Pergamino

José Luis Espert explica por qué hay una “Argentina devorada”


 El pergaminense presentar su libro el jueves en el Teatro Unión Ferroviaria

'' El pergaminense presentará su libro el jueves en el Teatro Unión Ferroviaria.

Ese es el nombre del libro de reciente edición del economista de origen pergaminense. En diálogo con LA OPINION contó de qué se trata su obra, que será presentada el próximo jueves, desde las 19:00, en el Teatro Unión Feroviaria de nuestra ciudad.


“La Argentina devorada” es el primer libro del economista José Luis Espert y en él se reflejan años de pensamientos y estudios sobre la historia económica del país, para arribar a conclusiones basadas en datos estadísticos que no solo dan un diagnóstico de lo que le pasa sistemáticamente a la Argentina sino que también se sugiere cuál es el camino que hay que tomar para romper con décadas de decadencia.

Espert, un pergaminense que es reconocido como uno de los economistas de mayor prestigio en el país, desde hace años radicado en Buenos Aires, estará el próximo jueves en nuestra ciudad para presentar su obra que ya tuvo elogiosos comentarios.

En diálogo con LA OPINION, José Luis Espert contó de qué se trata su libro y sobre esa base hizo un diagnóstico de lo que le pasa a la Argentina. Es un libro de economía en el que el autor refleja, a partir de estadísticas, cómo el país ingresó en un tobogán hace más de 70 años y ningún Gobierno, de color u origen que fuere, tomó el rumbo indicado para evitar la decadencia. Espert habla todo el tiempo en su libro un triángulo vicioso conformado por la economía anti comercio, un Estado gigante y un Estado deficitario, que debería ser reemplazado por un triángulo virtuoso que tenga como vértices la apertura comercial, un Estado pagable y un Estado sin déficit. Demuestra cómo los sucesivos gobiernos, fundamentalmente de Perón hacia la actualidad, incluido Macri, se apegaron a ese triángulo vicioso que, según su teoría, produce un rebote económico favorable para el corto plazo y siempre, según lo demuestra la línea estadística histórica, las crisis vuelven a sucederse sistemáticamente.

 

Tres partes

“Al libro se lo puede dividir en tres partes –contó Espert a LA OPINION-. Por un lado muestra que la Argentina es un país en decadencia muy severa, de los pocos que se han desarrollado en el último siglo; una segunda parte muestra el porqué sucedió eso y en tercer lugar hay una propuesta de cambio”.

Remarcó además que “es un libro que apunta a las causas económicas de la decadencia, y lo aclaró porque deja afuera la reforma educativa necesaria para abandonar la decadencia; la reforma que se necesita del sistema judicial; no describe el caos institucional que hay en Argentina. Se dedica solo a lo económico y tiene más de 470 páginas, por lo que sí abordará todas las cuestiones, sería una Biblia”.

-¿Desde dónde se toma como inicio de la decadencia?

-Yo analizo a la Argentina desde que hay datos confiables de este país y del resto del mundo. Empiezo a estudiar esas series y se ve muy claramente cómo Argentina empieza a caer en el ranking mundial del ingreso per cápita y al tiempo de haber empezado a caer, el país empieza a experimentar niveles de pobreza altos y al tiempo de haber  comenzado con niveles altos de pobreza la Argentina empieza a perder también posiciones con respecto a pares de América Latina. 

-¿Cuál fue el último buen momento del país?

-El mejor momento de la Argentina fue un poquito antes de la Primera Guerra Mundial, cuando llegó a ser número cinco en el ranking mundial de ingreso per cápita; hacia la crisis del ’30 ya era número 10/11; cuando termina la Segunda Guerra seguía 10/11; pero a partir de ahí no paró de perder puestos al punto de ocupar hoy el puesto Nº 53, a razón de tres puestos por año en promedio.

-¿Cuáles fueron las causas de esa decadencia?

- La decadencia empieza a sugerirse a partir de la crisis del ’30 y ya toma impulso a mediados del siglo pasado, con el advenimiento de Perón y la sustanciación de las políticas populistas. Algún peronista podrá pensar que es un libro antiperonista, pero en realidad es un libro económico, estadístico. Lamentablemente para los peronistas se ve con claridad que la decadencia en serio empieza con ellos.

Los números no se pueden discutir y si Perón tomó el país en el puesto 10 y desde ahí no paró de caer, implica que tampoco es un tema solamente del peronismo, sino dice que todos lo que lo siguieron hicieron lo mismo. 

