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La institución se fundó el 9 de julio de 1920. El jueves cumplirá su aniversario más esperado. LA OPINION hace un repaso de los sucesos más importantes en su historia deportiva y social. Tuvo magníficos bochófilos, que lograron títulos locales y regionales. El actual presidente, Horacio Antonio Ermini, aseguró que los festejos de esta fecha se producirán cuando el país supere la etapa del coronavirus.
El próximo jueves el Club 9 de Julio de Manuel Ocampo se convertirá en una institución centenaria al cumplirse un nuevo aniversario de su fundación, ocurrida el Día de la Independencia de 1920. Horacio Antonio Ermini, presidente del club y socio desde el año 1975, le comentó a LA OPINION que las celebraciones por esta fecha tan particular de la institución se producirán cuando el país supere la etapa del coronavirus.
La fundación del club
El Club nació el 9 de julio de 1920 en Manuel Ocampo por la inquietud de un grupo de jóvenes de entre 12 y 25 años que querían contar en el pueblo con una institución que les diera la posibilidad de jugar organizadamente al fútbol, cosa que venían haciendo aisladamente en los potreros.
Los fundadores fueron varios, los nombres de algunos de ellos se han perdido en el tiempo, pero se sabe que integraban ese grupo: Jorge Churín, Roque Tassarolo, Aldo Cargasachi, Gregorio Di Loreto, Pío Scándalo y Olegario Scándalo. Como era habitual en aquellos tiempos, lo que se hacía era buscar los elementos principales para identificar al club: el nombre, los colores, el terreno en donde poner dos arcos, una piecita de algún vecino donde improvisar reuniones de comisión y, en algunos casos, la confección de un sello identificatorio.
En ese tiempo nadie pensaba en los papeles. Era muy típico de la época en la cual “fundar un club” significaba el cumplimiento de las cinco premisas antes enumeradas y nada más; la Personería Jurídica y los libros vendrían tiempo después. La Escuela Nº 3 fue donde se eligió el nombre del club, triunfando la propuesta de bautizarlo con la fecha de su fundación, coincidente con la fecha patria de la Declaración de la Independencia.
Los primeros años
No existen datos fehacientes de las actividades del club en sus primeros años, pero se sabe que la institución fue formada con el fin de practicar el fútbol y esto quedó comprobado el 27 de diciembre de 1920 (a cinco meses de ser fundado), ya que hay registros de un partido amistoso con la primera categoría de Racing de Pergamino.
En ese encuentro, 9 de Julio formó con: N. Armanino; A. Armanino, Aldo Cargasachi (capitán); J. Cargasachi, P. Salmons y J. Cabitola; I. Armanino, I. Borraz, N. Mora, P. Franco y J. Armanino. El partido tuvo como resultado Racing 3- 9 de Julio 0.
También se sabe que en aquellos primeros años el club tuvo su cancha ubicada en el mismo lugar en donde actualmente tiene la suya el Club Juventud Obrera.
En 1927el equipo de fútbol de 9 de Julio tuvo su máximo esplendor. En aquel entonces eran frecuentes los partidos frente a equipos regionales como El Socorro que, además, era considerado como el pueblo con mejores equipos de fútbol (tanto es así que a principios de la década del 30 al Club Atlético El Socorro lo apodaban “el papá de todos los clubes regionales”). En ese año, 9 de Julio venció en reiteradas ocasiones a El Socorro y al Sportivo Villa Angélica, ambos de El Socorro, lo que le valió una fotografía aparecida en la revista El Gráfico por su destacada campaña.
Los colores celeste y blanco
El Club Atlético 9 de Julio nunca cambió sus colores (como sí ocurrió con muchos clubes de la Argentina, incluso con los más grandes). Lo que sí cambió fue el diseño de la camiseta. Al crearse el club se adoptaron los colores celeste oscuro y blanco a rayas verticales, que hasta hoy permanecen. Pero los cambios en la camiseta fueron bastante frecuentes, todos originados en el ancho de las rayas.
La camiseta original fue similar a la de la Selección argentina, que en ese entonces usaba un celeste más oscuro que el actual. Las rayas eran del mismo ancho que las usadas en la camiseta de la selección. Luego de un tiempo, no se sabe por qué, se comenzó a usar una camiseta con rayas muy finitas celeste oscuro y blanca, lo que distinguía al club por sobre los demás, dado que esta camiseta era inédita.
Llegó la “legalidad”
La personería jurídica del club se obtuvo en octubre de 1937. Recién en esa fecha la institución fue legalmente constituida como entidad civil.
