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La misteriosa figura, según los vecinos de la época, había aparecido en el barrio de las 512 Viviendas y despertó tal preocupación entre los pergaminenses que muchos se habían armado fuertemente con armas de calibre chico. Las versiones sobre las apariciones de este personaje se multiplicaban.
Un 15 de marzo de 1985 LA OPINION publicaba un artículo en la sección Policiales referido a la psicosis y que existía por la aparición del “hombre gato” en el barrio de las 512 viviendas.
El título de tapa de aquél día fue “Psicosis y alerta policial por las apariciones del “hombre-gato”. A modo de bajada se recomendaba a vecinos “evitar que por error se cometa una tragedia”.
15 de marzo de 1985
El “hombre-gato” ha pasado a segundo plano. En realidad en primerísima fila aparece ahora la psicosis que la misteriosa figura ha despertado entre los pergaminenses.
Numerosos vecinos, en especial en el barrio de las 512 Viviendas, han tomado equipos de vigilancia. En algunos casos, según se dijo, fuertemente armados.
Un par de armerías de nuestro medio manifestaron a LA OPINION que desde el surgimiento de este caso se han vendido más armas de calibre chico, se ha duplicado el expendio de balas (también de calibre pequeño) y cartuchos. “Muchas mujeres han llegado hasta mi negocio en los últimos dos días –nos comentó un armero- preguntando el precio de armas chicas”.
Más allá de las versiones sobre las distintas apariciones del “hombre-gato”, lo que ha comenzado a preocupar seriamente es la posibilidad que el estado de vigilia armada de algún vecino pueda desembocar en una tragedia irremediable. “Si alguien confunde a algún trabajador nocturno o un simple paseante con el “hombre-gato” –nos afirmó una alta fuente policial- puede efectuarle un disparo y entonces ya estaríamos ante algo tan grave como un homicidio”.
Es por esa razón que la policía ha establecido una ronda permanente. En las 512 Viviendas se patrulla durante largas horas en busca del misterioso sujeto que tiene sobre ascuas al sector. El subcomisario local, Carlos Alberto Tuero, manifestó anoche, en ausencia del comisario, que se recomienda muy especialmente a la población no efectuar acciones individuales o de grupo que pudieran convertir un error en una tragedia y se debe acudir, en todos los casos, a la autoridad policial.
Asimismo se espera todo dato o ayuda que pueda llevar al desenlace de este misterio que ha conmocionado a nuestra opinión pública. En se sentido, y entre otros, ayer ofreció su colaboración a nuestra policía un conocido yudoka de nuestra ciudad.
Entretanto, las versiones se multiplican. Algunos llamados a la Redacción aseguraron que el “hombre-gato” apareció nuevamente en el barrio de las 512 Viviendas, anteayer a las 13:30, esto es, por primera vez a plena luz del día, y que fue perseguido sin éxito por algunos chicos y amas de casa.
Anoche, en el momento de escribirse estas líneas -21.35- otros llamados alertaban sobre la aparición del misterioso sujeto en la excancha del Club Compañía, ahora plaza “Pedro Aramburu”.
La tensión nerviosa ha llevado a extremos lamentables a algunas personas. Una profesional médica nos aseguró que en la mañana de ayer se atendieron en el Hospital Zonal (ex San José) numerosos casos de niños con una fuerte excitación nerviosa. En otro caso, una mujer que prestaba su testimonio ante el móvil de la radio local LT 35, apenas terminó de relatar el encuentro que había sufrido con el “hombre-gato” se desvaneció ante la mirada azorada del periodista que la entrevistaba.
Por todas estas razones es bueno reiterar que la vigilancia policial sobre el sector pone, de alguna manera, un paño frío sobre tanta excitación. Pero, por sobre todas las cosas, se espera que esa misma fuerte vigilancia desemboque en la individualización y arresto a quien (¿o quiénes?) ha conmocionado tan profundamente a vastos sectores de nuestra población.
En la región
Cabe señalar también que tiempo atrás se mencionaba entre la población de El Socorro la presunta aparición de un sujeto apodado el “hombre-fato” o la “viuda blanca”, pues al decir de los vecinos se lo veía en horas nocturnas totalmente vestido de blanco.
Con el correr del tiempo se fue creando una verdadera psicosis colectiva dado que todos aportaban lo suyo, con variadas y amplias argumentaciones. Del mismo modo con que “apareció” el “hombre-gato” o la “viuda blanca”, se alejó de El Socorro. ¿Eligió a Pergamino como centro obligado para sus nuevas apariciones?
