“Aguascalientes me está dando muchas satisfacciones profesionales”

Aunque un día de mayo de 2008 se fue para radicarse en México, Evelina Rodríguez siempre está volviendo a sus pagos, donde se crió y se formó en el arte de cantar. En diálogo con LA OPINION contó por qué eligió ese lugar, sobre sus nuevas propuestas musicales y “el mimo” que significa reencontrarse con familiares y amigos cada enero.

DE LA REDACCION.Si bien llegó a Aguascalientes con la idea de ejercer como periodista, profesión que estudió en la Universidad Católica en la Ciudad de Buenos Aires, Evelina desarrolla su vocación por el canto brindando shows en bares y restaurantes de la pujante ciudad ubicada a seis horas al norte del Distrito Federal.

Estados como Cancún, Acapulco, Playa del Carmen, Guadalajara o el mismo Distrito Federal (DF), son más tentadores a la hora de elegir un destino en México, sin embargo, Evelina se instaló en Aguascalientes, el segundo Estado más chico de México, con un millón de habitantes, a través de una amiga de la infancia.

“Llegué a Aguascalientes y ahí sigo. Es grande para mí que estoy criada en Pergamino, pero comparado con otros Estados es chico”, comenta Evelina al tiempo que aclara que “cayó” ahí por Anabella Conti, quien fue contratada dos años antes que ella llegara como terapista ocupacional para un instituto de rehabilitación física infantil. “A partir de ese momento, Anabella, que es mi mejor amiga acá en Pergamino, me empezó a tentar a que vaya, hasta que me instaló”.

Su intento por ejercer periodismo se vio frustrado al no conocer la idiosincrasia del habitante de Aguascalientes. “No entendía lo que me decían porque, si bien es español, manejan su propio dialecto –comentó-. Tampoco conocía la historia del lugar, qué le gusta leer a la gente, cómo escriben, qué música les gusta. Me faltaba historia para meterme en una radio o en un periódico. Iba a las entrevistas de trabajo, temerosa, no convencida de lo que estaba encarando. Entonces decidí ponerme a cantar”.

Del tango al flamenco

Evelina, que antes de su partida a México fue conocida en Pergamino y la región como cantante de tangos, intentó, acompañada de sus pistas grabadas por Nuevo Grupo Tango, ganarse el público con el dos por cuatro. 

“Empecé cantando tango solita con mis pistas. A los tres meses de estar en Aguascalientes y cuando ya no me quedaba dinero para seguir paseando, conozco a un guitarrista que necesitaba una cantante. Yo necesitaba un grupo porque allá se acostumbra mucho cantar con músicos en vivo. Al público le gusta ver a mucha gente, de hecho los mariachis son como 16 músicos en escena. Entonces yo estaba muy solita como para captar la atención y aparte no había gran público de tango en Aguascalientes, sí en el DF. 

“Conocí a Daniel e hice un proyecto que se llamó ‘Che Cambalá’ que funcionó durante cinco años. Eramos cinco músicos y hacíamos rumba flamenca. Aguascalientes es un Estado muy taurino, tiene dos plazas de toros y corridas muy seguido, por lo tanto a la gente le gusta lo español, la música flamenca, de hecho viajan mucho a España. Así se empezó a armar esta fusión mexicano-argentina con rumba flamenca, pero a la vez hacíamos tango al estilo de tango flamenco”, relató a cerca del inicio de su nuevo camino musical.

Nuevas propuestas

En la búsqueda de nuevas estéticas musicales, Evelina le pone fin a su primer proyecto en diciembre de 2013. “Armé dos proyectos más. Uno es ‘Cuatro por cuatro’ con el que hacemos tango, folklore argentino, boleros y un poquito de flamenco. El otro es ‘Macandé’, un grupo de seis músicos, con los que hacemos rumba flamenca más popular, es decir, de artistas más conocidos”.

Evelina afirma que en Aguascalientes no se concibe un lugar gastronómico sin músicos en vivo. “Un lugar abre y lo primero que hacen sus dueños es pensar qué músicos van a formar parte de ese lugar. Por eso puedo vivir del canto allá y tengo mucho trabajo. Es un valor agregado que da el lugar y la gente busca eso”, sostiene.

Actualmente Evelina se presenta en un restaurante español, en un desayunador los domingos a la mañana y por la tarde en un café en el centro.