Las bochas, una gran historia
“El 25 de febrero de 1960 se recibió la solicitud de afiliación de 9 de Julio”, esa declaración se hizo en el libro de actas de la Asociación Pergaminense de Bochas en una de las reuniones del período 1959/1960. Unos meses más tarde se materializó dicha afiliación cuando el club ingresó a la APB con los delegados Rodolfo D’Anna y Santiago Digiamo, que presentó cuatro divisiones: Primera, Segunda A, Terceras A y B.
Los primeros jugadores que inscribió el club fueron: Tuficraies, Ernesto Carbonazzi, Adolfo Churín, Antonio García, Rodolfo D’Anna, Luis Alonso, Antonio Carbonazzi, Dionisio García, Pedro García, Francisco Marián, Salomón Raies, Isidoro Ermini, Juan Di Loreto, Osvaldo García, Juan Jorge, Mateo Domenech, Santiago Bojanich y Alejandro Santini. Olegario Scándalo por su parte, fue inscripto por pase al club.
El salón techado
Para fines de 1971 se alcanzó un acuerdo con la Parroquia San Antonio de Padua –de Ocampo- para construir un salón en la pista que el club tenía contigua a su sede. El 30 de enero de 1972 comenzó la construcción del salón. Los gastos para dicha obra son solventados por la Parroquia San Antonio de Padua. El acta de Asamblea General Nº 42 determinó un acuerdo de mutuo beneficio entre la institución y la Parroquia para la utilización conjunta del nuevo salón.
El inicio de otra historia
Unos largos 20 años sin deportes estaban próximos a llegar a su fin; 1986 se vio marcado por el alejamiento de muchos dirigentes, que desde 1966 se habían ido alternando en distintos puestos de la comisión directiva y que mantuvieron al club alejado de las actividades deportivas.
A mediados de 1986, Antonio Belich y Enrique Petruselli encabezaron el pedido de afiliación del club a la Asociación Pergaminense de Bochas (APB). En las épocas de la afiliación a la APB regía el reglamento de ascenso a Primera. El club ingresante debía ganar el torneo de Reserva para ascender, y eso fue lo que se hizo en el 9 de Julio.
En la segunda temporada (1987/88) de afiliación se armó un equipo para ganar el torneo de Reserva. Lo formaban Adolfo Nieto, Antonio Belich, Antonio García, Luis Gauna y César Buiatti, y fueron los primeros campeones de un torneo mayor de tercetos del Club 9 de Julio en la APB.
Al año siguiente del ascenso, en la institución se decidió comenzar a apostar más fuerte al nuevo deporte que empezaba a ganarse un lugar en el club. La subcomisión de bochas, encabezada por Enrique Petruselli, hizo las gestiones y armó un equipo de Primera División para pelear el título. A ese plantel lo formaban Vicente Bilós, Daniel Tabares y Antonio Belich.
La etapa más gloriosa
Luego de un año de ausencia en Primera División de la Asociación Pergaminense de Bochas, la nueva comisión directiva del 9 de Julio le dio un apoyo rotundo al único deporte oficial del club. Así se inició la mejor etapa de la entidad en las bochas de Pergamino. Se obtuvieron tres títulos de Primera División en forma consecutiva desde la temporada 1990/91 hasta la 1992/93; también en ese período se lograron un Individual de Primera y un torneo de Parejas Superior. Los jugadores que actuaron en ese período de tantos campeonatos ganados fueron Vicente Bilós, Reynaldo Ré, Antonio Belich, Carlos Palacios y Rubén Gutiérrez.
Queda evidenciado que en la práctica de bochas el club ha recibido las mayores satisfacciones, ya que competió con los mejores clubes de Pergamino, ganando muchos campeonatos y copas aniversario. Entre los jugadores destacados el club contó con el ya fallecido Antonio Belich (“Tata” Miño), orgullo para el club de haber podido contar con uno de los mejores jugadores de la zona, sin desmerecer a los demás deportistas.
El Siglo XXI
Como ha pasado a lo largo y ancho de nuestro país para las instituciones deportivas, el ingreso al nuevo milenio no fue sencillo para el Club 9 de Julio. A pesar de eso, entre 2002 y 2005 llegó a estar afiliado, por única vez en su historia, a tres ligas de distintas disciplinas: La Asociación Pergaminense de Bochas, la Asociación Pergaminense de Voleibol y la Liga Rural de Fútbol.
También en esos años se dio algo inédito y curioso en el 9 de Julio: los festejos del 87º aniversario, en 2007, como muchos lo recordarán, en Manuel Ocampo no solo se celebraba un nuevo año de vida de la entidad sino que se recibía con emoción la caída de la nieve al pueblo.
