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El día que Raúl Sinelli logró el sueño de triunfar en el Turismo Carretera


 Raúl Sinelli con “Pochi” Gallo a su derecha festeja el triunfo en el podio A su izquierda también celebra Guillermo Ortelli (ARCHIVO LA OPINION)

'' Raúl Sinelli, con “Pochi” Gallo a su derecha, festeja el triunfo en el podio. A su izquierda también celebra Guillermo Ortelli. (ARCHIVO LA OPINION)

El 29 de octubre de 2000 el piloto de nuestra ciudad ganó con Ford en Nueve de Julio. Con ese primer puesto inscribió su nombre en la lista de ganadores de la categoría más popular del automovilismo argentino. En esta sección, “De nuestro archivo lo mejor”, recordamos aquel gran triunfo.


Raúl Sinelli había iniciado su camino en el Turismo Carretera en 1991 y luego de ir “paso a paso” en la categoría más popular del automovilismo argentino alcanzó su primer triunfo. Luego de 118 carreras en el TC, el domingo 29 de octubre de 2000 en el autódromo de Nueve de Julio logró la ansiada victoria. Con ese primer puesto inscribió su nombre en la lista de ganadores de la histórica categoría. Un año después Sinelli alcanzó su segundo triunfo en el TC, nada más ni nada menos que en el autódromo de Buenos Aires. A continuación la crónica publicada por LA OPINION con el título: “Raúl Sinelli cumplió un sueño y Ortelli lo repitió”.

LA OPINION, 31/10/2000

“Cualquier piloto que corre en el automovilismo argentino sueña con subirse arriba de un Turismo Carretera. Ese sueño yo lo cumplí, pude ganar series, pude ganar clasificaciones, pudimos salir terceros y segundos, pero ayer (por el domingo) se dio la máxima de ganar una carrera y no es que esté satisfecho pero me siento un poquito aliviado porque me pude sacar ese peso de encima”, dijo uno de los dos protagonistas del domingo en Nueve de Julio: Raúl Sinelli.

El piloto local de 42 años de edad, con un Ford que demuestra estar cada vez mejor, se impuso el domingo último en la final de la competencia de Turismo Carretera que se disputó en el circuito de Nueve de Julio, donde Guillermo Ortelli, a bordo de un Chevrolet, se consagró campeón del TC en la temporada 2000, al clasificarse en la cuarta posición.

La presentación del Torino de Luis Rubén Di Palma, identificado con los colores con que debutó el recordado piloto de Arrecifes en el automovilismo deportivo, sirvió de aperitivo para una jornada que es histórica para los pergaminenses. El homenaje al “Loco” Luis estuvo cargado de recuerdos y emoción a granel y tuvo su pico más dramático cuando la máquina identificada con el número 35, debió irse a boxes a poco de largarse la tercera serie.

Pero la final empezó a palpitarse a partir del mediodía, y en ese momento Ortelli sabía que tenía el título al alcance de la mano. Por eso, en el momento de la largada -desde la cuarta fila- Ortelli se cuidó de no cometer errores y de abstraerse de las necesidades que tenían otros adversarios, ávidos de gloria. En ese contexto, se dedicó a girar en la pista al ritmo de los punteros, sin presionar demasiado, aunque con el firme interés de hacer valer todos sus antecedentes. Mientras tanto la punta era exclusividad de los Ford porque de movida Julio César “Catalán” Magni picó en punta, Omar “Gurí” Martínez le ganó el puesto a Sinelli y el pergaminense se ubicó tercero.

Consciente del poderío de su auto, Sinelli esperó el momento oportuno para superar a Martínez -uno de los más difíciles a la hora de pasarlo y fue decididamente sobre el paragolpes del fueguino radicado en Arrecifes que tenía también un muy buen auto y prueba de ello es que el piloto local tardó algo más de cinco vueltas para poder dar el zarpazo. Cuando se preveía, el multicolor Ford Nº 17 se puso a la par del de Catalán Magni y a la salida del curvón peraltado pasó con categoría y ya nadie pudo correrlo. Desde allí fue abrumadora la diferencia que pudo plasmar, cuando aún faltaba media carrera. La ventaja se iba estirando vuelta tras vuelta con un andar parejo y un manejo sólido propio de los hombres de la experiencia de este pergaminense.

Por otra parte, vale destacar que la providencia estuvo de parte de Ortelli cuando pudo sortear a un despistado en momentos que la visibilidad en la pista era nula. Ese antecedente lo empujó al saltense a tomar algunas precauciones, aunque con la certeza de que el título no se le escapaba, luego de recibir por radio la noticia de que Martínez tenía problemas en su Ford Falcon y que el líder de la carrera era Raúl Sinelli, que debió esperar 118 carreras para sumar su primer triunfo en el TC.

“Gracias a Dios se nos dio y lo estamos disfrutando con toda la gente que hizo posible todo esto desde mi inicio en el automovilismo”, recordó Sinelli. El de Nueve de Julio es “un circuito que me gusta mucho” aunque “no estaba muy bien” pero “tenía un excelente auto”. En tal sentido, el volante de Pergamino reconoció a “Walter Alifraco y ‘Jonhy’ De Benedictis” que “han trabajado mucho para todo esto, así que le debo este triunfo un poco a ellos y a todos mis patrocinantes”.

En un rápido repaso por la carrera, Sinelli subrayó que “el viernes tuve una muy buena clasificación. El sábado se me complicó un poquito, pero supe calmar a todo el equipo porque realmente sabía que tenía un auto bárbaro. El domingo se me facilitó mucho la serie con el toque de Ramos y Urretavizcaya y de ahí en más ya pensamos en la final donde supe esperar que ‘Gurí’ (Martínez) y ‘Catalán’ (Magni) hicieran el gasto de la carrera y en su momento pasé a la primera posición”.

El Ford ganador, apenas culminó la competencia, junto al piloto, el copiloto y simpatizantes. (ARCHIVO LA OPINION)

La caravana del triunfo

La salida de la última tarde dominical desde Nueve de Julio fue a las 16:15, obviamente, en caravana. Tres micros -el de Raúl Sinelli, el de Juan Carlos Gallo y el de la familia Pereyra (Oscar y Christian)- y unos seis autos de colaboradores, allegados y un par de periodistas. La primera parada obligada fue en la punta del “triángulo chico” donde una multitud hizo que la caravana detuviera su marcha. De allí se organizó una caravana hasta el centro de la ciudad tomando por la ruta Nº 188, pasando por el Segundo Cruce, hasta llegar al Cruce de Caminos donde otra verdadera multitud estaba aguardando el paso del ganador para expresarle su admiración con el aplauso generoso.

Copa en mano y siempre con “Pochi” Gallo a su lado, Raúl Sinelli hizo su ingreso triunfal por el portal de la ciudad y por la avenida Hipólito Yrigoyen fue llegando hasta el centro de Pergamino. Destacadísimo fue el gesto del más grande de los volantes de nuestra ciudad, Jesús Ricardo Iglesias, quien desde su balcón de la avenida Julio A. Roca aplaudió el paso de alguien que hasta podría ser considerado algo así como un hijo.

El triunfo de Sinelli fue el título principal de la portada de LA OPINION del 31 de octubre de 2000.


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