Pergamino

El taller aeronáutico de Pergamino que es referencia para el país


 Gustavo Carreras junto a un Air Tractor Ms atrs la cabina de un Boeing donde funcionar un simulador  (LA OPINION)

'' Gustavo Carreras junto a un Air Tractor. Más atrás, la cabina de un Boeing, donde funcionará un simulador. (LA OPINION)

Gustavo Carreras lleva adelante su empresa Aerotécnica Rosario, especializada en la reparación y mantenimiento de aviones Air Tractor. De unas 120 naves de este tipo que operan en Argentina, casi la mitad son atendidas en el amplio hangar ubicado en cercanías del Aeródromo pergaminense. 


La actividad aeronáutica no puede ser desarrollada si no se tiene pasión por ella. Y si además se la combina con la mecánica que también tiene mucho de pasional, el resultado es una persona entregada de cuerpo y alma a un rubro en el que no abundan los referentes: mecánico de aviones.

Pero lo más interesante de lo que LA OPINION presenta en esta nota, es lo que ha logrado el personaje de esta historia, que se llama Gustavo Carreras. Se trata del taller aeronáutico montado en cercanías del Aeródromo de Pergamino, en el que se atiende a prácticamente la mitad de los aviones Air Tractor que operan en el país, merced al prestigio logrado por este pergaminense por adopción (nació en Buenos Aires) de apenas 48 años.

Los Air Tractor son las naves de color amarillo que pueden verse en los campos haciendo las fumigaciones, y también son utilizadas para combatir los incendios forestales. Se estima que hay unas 120 operando en el país, de las cuales casi 60 tienen base en Pergamino a la hora del mantenimiento o las reparaciones.

Ingresar al hangar de la empresa de Gustavo Carreras, que se llama Aerotécnica Rosario, es impactante para cualquiera que no pertenezca al mundo de la aviación, y emocionante para el que ama los aviones. Allí, aún sin perder su desafiante porte, toman descanso seis Air Tractor, que están siendo alistados para otra temporada de batalla, que comenzará a fines de la primavera. Y cuando estas formidables máquinas salgan surcando el aire hacia sus bases de operaciones ubicadas a lo largo y ancho del país, otras de su misma especie llegarán para recibir las reparaciones especializadas.

Este hangar el pasado lunes recibió importantes visitas, que llenaron de orgullo a Gustavo Carreras. Llegaron especialmente para conocer las instalaciones la directora de marketing de Air Tractor, Nancy Andersen y el manager general de servicios de Pratt & Whitnney, la mundialmente reconocida firma proveedora de turbinas con las que vienen motorizados los Air Tractor. No fue casual la llegada de los representantes de estas empresas, sino que quisieron estar en el lugar donde se hacen los services a prácticamente la mitad del parque de Air Tractor que opera en uno de los países de mayor predicamento agrícola del mundo.

“Se llevaron una muy buena impresión, nosotros tenemos todo en orden y la verdad es que fue un orgullo recibir a la gente de Air Tractor y de Pratt & Whitnney en nuestra casa”, señaló Gustavo Carreras que en diálogo con LA OPINION explicó cómo con su empresa llegó a este muy buen presente y cómo se prepara para seguir creciendo.

 

Volá con el simulador de vuelo de Gustavo Carreras desde Aeroparque hasta Ezeiza.

- Cómo empezó el vínculo con Pergamino y la idea de montar un taller de reparación de aviones agrícolas?

- A fines de 1996 comencé a venir a Pergamino. En ese tiempo trabajaba como mecánico de la línea Boeing de Aerolíneas Argentinas y a su vez seguía mi carrera de piloto y era instructor. Se produjo una vacante como instructor en Pergamino y uno de mis primeros alumnos fue Alejandro Moreno, que es de la firma Agsur Aviones que es la representante de los aviones Air Tractor en Argentina. A raíz de un enlace con ellos me hicieron la propuesta de que me viniera a Pergamino para hacer aeroaplicaciones y así fue como empecé mi carrera como piloto agrícola. Al tiempo nos dimos cuenta, siendo yo técnico aeronáutico, de la posibilidad de montar un pequeño taller para atender este tipo de aviones, básicamente porque el taller que nos atendía los aviones no nos dejaba satisfechos. Arrancamos en 1999 con el taller en la Estancia La Noria y fuimos creciendo en el mercado. Después de unos cuantos años en 2007 me retiré y empecé con mi propio taller, con el nombre de Aerotécnica Rosario, ya que me fui a instalar a esa ciudad porque no quise hacerlo en Pergamino por la sencilla razón de no poner una competencia tan cerca y porque podía ser interpretado hasta como una provocación. Dos años después Agsur decide cerrar el taller y así fue como absorbí gran parte de la clientela y decidí regresar a Pergamino. Eso se sumó a lo que yo había logrado por mi cuenta y así fui creciendo en número de aviones, al punto de encontrarnos hoy con 57 en mantenimiento, con clientes que nos confían sus máquinas que tienen base desde Salta hasta Tucumán, Corrientes, Chaco,  Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires”.

- ¿Su taller es exclusivo para Air Tractor?

- Yo me dediqué específicamente a los Air Tractor porque vi un nicho y no quise distraer mi atención de lo específico. Así creo que se logra mayor especialización. Hoy hay alrededor de 120 aviones Air Tractor volando en Argentina, algunos oficiales de las provincias para combatir incendios y se los atienden ellos mismos, pero nosotros tenemos prácticamente el 50 por ciento del mercado, con casi 60 naves que son traídas a Pergamino para hacerles el mantenimiento.

