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Li Guoxin era recibido en 1991 por el entonces intendente Alcides Sequeiro que lo declaraba Huésped de Honor. En conferencia de prensa el embajador se refería a las relaciones bilaterales y expresaba: “China y Argentina son países en vías de desarrollo”.
En junio de 1991 Li Guoxin, embajador de la República Popular de China visitaba nuestra ciudad. En la oportunidad era recibido por el entonces intendente Alcides Sequeiro que lo declaraba Huésped de Honor. Haciendo una crónica del acontecimiento LA OPINION titulaba su nota con una cita textual del embajador: “La China y Argentina son países en vías de desarrollo” mientras que la nota narraba lo acontecido.
LA OPINION, 6 de junio de 1991
Durante algunas horas (oportunamente declarado Huésped de Honor por el Ejecutivo Municipal) estuvo en nuestra ciudad el embajador de la República Popular de China, Li Guoxin. Poco después de las 11:00 el embajador era recibido con honores protocolares por el intendente Alcides Sequeiro; el titular del Concejo Deliberante, Marcelo Conti; los secretarios del Departamento Ejecutivo, concejales de los tres bloques actuantes en el Concejo y altos funcionarios de la Municipalidad.
Cerca el mediodía, en el despacho del intendente Alcides Sequeiro ofreció una conferencia de prensa en cuyo transcurso habló de los sucesos de la Plaza Tiananmen, el suicidio de la viuda de Mao Tse Tung, las relaciones chino argentinas, el por entones futuro status quo de Hong Kong, la población de la China y otros tópicos, todo dentro de un clima cordial acrecentado por la simpatía y el perfecto castellano hablado por el distinguido visitante. Por la tarde recorrió dependencias de la empresa Iradi S. A.
Manifestación de estudiantes
El cronista de LA OPINION aludió de entrada dos noticias relativas a la China: la recordación de los graves sucesos acaecidos entre estudiantes y tropas del Ejército Chino en la plaza principal de Peiping (Pekín) hace dos años, y el suicidio de la Mujer Mao, frustrada aspirante a heredar el poder del mítico nadador del Yang Tsé.
Sobre la denominada “Masacre de Tiananmen” el embajador dijo: “Hace dos años ocurrieron en la China episodios que nadie deseaba ocurrieran. Los estudiantes de Peiping empezaron una serie de manifestaciones en demanda de algunas mejoras y en contra de la corrupción pero no contra el sistema de gobierno del pueblo. Detrás de ellos actuaban fuerzas que deseaban derribar al Gobierno alentadas por intereses extranjeros. El gobierno chino es estable y actuó con firmeza contra los enemigos pero no contra los estudiantes hacia quienes usó métodos de persuasión y no de represión”.
En cuanto a la viuda de Mao, Li Guoxin dijo: “Esta señora fue condenada por las leyes de mi país. La noticia de su suicidio la conocemos todos por los medios informativos”.
Países en desarrollo
Sobre las relaciones chino-argentinas, el embajador afirmó: “Puedo decir que entre la Argentina y la China Popular pueden hacerse muchas cosas en el campo del intercambio comercial, la cooperación y un mayor estrechamiento de las relaciones mutuas. Desde hace 11 años el norte de la política exterior de mi país está dirigido a la apertura, especialmente hacia países en desarrollo. La Argentina y China son países en vías de desarrollo. Eso nos interesa mucho especialmente si tomamos en cuenta que la Argentina es uno de los países más importantes de América”.
Por otro lado rechazó de plano que la anunciada salida de nuestro país del área de los “no alineados”, afecte las relaciones. “La Política internacional de un país es algo privativo de su concepto de soberanía.
Otros temas
En un plano informal se habló del futuro status quo del Hong Kong, territorio chino bajo dominio británico y con libre mercado desde 1842 que se acordó “devolver” 1997. Seis años antes de la transferencia, Li señalaba: “En Hong Kong, como en el enclave portugués de Macao, aplicaremos una política de dos sistemas. En lo administrativo los ciudadanos de Hong Kong que también son ciudadanos chinos gozarán de plena autonomía y seguirán desenvolviendo sus actividades como lo hacen ahora”.
La extraordinaria población de la China, que alcanza a una quinta parte de la humanidad, no podía pasar inadvertida. Sobre este punto el embajador consideró que los avances tecnológicos contribuirán no solo a un racional control de la natalidad sino también a resolver el problema. Cabe apuntar que el censo chino de 1990 mereció algunos reparos en cuanto su credibilidad.
