“Con el cuerpo”: muestra de pinturas de Fabiana Seleme

“Esta última etapa fue poder volver a la pintura como yo quiero estar, es decir, visceralmente, con todo el cuerpo, con toda la energía, con todo lo que me pasa, con la síntesis de lo que uno busca en la pintura como un canal de expresión”, sostuvo la artista a LA OPINION. La muestra se inaugura este viernes en Espacio Menéndez.

Retirada de la actividad docente, profesión que ejerció durante 25 años, Fabiana Seleme se abocó a la pintura como actividad central.

Este viernes, a las 20:30, en Espacio Menéndez, San Martín 838,  mostrará su producción de los últimos dos años bajo el nombre “Con el cuerpo”

A pocas horas de la inauguración de la muestra la artista recibió a LA OPINION en su estudio donde, además, dicta clases a adultos.

- Después de 25 años con la docencia y ahora abocada de lleno a la pintura, ¿tiene una mirada diferente sobre esta actividad creadora?

- Hay un punto de inflexión. Es un momento en que, por la edad y la experiencia, uno capitaliza un montón de cosas. De enseñar uno está todo el tiempo aprendiendo. Lo que genera esta nueva etapa es descomprimir un factor como es el tiempo, tener una mayor capacidad de concentración y también haber transitado mucho tiempo de trabajo. Y esta última etapa fue poder volver a la pintura como yo quiero estar, es decir, visceralmente, con todo el cuerpo, con toda la energía, con todo lo que me pasa, con la síntesis de lo que uno busca en la pintura como un canal de expresión.

- ¿Se trata entonces de una nueva producción de obras?

- Empecé en 2017 cuando Mariana Petri me convocó para una muestra individual. Siempre me tomo un mínimo de dos años. Yo ya estaba indagando en algunas cosas y siempre anduve rondando, pero no enfrentando la figura humana y venía de hacer trabajos como el que hice para la galería Lola Mora y después cuando trabajé motivada en la obra de “Porota” (Angela Períes Carreño). Esto me fue llevando y me metí también como una forma de estudiar la escultura y aquellas que me habían deslumbrado cuando empecé a estudiar y me impactó también conocer el Museo de Calcos y Escultura comparada “Ernesto de la Cárcova”. Así que empecé como disparada por una inquietud, todo se fue precipitando y generó cosas nuevas. Es distinta, es otra búsqueda, es mucho más orgánica, de textura. Ya verá la gente que encuentra.

- Además de la pintura, ¿emplea alguna otra técnica?

- Son todas pinturas. Soy pintora básicamente. No puedo irme al objeto ni puedo conceptualizar una instalación. No he encontrado en la pintura lo que busco para salirme a otras opciones. Hace años que, tratando de responder a las necesidades del momento, estoy reciclando. Así que la mayoría de los trabajos son sobre trabajos anteriores, sobre materiales que encontré: cuerina, cartón, papel; es decir, todo usado previamente y que fueron superficies que me sugirieron hacer algo. También la pintura como técnica mixta porque dibujo, mancho, tapo, pego papel. Me he tomado mucha más libertad que en otras ocasiones, tomando los riesgos que eso implica, pero era un poco la idea, lo que iba surgiendo y lo que me iba encontrando.

- ¿Cómo definiría  su arte? Si es que está encuadrado en algún estilo.

- Las definiciones son complejas y difíciles. Desde cada movimiento que se titula de una determinada manera a veces son injustas las definiciones. Yo diría que busco una pintura que no se despega del todo de la figuración, pero me permito los cruces, las posibilidades, la hibridez, y también tomando tanto al dibujo como al color como estructurantes de la imagen.

- Todo aquel que se expresa a través de un arte tiene al menos un referente a quien admira y de quien ha incorporado algo, ¿cuál es el suyo?

- Tengo muchos. Me fascinan todos los pintores. Siempre recuerdo cuando conocí a Ducmelic; siempre seguí la obra de Alonso, de quien acabo de ver su obra retrospectiva; me gustan Noé, Blas Castagna. Hay montones. Me parece que son maestros de una envergadura que uno nunca debe perder. Pero mucho me guía a nivel ideológico en el campo de la pintura los maestros, creo en la buena influencia de los maestros. De todos los docentes de Artes Visuales, que para mí fueron un pilar fundamental, pero como fue después Grela y en la amistad tardía que tuve con “Porota”, que fue muy cálida pero muy intelectual. Yo estudiaba y revivía hacia atrás lo que ella había aprendido en la Universidad del Litoral. Para mí es muy importante el conocimiento como formación.

- Y hablando de esta relación docente - alumno, ¿cómo es la relación con sus alumnos?

- La influencia debe ser en positivo, es decir, debe significar que el otro encuentre su propio camino. Yo trabajo el taller más como una exploración, como un ensayo, es decir, estamos haciendo y así aprendemos, pero siempre desde la singularidad del alumno porque así puede uno encontrar puntos de búsqueda. Recuerdo que “Porota” era muy ajena a dar consejos o a hacer comentarios. El docente tiene que tener mucha apertura, debe saber que el alumno es un capital que se tiene que construir desde sí mismo.