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El exfuncionario amplió hizo la presentación en el juzgado federal a cargo de Rodolfo Canicoba Corral y en el escrito advirtió que algunas de las grabaciones filtradas no se realizaron en el período en el que el juez Lijo autorizó la intervención de su teléfono.
Buenos Aires, (NA) - El exdirector de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli presentó ayer un escrito para ampliar la denuncia por la difusión de escuchas telefónicas suyas y alegó las conversaciones que se reflejaron en distintos medios de comunicación no corresponden con el período en el que las autorizó el juez Ariel Lijo.
En el escrito se identifica como presuntos responsables al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti; al juez de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, Martín Irurzun; al juez de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, Javier Leal de Ibarra; al director de Captación de Comunicaciones del Poder Judicial, Tomás Rodríguez Ponte; y al jefe de la AFI y su número dos en el organismo, Gustavo Héctor Arribas y Silvia Cristina Majdalani, respectivamente.
A su vez, solicita el allanamiento del Departamento de Intercepción y Captación de las Comunicaciones (Dicom) para establecer la existencia de las llamadas “pre-causas” y si alguna de ellas justificó las grabaciones telefónicas denunciadas.
El exfuncionario kirchnerista amplió la denuncia en el juzgado federal a cargo de Rodolfo Canicoba Corral y en el escrito advirtió que algunas de las escuchas filtradas no se grabaron en el período en el que el juez Lijo autorizó la intervención de su teléfono, es decir entre el 24 de junio al 23 de agosto de 2016.
Parrilli remarcó que las conversaciones que mantuvo con la expresidenta Cristina Kirchner, en las que hablaban de supuestos “aprietes” a la Justicia, se desarrollaron en abril y mayo de 2016.
Según el estrecho colaborador de la exmandataria, el caso configura “el escándalo de espionaje político más espectacular de la historia democrática argentina”.
“Torpeza o no, digo, la de precisar fechas o develar escuchas fácilmente identificables en el tiempo de su realización, lo cierto es que la prensa, vehículo necesario para la pretendida operación, dejó al descubierto una trama criminal urdida desde las más altas esferas del poder, que denotan un modus operandi de hacer política”, remarcó Parrilli.
