Con varias obras, la Iglesia Merced atraviesa un proceso de restauración

La recuperación de espacios en el templo se dio gracias a los múltiples trabajos que se vienen llevando a cabo desde hace algunos años. Los salones, pasillos, la fachada externa, entre otros, fueron algunos de los lugares reparados. Para 2015 se prevé recaudar fondos para culminar lo que resta del mejorado de ladrillos en la parte exterior de la Parroquia.

DE LA REDACCION. Desde hace algunos años en el edificio del templo mayor de nuestra ciudad, Parroquia Nuestra Señora de la Merced, se vienen llevando a cabo numerosas modificaciones en pos de sostener en pie el histórico edificio, que como toda edificación añosa presenta deterioros que se hacen más difíciles y costosos de subsanar según pasa el tiempo. A la vez, se persigue un fin estético, de modo que su aspecto sea agradable visualmente y se asimile al resto de las construcciones que la rodean, en el centro cívico de la ciudad.

A su vez, se realizan trabajos para la recuperación de espacios internos que se debieron dejar de usar a causa de las malas condiciones de habitabilidad. Esto ha permitido a la comunidad religiosa disponer de más lugares para desarrollar las numerosas actividades que diferentes grupos organizan semanalmente.

Continuidad

A principios del próximo mes se cumplirán dos años de la partida a la vecina localidad de Salto de quien fuera párroco de Nuestra Señora de la Merced, Juan Domingo “Mingo” Pisoni y de la asunción del sacerdote Carlos Miri en su reemplazo.

Durante el período en que “Mingo” desarrollara su labor, empezaron las primeras refacciones en el interior del templo, trabajo que se desarrolló con el aporte del Municipio. Años más tarde, con la llegada de Carlos Miri, la labor estuvo orientada a restaurar los salones internos, pasillos, el espacio que utiliza Cáritas y por último la “faraónica” obra de restaurar la parte externa del templo con un trabajo especial que se realiza sobre los ladrillos de los muy altos y complejos muros.

Recuperar espacios

Con el objetivo de actualizar la información de lo realizado hasta el momento y dialogar sobre lo que resta hacer, LA OPINION mantuvo contacto con el actual párroco de Nuestra Señora de la Merced, padre Carlos Miri que contó que, en el último año, se arreglaron los salones en que se dicta catequesis, ubicados en el primer piso con entrada por calle María Crescencia Pérez, al igual que en la galería que separa el templo de las oficinas y la casa parroquial. 

En las paredes se debió realizar un tratamiento de calado que permitió arreglar los daños producidos por la humedad. Los techos también fueron reparados y el altar al igual que la denominada “Casa del Joven”, en la intersección de María Crescencia Pérez y 9 de Julio. En las tareas también hubo premura por acondicionar un espacio para que habitara una congregación de religiosas que llegó a la ciudad; para ellas se destinó el sector donde funcionaba la revista “La Semana” y se restauró el acceso a Cáritas, todo por calle 9 de Julio, según explicó el sacerdote.

Sin revoque e impermeable

En la parte externa del templo comenzó un proceso de restauración en los ladrillos. Dijo Miri al respecto: “Como todos bien saben, la iglesia fue construida para ser revocada. El padre Idelfonso Amondarain no pudo realizar este trabajo, tampoco Gastón Romanello ni ninguno de los que lo sucedieron. Nosotros creemos que si revocamos la parte externa del templo se perdería parte de la historia por ello decidimos llevar a cabo un trabajo específico en las juntas de los ladrillos que estaba en mal estado. Por otro lado se los pintó con impermeabilizante para que no filtre el agua”.

Sin fondos 

Dicho trabajo comenzó a realizarse en la parte externa del templo, desde la esquina de 9 de Julio y Florida hasta llegar a Florida y Merced. “Es muy costoso por ello se hizo una campaña de socios y colaboradores, además de utilizar el dinero de la rifa que vendimos y cuyo premio fue un automóvil. En los últimos días culminamos con parte del trabajo. No contamos con más fondos sino que registramos deudas ya que el presupuesto de la obra se fue modificando conforme al movimiento de precios que sufrieron el impacto de la inflación. Hasta que no terminemos de abonar lo realizado no podemos avanzar”, lamentó el párroco, al tiempo que estimó que el trabajo que resta llevarse a cabo, en las paredes externas del templo de calle 9 de Julio, 11 de Septiembre y el frente de la casa parroquial, tiene un valor de un millón de pesos sin contabilizar el frente del templo. “La idea es restaurar toda la parte externa del templo pero primero debemos contar con el dinero”, dijo Miri.

10 centavos

Según el sacerdote, cuyo criterio es ampliamente compartido por la comunidad, la Parroquia de la Merced constituye un emblema para Pergamino, un lugar histórico es por lo que considera todos debemos hacer nuestro aporte para que se mantenga en buenas condiciones. “Por ello seguimos convocando a la ciudadanía a participar de este proceso de refacción”, invitó.

Miri se remontó a la construcción del templo y a los valores de solidaridad y trabajo comunitario que son parte del catolicismo para sugerir la manera en que el objetivo de restauración se puede lograr: “En la década de 1920 Amondarain le pidió a cada pergaminense 10 centavos y que cada uno de ellos buscara 10 pergaminenses que no vivieran en nuestra ciudad para que también aportaran 10 centavos. Con el dinero recolectado se pudo reconstruir la Parroquia”, tras el incendio ocurrido en 1919.

Múltiples grupos

Además de centro de culto, La Merced es sede operativa de varios grupos de formación religiosa e interés social: Cáritas (comestibles, ropa y vivienda), catequesis (comunión y confirmación), Consejo de Asuntos Económicos, Pastoral de la Salud, Oración de Jóvenes, Capilla de Adoración Perpetua, Grupo de Matrimonios, Misioneras, “Hijas de María”, Apostolado de la Oración.

El buen estado general del edificio es, en consecuencia, una prioridad para que estas agrupaciones puedan continuar con sus actividades en condiciones salubres y seguras. Además, mayores dilaciones en las tareas de mantenimiento implican mayores complicaciones a futuro, tanto en la resolución de inconvenientes como en los costos de los trabajos. Es de tener en cuenta que estas paredes próximas a cumplir 100 años contienen instalaciones eléctricas que se deterioran a su par, con el peligro que ello conlleva, para el patrimonio y las personas, especialmente ahora que con la Capilla de Adoración Perpetua, hay circulación de gente las 24 horas, los 365 días del año, con frío y calor extremos. Este oratorio es el único “perpetuo” en la Diócesis de San Nicolás, es decir que el Santísimo nunca está solo.

Ladrillos y espíritu

Por último, Miri manifestó cuáles son las proyecciones que se propone la comunidad de cara al próximo año. 

En la parte edilicia se continuará “a paso de tortuga”, según el sacerdote, con la obra de los ladrillos de afuera. “Por otra parte, la más importante, en lo espiritual tenemos que seguir creciendo en la formación de la comunidad. Tenemos que aprender que como comunidad, debemos respetarnos, creciendo en lo espiritual, con Dios, con los demás y con uno mismo. Tenemos que saber de dónde venimos y hacia dónde vamos como personas individuales, concretas e hijas de un mismo Dios”, concluyó Miri.