Cristina Frigerio: “El arte tiene que llegar a todo el mundo”

Próxima a cumplir 30 años con el arte, la artista plástica nacida en la Ciudad de Buenos Aires y radicada en Pergamino brindó detalles sobre la obra que llegó al presidente Alberto Fernández. Contó sobre sus comienzos en San Martín de los Andes, su paso por Neuquén y su llegada a nuestra ciudad.

“El arte no tiene fronteras ni límites, el arte tiene que llegar a todo el mundo, tiene que ser masivo”, sostuvo a LA OPINION la artista plástica Cristina Frigerio. Hace días una de sus obras tomó notoriedad al ser exhibida por el presidente Alberto Fernández durante una reunión con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y representantes de organismos de Derechos Humanos.

Seguramente aquella niña que quería ser artista, que se estableció con su familia en San Martín de los Andes -donde vivió de los 5 a los 18 años-, no imaginó la trascendencia que muchos años después iba a tener su obra.

Sus primeros pasos con el dibujo y la pintura fueron a los 10 años en esa villa turística de la Patagonia. “En esa época San Martín de los Andes era un pueblo muy chico, nos conocíamos todos. Había una profesora de pintura muy conocida y mi madre -María Celina Ibarrola- nos mandaba a mi hermana Carolina y a mí a los talleres de pintura. Estaban los concursos de manchas pavimentales que siempre los ganábamos. Primero y segundo premio estábamos a la cabeza con mi hermana”, contó.

Al terminar el ciclo secundario ya tenía muy firme la decisión de estudiar arte. “Mi inclinación con el arte siempre estuvo muy presente, muy arraigada en mí”, dijo e ingresó la Escuela Nacional de Bellas Artes “Pridiliano Pueyrredón”.

“Cuando subí por las escalinatas -acompañada por mi mamá y mi hermana- dije ‘este es el lugar, quiero estudiar acá. Era un olor a viejo, a arcilla y humedad; vi las salas enormes de los talleres, lo caballetes, las esculturas de los esclavos griegos y dije ‘quiero hacer esto’. Con los años seguí yendo, el amor a la Pueyrredón no lo perdí. Después de la última restauración que le hicieron a la casa al entrar fue como la primera vez”, sostuvo.

En Buenos Aires en 1999 Cristina hizo los profesorados de Pintura y Dibujo y un año de Escultura. “En el medio tuve una beca con Pérez Celis; con Norberto Pagano, un gran dibujante, muralista y pintor, un estudioso e historiador, y con Isabel Merellano -su esposa, también pintora- artistas que están como ocultos y que son excelentes”, precisó.

Fernández exhibe la obra de Frigerio que le fuera entregada por Carlotto. (NA)

¿Artista o profesora?

Así como tuvo claro que el arte era su camino Cristina Frigerio también supo que ante todo quería ser artista y después docente: “Recuerdo en primer año el profesor de Pintura nos preguntó: ‘¿Ustedes qué quieren ser, artistas o profesores? Y solo cuatro queríamos ser artistas. Siempre quise ser artista y como segundo camino profesora. Me gusta más el trabajo creativo del taller, más solitario, creo que tiene que ver con mi personalidad también”, indicó.

Actualmente Frigerio da clases en la Escuela Primaria Nº 7 de Mariano H. Alfonzo, tiene un taller de pintura en la Casa de la Cultura de esa localidad y es docente de Arte en el Colegio San Pablo de Pergamino.

Ocho años en Neuquén

Cristina confesó que “necesita cambios” y esos cambios la fueron llevando en 2008 a dejar la gran urbe de Buenos Aires y establecerse en Neuquén capital donde permaneció 8 años. “Ahí trabajé en el Colegio Confluencia donde tuve todas las cargas horarias en Primaria y Secundaria. Me convocó la Secretaría de Cultura para trabajar y fui directora en el Museo ‘Gregorio Alvarez’ durante tres años. En el medio también estuve en el circuito de arte y vino de la bodega Familia Schroeder en San Patricio del Chañar. Era el momento en que le estaban dando una vuelta de rosca muy grande a la ciudad. Al intendente, Ignacio ‘Pechi’ Quiroga, le gustaba el arte y todo lo nuevo, y fue todo muy pujante”, recordó.

