Cultura y Espectáculos

Pedro Tejedor: “A la música la vivo como un sacerdocio, vivo para ella”


 Tejedor confiesa que es ms conocido como docente que como concertista (LA OPINION)

'' Tejedor confiesa que es más conocido como docente que como concertista. (LA OPINION)

Uno de los claros referentes de la música clásica de Pergamino festejará sus 50 años como concertista de piano. La celebración será el domingo 12 de agosto en la Casa de la Cultura junto al actor Jorge Alberto Sharry, y dos de sus maestros y amigos.


De enorme humildad, Pedro Tejedor se anima a celebrar sus 50 años en los escenarios como concertista de piano, aunque, aclara, que con la música cumplió en abril 63 años.

El músico, que además del piano ejecuta guitarra, violín y viola, festejará el 12 de agosto en la Casa de la Cultura junto al actor Jorge Alberto Sharry en una ceremonia en la que espera estar acompañado por Lélix Legorburu y el ‘Cholo’ Manzoni, sus primeros maestros, y el pianista Juan Ambrosio Calderón. “Vamos a tocar algo a dúo con Manuel Cortasa y también con Cecilia Manzoni. También va a estar cantando Cora Tulliani”, anticipó Tejedor en diálogo con LA OPINION.

Pedro, que confiesa que es conocido en nuestro medio como docente y no como concertista, mencionó a su primo, Aldo Lomanto, como su guía que lo estimuló a volcarse a la música. “El me hizo gestiones en Buenos Aires y me encontré debutando allí a los 19 años y no en Pergamino como hubiera querido, -sostuvo-. El comentario del concierto salió publicado en los matutinos Clarín y La Nación, y a los tres días me llegaron ofertas para tocar en la sala de Bellas Artes de Pergamino”.

Aquel primer concierto en su ciudad Pedro lo recuerda con mucha emoción: “La sala estaba repleta porque estaba la curiosidad de cómo tocaba ese joven. Quise que me auspiciara la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento de la Escuela Normal. Fue una gran satisfacción”.

Otra de las personas que fueron de mucha valía en sus primeros pasos con la música fue María Hure de Guillermín, quien supo estar a cargo de la Dirección de Cultura en Pergamino. “Ella me inscribió en el Fondo Nacional de las Artes y me consiguió también conciertos por intercambios culturales y empecé a andar por todo el país -contó-. Y me consiguió una gira de veinte días por Europa, que no pude concretar porque estaba por nacer mi primera hija”.

No obstante, Pedro hizo presentaciones por Buenos Aires, Córdoba, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán.

- Afirmás que sos más conocido como docente que como concertista, ¿por qué?

- Aprobé el examen de ingreso en la UCA para estudiar Derecho, pero al cabo de unos meses de estar viviendo en Rosario mi salud se venía a pique. El clima húmedo me estaba matando. Pasé todo el legajo de la católica a la estatal y me vine a Pergamino. Entonces le dije a mi padre que iba a trabajar. Edgardo Coleta y Jorge Francioni fueron mis primeros alumnos. Arranqué dándoles clases de guitarra a ellos. Al poco tiempo me encontré con casi 40 alumnos. Empecé como docente en mayo del 67 y me retiré en diciembre del año pasado.

- ¿Lo que fue en principio una salida laboral se transformó en una vocación?

- Fue una salida laboral y me entró a gustar de tal manera que me encontré descubriéndome como un docente por vocación y por convicción. Siempre digo que formar a un alumno es como parir a un hijo. Y qué satisfacciones te dan cuando ves que se realizan. Formé a un montón de músicos a lo largo de mis 50 años de docente. Mis grandes propagandas han sido Diego Llamazares y Tany Cantore, con quien toqué. A raíz de eso LA OPINION y Canal 4 me dieron el premio homenaje en la Fiesta de la Cultura.

- Como músico fuiste muy requerido en diversas agrupaciones de Pergamino.

- En 1974 codirigimos con Pepe Motta en Pergamino una escuela de música que hicimos con varios profesores. Estaban Cali Espósito y Jorge Abal, entre otros. En ese momento Pepe y yo nos asociamos a la Asociación Argentina de Profesores de Música, y hasta el día de hoy seguimos siendo los únicos miembros de esta Asociación.

Escribí una suite de cinco movimientos para el festival Folklorísimo 1º, que estuvo a cargo del Club Sports y que coordinó Pepe (Motta). Eso me llevó a interesarme en aprender a tocar el violín. Me enteré que estaban ensañando a tocar violín en Bellas Artes. Allí aprendí con Antonio Vilasek. Don Gerardo D’Amico me prestó un instrumento y Don Mauricio Urquiza me prestó un arco y ahí arranqué. Estudié cinco años en la Escuela de Bellas Artes, sin abandonar mis estudios de piano. Sí dejé la guitarra porque era incompatible con el piano y con el violín por cuestiones posturales. Mi maestro de violín me invitó a integrar la Orquesta de Cámara de Junín y ahí estuve dos años. Aprendí mucho de Marta Ruiz, su directora.

Después me invitó a integrar la Agrupación Instrumental Tango, don Pedro Grilli y sumamos a Cacho Nóbili en contrabajo y a Oscar Bocha Luca en bandoneón, y llamamos a otro bandoneonista de Junín que calzó justito en la Orquesta. Nuestro punto culminante fue que ganamos un certamen a nivel nacional en Canal 11 y el premio era un contrato para el año siguiente. Nos conectamos con Aquiles Aguilar, el eterno pergaminense que nos dio una mano importantísima allá.

Tiempo después la Agrupación sufre una fractura y paso a integra el Cuarteto Tango junto a Bocha Luca, Juancito Calderón, Cacho Nóbili y Alfredo Martín. Con esta formación trabajamos mucho y nos hicimos amigos de gente de la farándula. Actuamos un montón de veces con Osvaldo Pugliese y en los canales 3 y 5 de Rosario, Radio Rivadavia, Radio 2, Canal 7 y Canal 9.

Un día les anuncié que dejaba el grupo porque se me presentó la oportunidad de entrar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón para seguir mi carrera pianística y porque fallece Cacho Nóbili. Estudié hasta 1986 cuando se mata un hermano mío y decido no viajar más.

Actualmente integro la Orquesta de Cámara Pergamino donde toco la viola. Después que falleció mi esposa estuve casi dos años sin tocar el piano. Para volver a la música tuve el estímulo de mis hijos y de dos amigos como Arturo Zeballos y Juan Carlos Migliaro, -que es mi hermano-. El me motivó para aprender a tocar la viola. Tomé clases con una violinista alemana del Conservatorio y continué con Ricardo Bugallo del Cuarteto de Cuerdas de la Unnoba.

Como en la filosofía, cada vez que hago música separo mi ser físico de mi ser espiritual. Son un montón de vivencias que pasan que únicamente el que hace música lo entiende. A la música la vivo como un sacerdocio, vivo para ella y estaré haciéndola hasta el día que salga de este mundo.


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