-¿Usted indica que el populismo es el padre de los males en el país?

-El populismo es de una economía anticomercio, o sea muy fanática de la sustitución de importaciones, y ese es un vértice del triángulo vicioso al que han adherido todos los gobiernos. El segundo es el Estado gigante que nos devora a los que estamos en blanco y el tercer vértice es el Estado deficitario. Esa son las tres ligas maestras de la decadencia o los tres lados del triángulo vicioso de la decadencia de la Argentina. Y todos los presidentes, los de facto, los radicales, los peronistas y hasta el mismo Macri adhieren a esta idea de una economía que tiene que dedicarse a sustituir importaciones, tener un Estado lo más grande posible y que además es deficitario, ya que solo durante cuatro año de los últimos 60 tuvimos un Estado que gastaba menos de lo que recaudaba, que fueron los cuatro años de Néstor Kirchner.

-¿Y cuál es la propuesta de cambio?

- La propuesta de cambio es la tercera parte del libro y está reflejada de manera muy sucinta y ameritaría otro libro, que no descarto escribirlo. Allí se sugiere con mucha claridad lo que la Argentina debiera hacer para abandonar la decadencia.

El mundo ya descubrió el agujero del mate, es decir  lo que hay que hacer para prosperar y cada vez hay menos países que hacen lo que hacemos nosotros, que es una política des-desarrollista. El mundo básicamente remplazó ese triángulo vicioso de la decadencia del que hablé antes, por uno virtuoso para el desarrollo que se base en el comercio (porque los países comercian en el mundo y viven del libre comercio), en segundo lugar tienen estados pagables y eso depende del ingreso per cápita; y el tercer lado es no tener déficit.

-¿Hacia dónde va la Argentina, entonces, según su teoría de que el Gobierno del presidente Macri está en ese triángulo vicioso?

Para ponerlo en términos de lo que dice mi libro sobre la Argentina, hasta ahora Macri está navegando dentro del triángulo vicioso de la decadencia nuestra. Y es importante, dentro de lo que es la familia del triángulo vicioso, destacar que lo que provoca ese estado de situación es que cada tanto la Argentina tiene que hacer un ajuste, o si no lo hace o lo hace mal termina en crisis (una crisis es una manera violenta de hacer un ajuste), luego viene un ajuste, aparece un rebote económico que dura algún tiempo y tras ello sobreviene una etapa de deterioro, previo a la necesidad de un nuevo ajuste o crisis y vuelve a repetirse la historia.

Yo diría que lo que viene haciendo Macri hasta ahora fue un ajuste en 2015 y en parte de 2016, con algo de tarifas, un poco monetario, fiscalmente estamos peor que en el último año de los Kirchner, y así como la Convertibilidad tuvo algún rebote después de la hiperinflación, y así como el modelo kirchnerista tuvo también su rebote después de las crisis, creo que Macri después de este ajuste que hizo va a tener su rebote de actividad que podrá durar hasta 2018 y no descartaría que pueda durar más allá. Pero es un rebote y no más que eso, lo que indica que en algún momento la economía va a dejar de rebotar, va a ingresar en una etapa de deterioro y habrá que volver a hacer ajuste tal cual lo indica el triángulo vicioso de sustitución de importaciones, economía cerrada y Estado presente y deficitario.

Si Macri sigue haciendo lo que está haciendo,  es decir continua navegando en ese triángulo vicioso, tendremos un rebote sobre el que podremos discutir cuántos años va a durar, pero a la larga el rebote se extingue.

-¿Gradualismo versus política de shock es una discusión válida, o debe pasar por otro lado la solución de fondo a los problemas estructurales de la Argentina?

-Mi preocupación es cortar con la decadencia, que debería preocuparnos y mucho a los argentinos. Ese cambio, para que la Argentina vuelva a ocupar el sitial que alguna vez tuvo en el mundo (repito que hoy somos Nº 53) el país tiene que hacer un cambio copernicano, de 180 grados, del blanco al negro, dejando atrás el triángulo vicioso y pasando al triángulo virtuoso de apertura al mercado y con un Estado pagable y sin déficit. En ese marco, algunas cosas se deben hacer con shock y otras de manera gradual, porque la cantidad de cambios que hay que hacer son de tamaño gigantesco.

-¿Por ejemplo qué tipos de cambios?

