a las personas que nombré y otros cuyos nombres escapan a mi memoria, supimos conformar además de un grupo de trabajo, un conjunto de amigos. Muchas fueron las horas compartidas en la redacción y fuera de ella, en asados o simplemente tomando un café. Hoy, a pesar de no estar juntos con la continuidad de aquel momento, de vez en cuando solemos encontrarnos, especialmente trabajando, compartiendo alguna rueda de prensa.

Les deseo lo mejor, tanto a aquellos compañeros que continúan con sus tareas en la Redacción como a los periodistas jóvenes que se han sumado, y que realmente aportan gran profesionalismo y entrega, lo cual se refleja en cada edición; y a Romina Apesteguía que supo darle su impronta a esta nueva etapa del Diario. Realmente agradezco haber tenido la oportunidad de haber sido parte, al menos de un pedacito de la larga historia del Diario LA OPINION, que el lunes 13 de febrero cumple nada más y nada menos que un siglo de vida.