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La XV edición de la ceremonia de la que participaba históricamente el Papa Francisco -antes de comenzar su gestión en el Vaticano- fue liderada por el cardenal Mario Poli, que ayer realizó el lavatorio de pies a vecinos del barrio Cildáñez, en Parque Avellaneda.
Buenos Aires, (NA) - Miles de fieles participaron ayer del tradicional Vía Crucis de la Capital Federal organizado por el Arzobispado de Buenos Aires y la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo en una cálida noche porteña.
La celebración, que comenzó pasadas las 20:30 de ayer en Plaza Lorea, en cercanías del Congreso de la Nación, recorrió toda la Avenida de Mayo hasta la Catedral Metropolitana.
La XV edición de la ceremonia de la que participaba históricamente el Papa Francisco -antes de comenzar su gestión en el Vaticano- fue liderada por el cardenal Mario Poli, que ayer realizó el lavatorio de pies a vecinos del barrio Cildáñez, en Parque Avellaneda, repitiendo así el gesto de Jesucristo en la Ultima Cena.
Este año, además de la tradicional cruz que llevan los adultos y los jóvenes, se incorporó a la procesión la cruz penitencial que llevan los niños, “como símbolo de esperanza y unión para el país que viene”.
La manifestación de fe fue presidida por el Cristo de “Buen Amor” y la imagen de la Virgen Dolorosa, realizada en 1870; y como es tradicional, los fieles llevaron en andas una cruz de 15 metros de largo, y de un peso de 130 kilogramos, como una expresión de solidaridad a Jesús y muestra de sacrificio.
Al igual que el año pasado y teniendo en cuenta la concurrencia de miles de jóvenes, se sumó otra cruz de iguales características con 140 luces, que fue transportada por ellos.
La Asociación Amigos de la Avenida de Mayo señalaron que esa cruz “simboliza la construcción del futuro, ya que según su santidad el Papa Francisco, los jóvenes son la ventana a través de la cual entra la luz en el tejido social, imponiendo grandes desafíos”.
Toda la procesión, que representa el camino de Cristo hacia el entierro, estuvo acompañada de un gran coro que recorrió junto a los fieles las catorce estaciones hasta llegar a la Catedral.