-Por ejemplo en materia laboral hay que dinamitar el sistema de justicia laboral donde un empleador no gana nunca un juicio y no podemos tener este sindicalismo que no le sirve a nadie y mucho menos a los supuestos representados que son los trabajadores. Estos cambios no se podrían hacer de golpe, sino que sería un ejemplo de cambio gradual.

Si queremos cortar con la decadencia tenemos que hacer cambios. Pero si queremos quedarnos dentro del triángulo vicioso (y esa es una decisión que Argentina tiene todo el derecho a tomarla) no debe pedir resultados diferentes. Y ese es el corso a contramano que tenemos porque queremos que nos vaya bien haciendo lo mismo que estamos haciendo y por lo cual nos va mal. Bajo esa idea de permanecer en el triángulo vicioso nos puede ir bien a la corta, con algún rebotecito como después del Plan Austral, o después de la crisis de 2002 donde hubo rebotes que duraron algún tiempo pero inexorablemente si no pasamos al triángulo virtuoso las recuperaciones se extinguen.

La discusión gradualismo o shock, solo tiene sentido si se decide permanecer en el triángulo vicioso, porque dentro del virtuoso para hacer los cambios para bien no amerita la discusión, porque hay cosas que deben ser graduales o otras de golpe. Pero en el triángulo vicioso se puede discutir, porque la experiencia demuestra que los ajustes graduales nunca terminaron bien y a las pruebas me remito: el ajuste gradual de Martínez de Hoz terminó en la crisis de la tablita; el ajuste gradual del Plan Austral terminó con la hiperinflación de Alfonsión. En cambio  terminaron bien, en términos de algún rebote positivo, las políticas de shock como la convertibilidad de Cavallo o el shock fiscal de Duhalde. Y de Duhalde hablo de lo fiscal, no del robo de los depósitos, la ruptura de contratos, etcétera.

Esto no implica pronosticar que Macri va terminar mal, implica solamente decir “muchachos, tengan en cuenta la historia”. Pero puede ser que algún ajuste gradual termine bien, aunque la historia indica lo contrario y yo he utilizado la historia para criticar al macrismo por la soberbia de haber hecho del gradualismo una religión.

-¿Ese es el problema de la política económica de Macri?

El problema de Macri más que de velocidad es de GPS. No es por ir rápido o de a poco, sino porque está dentro del triángulo vicioso y ese es el GPS equivocado, que te lleva por mal camino.

-¿Además de los económicos, qué otros parámetros se toman para hablar de decadencia?

-La decadencia de Argentina no es solo estadística por haber perdido más de 40 puestos en el ranking mundial del ingreso per cápita en los últimos 70 años, sino que hay otras maneras de medir la decadencia, por ejemplo: Argentina tenía tres o cuatro veces el PBI per cápita de Chile y hoy Chile tiene un 25 por ciento más que nosotros. 

El tema es que la decadencia empieza a mitad del Siglo XX, claramente con las políticas que hizo Perón pero después esas políticas continuaron en manos de militares, radicales y de otros peronismos, y unos 40 años después, es decir por 1985/86 Argentina empieza a tener niveles de pobreza del 30 por ciento, que se mantienen hasta hoy. Cuando se fue Cristina era del 30 por ciento, hoy estamos en el 35, pero número más o menos es un número muy alto de pobres, extravagante por supuesto. Pero remarco que la Argentina tiene un 30 por ciento de pobres desde la década de 1980 y no es de Macri esta pobreza. A su vez, dentro de los pobres están los pobres extremos, que son los indigentes, y el otro problema grave que produce la decadencia es que de la mano de la indigencia aparecen la inseguridad y las drogas. O sea que estos fenómenos de indigencia, drogas e inseguridad vienen atados a la decadencia.

En otras palabras: estos fenómenos de altos niveles de pobreza, indigencia e inseguridad vienen de la decadencia que comienza siendo una aparente e inocente pérdida de puestos el ranking mundial de ingresos per cápita, pero a 40 años de haberse iniciado se transformó en un fenómeno de pobreza y de altos índices de inseguridad. 

Los escalones van todos para abajo, porque 20 años después de sostener alta la tasa de pobreza empezamos a tener altos índices de drogas e inseguridad, y todo va de la misma mano, que es la decadencia, por eso para mí detectar las causas de la decadencia y tener claro el cortar con eso es clave. 

¿Por qué cree que nadie decide cortar en ese “triángulo vicioso”?