En 2012 se reencuentra con su pareja actual -Máximo Prado (soguero de cuero crudo nacido y criado en Pergamino) y juntos deciden establecerse en nuestra ciudad. “Antes que él aparezca yo ya tenía decidido irme de Neuquén” -aclaró- Así que empecé de a poco a anunciar que me iba y presenté las cartas de renuncia. Cuando entregué las llaves del departamento sentí que me sacaba una mochila de encima. Me sentía liviana y feliz por la decisión que había tomado. El primer año me lo tomé sabático y me dediqué a pintar que era lo que quería. Así produje muchas obras, más las que tenía, junté alrededor de 70. Empecé a buscar un lugar para exponer en Pergamino y durante tres años no conseguí lugar. No había espacio, ni fechas, ni días. Entonces organicé muestras itinerantes y expuse en San Martín de los Andes -donde cada tanto hago una muestra individual- y en Buenos Aires”.

Cristina no bajó los brazos y en su afán de tener su primera muestra individual en Pergamino se contactó -a través de una amiga- con Laura Albano, artista e integrante la Comisión de Artes Plásticas de la Casa de la Cultura donde realizó la muestra “Con los sentidos” en junio de 2018. “Fue una muestra hermosa. Ahí colgué 54 obras con todo tipo de técnicas”, mencionó.

Veinte obras realizadas para la Fundación Abuelas por la Paz. (CRISTINA FRIGERIO)

- ¿Te identificas con algún estilo o técnica en particular?

- Inicialmente era dibujante. Tenía una imagen como dibujante y otra como pintora, y quería unirlas a las dos. Me costó mucho incorporar el color al dibujo pero lo logré. Sigo manteniendo el dibujo, los papeles, los lápices que me encantan, trabajo con óleos, con la técnica de veladuras que son capas transparentes de color. Estas veladuras me permiten dejar el trazo del lápiz. Este año cumplo 30 años con la pintura así que me llevó un montón de tiempo llegar a esto. Sigo buscando técnicas nuevas. Ahora estoy incorporando el bordado de tela pero en papel. Así se fue generando una conjunción muy interesante de técnicas.

- ¿Qué técnica aplicaste en la serie “Pañuelos de libertad”?

- Una técnica mixta. Hace cinco años que vengo seleccionando botones, mostacillas de piedras, tengo cajas y bolsitas seleccionadas por color, por tamaños. Sé que en algún momento los voy a usar porque mientras estoy trabajando mi cabeza va generando ideas nuevas. A veces no me alcanza el tiempo para materializarlo. Así me puse a hacer escarapelas en pequeño formato. Esta y otra obra las tengo en la Bodega NQN en la galería Mercado de Creadores. Los pañuelos tienen la misma técnica del mosaico. Yo pego con cola vinílica y voy mezclando piedras de vidrio, de cuarzo, perlas, y voy engamando y seleccionando para que sean todas parejas. Soy muy detallista y busco la excelencia en todo lo que hago.

Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y Carla Pervanas, presidenta de la Fundación Abuelas por la Paz, vieron mi serie de escarapelas. Ellas estaban por viajar a Cuba y Carla me dice que tenían que llevar un presente, entonces les di cuatro obras de escarapelas que me habían quedado. Se las llevan y les hacen poner un grabado de Abuelas de la Paz. Esas cuatro escarapelas las tienen cuatro exmandatarios de América Latina. Desde Cuba Carla me pidió que le haga un pañuelo como las escarapelas. Se las hice y les gustó tanto como habían quedado que deciden hacer más cantidad para regalar en nombre de la Fundación. Hice veinte obras en dos meses. Todas distintas. Fue trabajar de lunes a lunes. Y mientras iba haciéndolas empecé a pensar en el nombre y quedó ‘Pañuelos de libertad’.

Han encargado esta producción como una de las acciones que planifican para promover el Premio Nobel de las Abuelas. La Fundación que preside Pervanas cuenta con una plataforma ciudadana de aval: www.abuelasdelapaz.org.

- ¿Te molesta que a partir de esta obra te identifiquen con una ideología política o con el Gobierno actual?

-Toda esta situación se dio con Alberto Fernández de presidente, pero si hubiese surgido con otro gobierno también hubiera trabajado de la misma manera, con el mismo profesionalismo, seriedad y amor a mi profesión. Soy una artista plástica y considero que el arte no tiene fronteras ni límites, el arte tiene que llegar a todo el mundo, tiene que ser masivo. Y si de esta manera llega al pueblo bienvenido sea. Y si no trasciende hay que seguir trabajando con esa energía de prosperidad y de producción.

Cristina Frigerio, que participó en más de 70 exposiciones colectivas-ferias en Argentina y en el exterior, e individuales en varias localidades argentinas, adelantó que se encuentra trabajando en una nueva serie para exponer este año cuando cumplirá sus 30 años con el arte.