Hermoso recital brindó la joven pianista rosarina, Denise Eckert Bled, el domingo en la sala de Bellas Artes.
Así lo calificó Pedro Tejedor, maestro de música, miembro de la Asociación Argentina de Profesores de Música e integrante de Anacrusa Música Pergamino, quien escribió el siguiente comentario.
Precedida de interesantes antecedentes, Denise Eckert Bled ofreció un hermoso programa constituido en su primera parte por la Sonata Nº 8 en La menor KV 310 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) en sus movimientos Allegro moderato, Andante cantábile con espressione y Presto para culminar con la grandiosa Rapsodia para piano en Sol menor Op. 79 Nº 2 (Molto apassionato, ma non troppo allegro) del compositor alemán Johannes Brahms (1833-1897).
La segunda parte continuó con la majestuosa Sonata Nº 17 en Re menor Op. 31 Nº 2, universalmente conocida como La tempestad de Ludwig Van Beethoven, en sus movimientos Largo-Allegro, adagio y Allegretto finalizando su emotivo recital con tres destacados estudios del poeta del piano Frederic F. Chopin (1810-1849): Nº 22 en Si menor Op. 25 Nº 10 (llamado de las octavas por ejecutarse casi íntegramente en esa tesitura), continuando con el Nº 13 en La Bemol Mayor Op. 25 Nº 1 (denominado por Robert Schumann como del arpa eólica por la semejanza al sonido de los arpegios en ese instrumento que el genial compositor logró en su obra) finalizando con el celebérrimo Nº 12 en Do menor Op. 10 Nº 12, mundialmente conocido como Revolucionario y en el cual Chopin descargó toda su tristeza e impotencia por la invasión de su amada Polonia en ese entonces.
La pianista Denise Eckert Bled es poseedora de una buena técnica, un buen color de sonido, un interesante fraseo y pulsación unido a un buen movimiento articulatorio de sus dedos, el cual a veces pone en peligro haciendo caer demasiado su muñeca derecha restándole recorrido, no obstante, destaco su pulcritud en Mozart con un interesante diálogo entre sus manos, producto de una adecuada pulsación. El punto destacado lo logró en el Andante cantábile donde puso de manifiesto su fina expresión, entrega y el logrado uso de los planos sonoros y matices que le dio brillantez a su tarea.
Unido a su destacada expresión, puso también de relieve su personalidad y energía al abordar con autoridad la rapsodia de Brahms. Diríamos que en esta obra la artista se encontró con ella misma. Otro de los puntos altos de la velada lo logró con la sonata de Beethoven; muy buen nivel de ejecución e interpretación, autoridad y energía en los fuertes y sutileza y poesía en los pianos.
En Chopin, este hermoso recital tuvo su cierre de oro con la fuerza temperamental y gran técnica del estudio de las octavas, el clima mágico del estudio del arpa eólica logrado con una estudiada pulsación que le permitió cantar cada nota y el acompañamiento de arpegios suaves con un buen y medido movimiento de desplazamiento lateral de sus codos y antebrazo.
Lamentablemente, el piano no estaba a la altura de las circunstancias, pero no le restó brillo en la majestuosa interpretación del Revolucionario con el cual cerró su emotivo recital.
Ante los bravo del público presente, Denise Eckert Bled (de muy promisorio futuro) interpretó Danza de la moza donosa del compositor argentino Alberto Ginastera (1916-1983).