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En 2000 ocurrió una situación parecida a la vivida este año. Se advertían “inconvenientes y demoras” que estaban “perjudicando y deteriorando” el centro científico local, “generando en la zona endémica una gran preocupación".
En abril de 2000 se daba una situación similar a la vivida este año con el Instituto Maiztegui, cuando se advertían “inconvenientes y demoras” que estaban “perjudicando y deteriorando” el centro científico local, “generando en la zona endémica una gran preocupación.
“Es una situación que se agrava desde hace tiempo y, ya en un punto crítico, no hay certezas de solución”, se indicaba en la edición de LA OPINION del 2 de abril de 2000. La Fundación Maiztegui elevaba una nota a las autoridades nacionales con el reclamo pertinente.
La crónica de ese día
Ante la incertidumbre respecto a la fecha de la primera producción local de la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina, las personas e instituciones más comprometidas con ese objetivo nacional se encuentran con un panorama cada vez más desolador.
A esta altura, esa meta tan cercana para la que se pusieron muchos esfuerzos y dinero, ha quedado de algún modo relegada; lo importante ha sido superado pero lo urgente y lo que está en juego ahora es el funcionamiento de todo el Instituto de Virosis. No hay amenazas de cierre. Pero si no se revierte una realidad extremadamente crítica por falta de recursos materiales y humanos para trabajar, varias áreas del organismo podrían colapsar en el corto plazo.
La comunidad preocupada
La persistente inquietud de la comunidad -una población en riesgo de millones de personas que viven en el área endémica que cubre cuatro provincias- ha sido expuesta otra vez por la Fundación Maiztegui.
Ildefonso Olego, presidente de esta entidad conformada en torno a instituciones del quehacer rural, envió una carta al contador Romeo Scattollini, director de Administración Contable, Mantenimiento y Servicios Generales de Anlis “Dr. Carlos Malbrán”, la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud de la cual depende el centro científico con sede en nuestra ciudad.
La comunicación, fechada el miércoles último en Rosario, da cuenta de que con “los inconvenientes y demoras que se están produciendo en las partidas otorgadas oportunamente para el mantenimiento y desarrollo normal del Instituto de Enfermedades Virales Humanas ‘Doctor Julio Maiztegui’ de Pergamino, se está perjudicando y deteriorando a dicho Instituto generando en la zona endémica una gran preocupación.
“Creemos que es lógica y razonable esta preocupación frente a un posible rebrote de la Fiebre Hemorrágica Argentina, amenaza latente en esta época para la Pampa Húmeda que nuclea aproximadamente 4 millones de personas.
“En nombre de la Fundación Doctor Julio Maiztegui, y ante lo expuesto, solicitamos a usted pueda interceder para que las partidas a que hacemos referencia en el primer párrafo de la presente se hagan efectivas sin producirse tantas demoras”.
Precariedad y riesgos
La situación es muy seria. Se ha advertido en anteriores oportunidades y no ha cambiado en nada. A medida que pasa el tiempo todo se complica, se sigue sin los servicios de limpieza y de vigilancia, sin los insumos elementales para la continuidad de los trabajos y para empezar la producción de la vacuna. Eso sin tomar en cuenta el recorte en la provisión de insumos y la dilación en la designación de empleados necesarios.
Como se advirtiera en LA OPINION, en enero, el Instituto se había quedado sin servicio de limpieza, lo que todavía es un tema irresuelto. En octubre se prorrogó el vínculo con una prestataria hasta el límite que permite la ley de administración pública para cualquier contrato de esta naturaleza y las actuaciones que sucedieron a ello quedaron interrumpidas.
Debe tenerse en cuenta que no tener los insumos a su debido momento en una tarea científica puede significar perder el trabajo de mucho tiempo y esfuerzo.
Se debe atender la producción de vacunas que es el objetivo primordial de la institución y también están en riesgo las áreas de virología porque no se pueden atender los requerimientos principales.
Todo parte de que no hay disponibilidad de fondos; son insuficientes. El poco presupuesto otorgado hasta la fecha hizo que la deuda exigible que venía de arrastre desde el 91 al presente, se absorbiera, prácticamente, toda. Por lo tanto eso hace que la mayoría de los expedientes por insumos proyectados para su compra en el año 2000 estén a la espera de ver qué pasa.
Un problema serio y grave, por ejemplo, por lo cual se remitió una nota el viernes a la administración de Anlis, es que las calderas que abastecen vapores y aguas a las áreas más críticas del Instituto se paren en dos semanas. El expediente está todavía en el área de jurídica para que sea aprobado el pliego, a pesar de que se envió desde nuestra ciudad a fines de noviembre del 99, proyectado para el año 2000.
Hasta ahora se atendieron las urgencias con reposiciones de fondos de caja chica. Con montos de mil y pico de pesos, no más, se han tenido que atender prioridades del área de producción y, para no incurrir en ilegalidades, algo que es muy serio: el manipuleo y traslado de residuos patogénicos. Sobre lo cual las autoridades están debidamente informadas, sin embargo las actuaciones tampoco se concretaron.
Esto ha retrasado y en algunos aspectos directamente ha parado el proceso de producción local de la vacuna Candid I, a punto de concretarse después de décadas de esfuerzos de toda índole. Se ha tenido que suspender un tramo del proyecto porque faltaba un insumo.
Hay otras actividades que podrían ser perjudicadas por esta situación, en un momento que se ingresa a la temporada en que el “mal de los rastrojos” tiene su pico epidémico. Además no hay personal suficiente.
El montaje de la planta de producción y todos los trabajos preliminares de prueba y demás necesitan de mucho tiempo y de personal, pero la gente no está. Se está esperando la cobertura de 15 cargos que quedaron pendientes del año pasado, cuando hubo un decreto de restricción presupuestaria.
Pero no se ha reactivado nada todavía pese a los reclamos de legisladores de nuestra zona. Se han cubierto todas las gestiones formales, actuaciones e informaciones ante los directivos de la Anlis. Se contempló un compás de espera, incluso teniendo en cuenta el cambio de gobierno y la posterior nueva conducción de la Anlis pero con la salud y la investigación se ha llegado a un extremo que no admite demoras.
Las nuevas autoridades se manifiestan muy preocupadas y con las mejores intenciones de colaborar y avanzar. Pero lo lamentable es que día tras día se comprometen las tareas. Esta es una época crítica, porque a la intensa actividad que se está desarrollando en relación a la emergencia del dengue en el norte del país y Paraguay, se suma el comienzo de captura de roedores. A la gente se le está adeudando desde hace seis o siete meses las comisiones de servicios, para poder salir a terreno en ese tipo de tareas.
Es imposible trabajar en estado de incertidumbre y frustración, en funciones donde la programación y la creatividad son cruciales. El ánimo del personal, por consiguiente, ha decaído. Incluso, tienen miedo de empeorar la situación al intentar hacer lo que en realidad no están en condiciones de afrontar.
Las áreas del Ministerio de Salud son las que deberían atender esta problemática y trasladarla hasta el Ministerio de Economía. Se sabe que hay que priorizar gastos, se dice que no hay recursos, ni circulante en el país. Se pide maximizar los gastos y si no priorizar. Pero se ha llegado a tal insuficiencia de dinero que si se prioriza un insumo se debe dejar de lado otro tan importante como ese. Ya no se pueden disminuir asignaciones sin descuidar aspectos elementales.
No es tiempo de lamentos, porque ya no queda margen para más dilaciones. Alguien con autoridad tendrá que poner mayor conciencia y voluntad para llegar hasta la instancia política y económica que corresponda y lograr que esta situación sea revertida favorablemente.
