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Cuando Erminio Suárez se consagró campeón panamericano en La Habana 91


 La tapa del Diario que reflejó la gran conquista de Erminio Surez y la crónica (ARCHIVO LA OPINION)

'' La tapa del Diario que reflejó la gran conquista de Erminio Suárez y la crónica. (ARCHIVO LA OPINION)

Tras ganar la medalla de bronce en persecución por equipos con Hugo Pratissoli como uno de sus compañeros, sumó su segundo podio en los Juegos Panamericanos que se desarrollaron en la capital cubana al ganar la prueba de vueltas puntuables. Esa victoria le significó estar en la portada de LA OPINION el 13 de agosto de 1991.


El domingo 11 de agosto de 1991 el deporte de nuestra ciudad vivió un día histórico: ya que al tiempo que el ciclista Erminio Suárez lograba la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de La Habana (Cuba), la tenista Paola Suarez se consagraba campeona sudamericana Sub 16 y el equipo juvenil de basquetbol de Gimnasia y Esgrima se metía entre los mejores ocho del país al lograr un importante triunfo en Comodoro Rivadavia. En esta oportunidad “De Nuestro Archivo, Lo Mejor” recuerda el logro alcanzado por Erminio Suárez, quien un día después de colgarse la medalla de bronce en persecución por equipos con Hugo Pratissoli como uno de sus compañeros, obtenía el triunfo en el velódromo “Reinaldo Paseiro” en la prueba de vueltas puntuables. En su edición del martes 13 de agosto de 1991, LA OPINION tituló “Erminio Suárez voló en La Habana”.

LA OPINION, 13/08/1991

Las teletipos hicieron sonar la campanilla indicando la salida de una noticia importante. Llegaba desde La Habana indicando que Argentina terminaba de lograr la segunda medalla de oro. Erminio Suárez era el gestor de la hazaña. Ese triunfo nos llenó de orgullo, de alegría. Primero porque demostró que su elección, como la de Hugo Pratissoli, había sido correcta. Segundo porque es el premio al esfuerzo, a una entrega total. Solo aquellos que están ligados al deporte pueden conocer el sacrificio de este grupo de pedalistas, que dejaron todo, incluso su familia, para afrontar una dura concentración con entrenamientos diarios en medios no acordes, soportando temperaturas bajísimas, que nada tendrían que ver con las de Cuba.

El cuerpo técnico fue consciente de que había material humano para pelear en grande. Por eso se luchó, tratando de que los ciclistas tuvieran no menos de un mes en Estados Unidos, compitiendo a un nivel muy superior al nuestro. En parte, se alcanzó ese objetivo, en razón de que solo unos 15 días fueron los que permanecieron en el país del norte, donde compitieron y con resultados llamativos, Suárez fue figura, con actuaciones sobresalientes, lo que nos estaba alertando sobre sus posibilidades en los Juegos Panamericanos. El tiempo nos dio la razón.

Erminio Suárez penó hasta último momento por la carencia de medios para competir de igual a igual en virtud que la Federación no le ponía el material de competición. Hacía falta, por ejemplo, una rueda lenticular y su costo estaba lejos de las posibilidades de Suárez. Por suerte, un grupo de amigos acercaron una parte del dinero y el resto lo aportó el Municipio de Pergamino.

La nota que describió la medalla de oro lograda en La Habana 1991.(ARCHIVO LA OPINION)

Erminio es oro puro

El velódromo “Reinaldo Paseiro” de La Habana fue el epicentro donde Erminio Suárez alcanzó la medalla dorada. Fue en la prueba de vueltas puntuables, una de las más duras por la constante movilidad de los pedalistas. El cubano Conrado Cabrera fue el que hizo parte del desgaste y pareció que se llevaría la presea ante el aliento de miles de cubanos.

Pero esta especialidad no es fácil ni mucho menos, en virtud que no solo se requiere un notable nivel de competencia, sino mostrar una marcada inteligencia para regular las fuerzas y el oportunismo para saltar en el momento justo. Erminio Suárez concretó una perfecta escapada, sacándole una vuelta al cubano Cabrera y aunque había acumulado menos puntos, lo realizado fue suficiente para adjudicarse la competencia. El colombiano Jairo Giraldo, que acertó al seguir los pasos de Suárez tuvo como recompensa la medalla de plata.

Suárez sumó 34 unidades y Giraldo 9, mientras que a una vuelta terminaron el local Cabrera con 58, el norteamericano Jonas Carney con 45 y el jamaiquino Patrick Aldridge con 39. La prueba se corrió sobre 150 vueltas, con 24 sprints.

Suárez, todo festejo

En su edición del día siguiente (14-08-1991), LA OPINION reflejaba los ecos del título panamericano obtenido por Erminio Suárez con una nota titulada “Suárez, todo festejo” que también compartimos a continuación:

La delegación argentina de ciclismo continúa siendo el epicentro de las felicitaciones en la Villa de La Habana, donde los Juegos Panamericanos están en la etapa final. Es que el deporte del pedal dio una de las dos medallas doradas de la delegación argentina con la victoria de Erminio Suárez, el joven representante de nuestra ciudad.

Según los cables que llegan desde La Habana, el flamante campeón panamericano muestra un estado de ánimo muy especial. “Estoy muy contento pero no se demostrarlo, porque soy algo introvertido pero la procesión la llevo por dentro. Ser campeón panamericano es algo maravilloso, Sabía que podía estar dentro de los primeros lugares, pero ser medalla de oro ya era mucho anhelar”.

“No salí a la pista con un plan definido. Salí a ver qué pasaba para ir tomando determinaciones a medida que se desarrollaba la carrera. En esta especialidad una vez que sacás ventaja es necesario ir controlando la tarea de los rivales más peligrosos que son aquellos que ganan los sprints, en este caso, eran el cubano Cabrera y el norteamericano Carney”.

“En este tipo de competencia no ser sabe si uno es ganador hasta que cruza la meta. Cuando me bajaron la bandera pensé en mucha gente, en mi familia, en todos mis compañeros, en aquellas personas que me dieron una mano en Pergamino, en el país. Por eso, cuando gané tomé la bandera argentina y la llevé bien alto a lo largo de toda la pista, para que el mundo la viera”.

Como lo señalamos en la edición de ayer, los argentinos y el propio Erminio Suárez, no estaban totalmente conformes con la tarea cumplida. Creían poder alcanzar una mayor cantidad de lauros. “Lovito debió llevarse una medalla, pero lo que más bronca me da es no haber ganado la cuarteta 4x4000. Vinimos para ser primeros, era la mayor ambición. El día de la corrida no estuvimos bien, en los entrenamientos hicimos tiempos mejores. Es posible que esos 10 días sin correr, con un clima desgastante, nos perjudicó”.

En pocas horas más Erminio Suárez y toda la delegación emprenderán el regreso. Pero ya está en la mente del “León”, el próximo evento: el Campeonato Argentino de pista. “Me debo preparar para el campeonato donde defenderé el título en la cuarteta del kilómetro y el de la carrera puntuable. La medalla de oro es un hermoso incentivo”.

Mientras tanto en Pergamino se lo espera, junto a Hugo Pratissoli para darles una inolvidable bienvenida. Diversas instituciones han programado homenajes. Todos quieren estar junto a estos dos maravillosos deportistas.


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