-Hay tres grandes ganadores en esta decadencia que son el empresario prebendario, es decir el que vive de la prebenda del Estado; la clase política que, en promedio, es corrupta porque lo que predomina en la política argentina es la corrupción; y el tercer gran ganador de esta decadencia son los sindicalistas, que se transformaron en verdaderos señores feudales, que ponen presidente en la AFA, son presidente de clubes, son dueños de diarios, tienen programas de televisión como el caso de (Víctor) Santamaría. Esos tres ganadores no van a entregar el mando así nomás.

No se cambia porque romper un sistema es mucho más complicado que anular una medida o atacar un sector. Esto es sistémico, o sea que hay tres devoradores de la Argentina (empresarios prebendarios, políticos corruptos y sindicalistas) y una sociedad argentina que se deja devorar por acción u omisión.

Romper el sistema es muy complicado y lo otro que hay que decir es que tras 70 años del mismo sistema sus actores tienen “adobado” y “adornado” a medio planeta.

-¿Cómo nos ven en el mundo a partir de que el presidente salió a promocionar al país para que lleguen inversiones. Ese es un buen camino?

-Ni todo es tan negativo como esta noticia de esta semana que nos confirmó que seguimos siendo un país fronterizo, ni todo es tan brillante o color de rosa como la caída del riesgo país de 1.200 a 400 puntos. De acuerdo a esa baja podríamos decir que el mundo se está peleando por venir a invertir en la Argentina, pero no es así.

Estamos expectantes, con Macri abriendo relaciones con el mundo próspero, haber regresado al Fondo, salir del default, haber eliminado las restricciones para importar, etcétera. Todo bien con eso, pero si no queremos salir del triángulo vicioso y pasar al virtuoso, no habrá grandes resultados. Macri decidió un ajuste gradual en materia tarifaria y de inflación y al mismo tiempo mantener el déficit en materia fiscal, ergo nadie se va a volver loco por invertir en la Argentina. Podrán interesarse en comprar acciones, bonos, pero “fierros” no. Hay algunos inversores, pero en cuenta gotas. Además hay muchos mirando qué pasará en las elecciones.

-Hablar con usted y no consultarle qué va a pasar con el dólar sería un desperdicio…

-Siempre voy a contestar dentro del modelo de pensamiento que he desarrollado. Estamos dentro del triángulo vicioso del que se desprenden el ajuste y la crisis, luego llega el rebote, tras ello viene el deterioro y después se abre nuevamente el círculo con ajuste y crisis. Hoy estamos transitando por la etapa del rebote, que tal vez sea un rebotecito porque no veo que vaya a durar añares. Creo que se va a mantener este rebote durante este año y el que viene, y en esta etapa donde la economía crece (este año serán tres puntos y el que viene tal vez tres o dos) y donde la inflación baja (este año va a ser de poco más de 20 cuando el año pasado fue del 40 y el año que viene será de 17 ó 18). Si ese es el escenario que se cumple, el dólar no esperemos que vaya a valer demasiado. Hoy lo tenemos en 16 y monedas y terminará entre 17 y 18 pesos y el año que viene terminará entre 19 y 20 pesos. O sea que es un dólar que subirá entre 10 y 15 por ciento por año. Por eso no creo que invertir en el corto plazo en dólares sea un buen negocio.

Pero el atraso de cambio es un escenario que ha venido para quedarse, ergo para una zona como Pergamino tan vinculada al sector agropecuario, el agro va a tener un deterioro en su rentabilidad. Hay que recordar que estamos hablando de pronósticos, no de deseos, porque lo que yo desearía es que fuéramos potencia.

-¿Cómo ve a Pergamino desde la distancia?

-Pergamino está siempre en mi radar, allí están mis padres que afortunadamente todavía los tengo, mis hermanos, así que tengo muy presente a mi ciudad.

Creo que Pergamino, siendo zona núcleo en la producción agropecuaria, debería ser la llama que ilumine el cambio en una Argentina que cambiara hacia el triángulo virtuoso con libre comercio, Estado pagable y sin déficit. En ese caso Pergamino pasaría a ser una de las ciudades más ricas del país. Pergamino debería ponerse al frente de la discusión conceptual e ideológica de lo que se debería hacer porque, además, sería la principal beneficiada de ese cambio.

 

Presentación

Por invitación de la librería “Pergamino Impreso”, la presentación de “La Argentina devorada” en Pergamino será el próximo jueves, desde las 19:00, en el Teatro Unión Ferroviaria. Los que deseen asistir deberán inscribirse previamente (por cuestiones de capacidad de la sala) por e-mail a [email protected]


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