“Tenemos cierta continuidad de seis meses o un año, pero vamos rotando. Además, los sábados generalmente tengo eventos sociales como bodas, bautismo, cumpleaños. Allá no se concibe un evento o un acontecimiento social sin música en vivo. O va un grupo a hacer trova, o flamenco, o van mariachis, pero algo hay de música en vivo. Realmente se nos abrió un campo de trabajo interesante”.

- ¿Tenés idea de seguir tu camino artístico por otra ciudad de México o está en tus planes volver a Pergamino?

- Tengo la residencia permanente. Podría apelar a la ciudadanía pero hay que rendir un examen bastante profundo. Con la residencia estoy tranquila. En estos momentos Aguascalientes me está dando muchas satisfacciones profesionales. Esta ciudad tiene como lema “la tierra de la gente buena”, y es así. Tengo familia que son mi familia allá, tengo amigos que son mis amigos allá. Una tía que hace de tía, un papá que hace de papá. Me han adoptado de una manera muy fuerte y hay una confianza absoluta. No sé si yo me abriría acá a un extranjero como ellos se abrieron allá conmigo. Me llama la atención cómo me han abierto las puertas de la casa. Mis padres, que han ido a visitarme, lo han corroborado. Es una ciudad donde vivimos muy tranquilos con otros argentinos. Termino de cantar a las tres de la mañana y no se me ocurre que alguien me va a agarrar en la puerta o que me van a sorprender en un semáforo. No tengo garage, mi auto duerme afuera. Salimos y dejamos las ventanas abiertas. Una no está perseguida con que va a pasar algo malo.

Pasan cosas, no es el paraíso, pero Aguascalientes, hasta ahora, -porque es una ciudad que está creciendo mucho, hay mucha gente buscando calidad de vida- es ciudad pero con alma de pueblo y se vive tranquilo.

- En unos días volvés a Aguascalientes, ¿qué te llevás de tu ciudad y de la gente?

- Como todos los años procuro venir a pasar enero que es una época linda en Pergamino y allá hace frío, y mi trabajo baja un poquito.

De Pergamino me llevo el cariño de la gente, sobre todo porque estoy con mi familia y amigos, que los “exprimo”. Son épocas de recuperar el tiempo perdido: los mates con amigas, charlas y disfrutar mucho de mis sobrinos. 

Sé que para el que se queda es distinto que para el que se va. Al menos yo lo vivo así. Mi cabeza está feliz allá pero no deja de estar pendiente. Escuchamos todos los días radio argentina. Amanecemos con Continental y Mitre. Estamos muy atentas y de hecho me entero de cosas antes que mi madre y se las comento. 

- ¿Tenés previsto cantar en Pergamino antes de tu regreso a México?

- No en público. Ya me “engancharon” para cantar en peñas en casa, mi papá (Hugo Rodríguez) y los amigos de folklore de mi madre (“Mary” Solmi). 

Me escribo siempre con “Corita” Tulliani, las tengo de contacto en el Facebook a Mónica Lijoi, Gisele Mc Keon, Ivana Fortunati y sigo sus carreras. He venido otros veranos y me he juntado con “Corita” y “Moni” a cantar de entrecasa, por darnos el gusto de cantar juntas.

Este año no, porque enero es una época de reposo vocal. Trabajo mucho todo el año, canto mucho y enero es una época de ir a ver al otorrinolaringólogo, de hacer alguna que otra rehabilitación, si es necesario.

Es un mimo al alma encontrarme con la gente con la que nos hemos conocido artísticamente como “Juancito” Calderón, que me escribe siempre y cuando vengo nos encontramos en casa y me acompaña en el piano.

Revelacion del tango

Antes de su partida a México, Evelina tuvo un fructífero recorrido con el canto, transformándose muy joven en una revelación del tango en Pergamino y la región. 

Si bien empezó cantando melódico y folklore, el tango le posibilitó presentarse en tres oportunidades en el programa “Argentinísma” que conducía Julio Mahárbiz, también en el Festival mayor de Cosquín y el “Festival de Festivales” en Mendoza. Siempre acompañada por Juan Calderón, “Bocha” Luca y Eduardo Cruz participó en festivales en Chile y Perú. Otro peldaño de importancia fue presentarse en la Confitería “Señor Tango” y participar de la obra musical “Yo soy Jacinto Chiclana” en la Ciudad de Buenos Aires.