Una gran historia
Como toda gran historia, la del Club 9 de Julio tiene contrastes de muy buenos momentos y otros muy malos. Los fundadores habían pensado en un club que fuera único en el pueblo y que le brindara todas las posibilidades deportivas que estuvieran a su alcance, con el fútbol como su principal actividad.
Con el tiempo las cosas y los dirigentes fueron cambiando, y con ellos los ideales. Mucho de lo que se hizo fue lo que se pudo, así son las cosas en un pueblo. Los sucesos que pasaron en determinadas épocas estuvieron siempre de la mano de la situación económica del país y del progreso o estancamiento (según el gobierno de turno) del campo.
Seguramente los fundadores, al principio, solo intentaron crear un espacio de distracción e identificarse con una divisa pero luego planificaron e imaginaron grandezas (como pasó con todos los clubes fundados a principios del Siglo XX) para más tarde caer en la realidad, la que se presenta con el día a día, de ponerle el hombro, el tiempo y el dinero propio al progreso de una institución que, si bien no trascendería a niveles nacionales, comenzaba poco a poco a ser fundamental dentro de un pueblo por su gran compromiso con lo social, por las escasas pero fructíferas manifestaciones deportivas, por su compromiso con los vecinos y demás instituciones.
Actualmente solo se mantiene la afiliación en bochas y es muy complicado armar equipos, no solo por la situación económica y social sino también por la desaparición física de muchos referentes de ese deporte que, poco a poco, ve mermada su popularidad no solo en el pueblo sino también en Pergamino.
La comisión directiva
La actual comisión directiva del Club 9 de Julio de Manuel Ocampo está conformada por los siguientes nombres y cargos: Horacio Ermini (presidente), Valeria Maluenda (vicepresidente), Luis Giuli (tesorero), Claudio Pérez (protesorero), Carlos López (secretario), Luis Belich (prosecretario), Fabián Montenegro, Gonzalo Bussu y Lucas Raimundo (vocales titulares), Pedro García, Roberto Peña y Héctor Tracchia (vocales suplentes), Luciano Scándalo, Juan Manuel Fortado Lomelino y Pedro Cabrera (revisores de cuenta titulares) y Diego Beas, Luis Gauna y Mario Eduarte (revisores de cuenta suplentes).
Tuvo un desarrollo cultural
Durante estos 100 años, en el Club 9 de Julio se practicaron distintas disciplinas deportivas, tales como el fútbol, basquetbol, voleibol y bochas; pero también tuvo su desarrollo en la parte cultural. En 2014 se formó un ballet folklórico llamado Raíces de Mi Pueblo el cual actuó por primera vez en el Club (el profesor es Cristian Díaz y sus alumnos Rosa Corro, Mirta Maluenda, Silvia Melo, Claudia Montarana, Mariana Pérez, Héctor Tracchia, Carlos Nasta y Horacio Ermini. Luego se sumaron Romina Ras, Héctor Arellano, Verónica Garay, “Pocha” Rocha, Juan Carlos García, Mariano Cepeda, Celeste Boudet, “Tuti” Campos, los hermanos Olivera, Fernanda Sarría, José Masey, Evangelina Ramos, Rosala Bojanich y Osvaldo Scándalo).
Una sede con actividad
La sede social del 9 de Julio de Manuel Ocampo contó con la conserjería y algunos de los conserjes fueron “El Polaco” Settembrini, Rogelio Poch, Raúl Sanz , “Lacho” Di Loreto, Raúl Di Loreto, Francisco Sekult, José Jorge, Eduardo Villar, Donato Tracchia, los hermanos Galante, Antonio Lima, Antonio García, Roberto Abraham, Olegario Scándalo, Carlos López y Belich, Alberto Brunesky, Juan Cartosiello, Julio Zarlenga, Alejandro Zelaya, Pablo Sachetto, Mariana Pérez y en la actualidad se encuentra Luis Giuli.
También tuvo una sala de reuniones, dos salones (uno grande en el cual se realizan fiestas de egresados, cumpleaños de 15 y otras ceremonias) y uno más pequeño para festejos infantiles y reuniones familiares. También cuenta con dos canchas de bochas techadas, parrillero cubierto y baños. Por otro lado, 9 de Julio tiene con una cancha de futbol de una manzana completa, que se encuentra ubicada entre las calles Dr. Menéndez y España. La misma prestada al Club Juventud Obrera de Manuel Ocampo para la práctica y la participación en la Liga de Futbol Infantil.