- ¿Por qué llegan aviones desde tan lejos?

- Tenemos clientes de Salta, siendo que en esa provincia y en Jujuy hay talleres para este tipo de aviones. A esos clientes hay que cuidarlos de manera sobre especial y para ello, para mejorar la logística para el caso de que haya que viajar de urgencia para hacer alguna reparación y no hay tiempo de traer el avión a Pergamino, hemos incorporado un avión Pipper Lance, de seis plazas que traje volando desde Estados Unidos, cruzando Centro América, Caribe y la selva tropical del Amazonas (muy recomendable para verla desde el aire pero no para sobrevolarla con un monomotor) para poder llegar a cualquier punto del país en el menor tiempo posible. Hasta que incorporamos este avión, si un cliente tenía un desperfecto que requería mi presencia urgente, yo tenía que subirme a mi auto para llegar, por ejemplo a Salta, al otro día, o irme hasta Aeroparque y combinar un vuelo de línea. Ahora si las condiciones climáticas lo permiten, en cuatro horas estoy en Salta y con todas las herramientas. Eso, sumado a la calidad de nuestro servicio, creo que son ventajas importantes a la hora de que un dueño de avión nos confíe su reparación.

Tenemos mucho tiempo libre entre diciembre y marzo, pero no nos podemos ir de vacaciones esos cuatro meses porque los aviones están operando a full y si tienen algún inconveniente allí tenemos que estar nosotros para solucionarlo. Pero en ese tiempo libre aprovechamos para avanzar en los hobbies de la aviación, restaurando alguno por ejemplo.

- También en sus instalaciones funciona un simulador de vuelo. ¿Con qué fines armó esa estructura?

- Pensando a futuro, empecé a armar un simulador de vuelo, que no es para que una persona aprenda a volar, sino para que un piloto se entrene. Por eso el nombre que adopta el equipo es entrenador terrestre, y sirve para realizar vuelos instrumentales, es decir salidas normalizadas de un aeropuerto, entradas normalizadas con procedimientos bajo mínimos, lo que permite entrenar a los pilotos para poder volar aviones en condiciones adversas. Toda la práctica radioeléctrica o satelital que se efectúa sobre un avión, se entrena primero en un simulador, con lo cual se baja mucho el costo y fundamentalmente el riesgo. Entonces todas las escuelas, de alguna manera u otra, hacen prácticas a través de programas específicos, pero todos, o la gran mayoría, son para una sola persona, y el que estamos armando nosotros es de un avión Beechcraft B200, que desarrolla entre 450 y 500 kilómetros por hora, con dos turbinas turbo prop PT6, es decir aviones de un porte considerable. Y la ventaja es que podemos poner piloto y copiloto, es decir que al entrenamiento le incorporamos trabajo en equipo. Con esto, listas de chequeos y procedimientos están siendo repetidos y colacionados por un copiloto y también con un instructor sentado atrás que, en la medida de la versatilidad y capacidad del alumno, va a ir incorporándole complejidades al vuelo y fallas al avión para que los pilotos puedan ir resolviendo.

- Quiénes serán los destinatarios de este simulador?

- Apuntamos a tener un centro de entrenamiento en Pergamino, que es demandado por la gente del ambiente, porque desde el interior cuesta mucho ir a Buenos Aires, fundamentalmente desde lo económico. Requiere una familia que pueda solventar los altos costos que implica hacer dos o tres turnos de simulador. Acá, la gran mayoría de los pilotos agrícolas que llegan, son también pilotos comerciales y no tienen la posibilidad de entrar a un simulador. Por eso, cuando lleguen con sus aviones, podrán aprovechar y subirse al simulador para entrenar.

En definitiva, no lo veo en principio como un atractivo, sino como un servicio más, porque no puedo ni quiero descuidar lo básico y fundamental que es el taller.

- Volviendo al taller, a qué le atribuye que tanta gente le confíe nada menos que sus aviones?

- Acá las cosas se tienen que hacer bien o bien, no cabe ninguna alternativa, porque es mucho lo que se pone en juego cuando le damos vía libre a un avión  y en ese sentido, todos los que estamos en este taller nos esforzamos todos los días para minimizar las chances de errores, desde mi secretaria hasta los mecánicos. En lo que a mí respecta, me siento en algún punto responsable de todas las familias que logran su sustento económico a partir de este emprendimiento, y por eso no podemos fallar con nuestros servicios.

- Qué significó la visita de referentes de Air Tractor y Pratt & Whitnney?

- Se llevaron una muy buena impresión y eso nos da un cierto respaldo, trabajando en forma directa y también con el representante, que nos da una mano en la logística, en los repuestos y en muchas otras cosas. 

Fue una visita importante y motivo de orgullo, porque peleo mucho para que Pergamino, a través de este emprendimiento, esté en la mirada de todas las empresas agrícolas del país. Hoy, si no nos conocen, por lo menos saben que existimos y que estamos en Pergamino, aunque paradójicamente el taller se llame Aerotécnica Rosario, porque nació en aquella ciudad y no quise cambiare el nombre por agradecimiento a una ciudad que nos  cobijó en los primeros años.


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