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La noche que Douglas aplastó a Colón y peleaba por la punta del Nacional B


 Dialeva Salces Jorge (detrs) Rodríguez Rosello Ruiz y D’Amore celebran el triunfo con la tribuna de fondo (ARCHIVO LA OPINION)

'' Dialeva, Salces, Jorge (detrás), Rodríguez, Rosello, Ruiz y D’Amore celebran el triunfo con la tribuna de fondo. (ARCHIVO LA OPINION)

El sábado 14 de marzo de 1992, el rojinegro consiguió un recordado triunfo en el estadio “Miguel Morales” al derrotar 3 a 0 al elenco santafesino con goles de Salces, Boujón y Aldape. Esta victoria ubicó segundo al equipo de nuestra ciudad, junto a Almirante Brown, a un punto del líder Lanús. Al día siguiente, LA OPINION tituló “Douglas, una aplanadora”.


En el temporada 1991/1992 del torneo Nacional B de fútbol Douglas Haig realizó una gran campaña. Con Juan Miguel Echecopar como técnico, el rojinegro fue protagonista de aquel torneo e incluso llegó a liderar la tabla de posiciones. En la noche del sábado 14 de marzo de 1992 el equipo de nuestra ciudad disputó un recordado encuentro en el estadio “Miguel Morales” ante Colón de Santa Fe, al que venció 3 a 0 con goles de Salces, Boujón y Aldape.

Al día siguiente, LA OPINION tituló “Douglas, una aplanadora” para describir la actuación del fogonero ante el sabalero “con una producción notable en el segundo tiempo”. Ese triunfo ubicó a Douglas Haig en el segundo puesto (compartido con Almirante Brown) con 40 puntos, a uno del líder Lanús, luego de 31 fechas.

La formación del rojinegro fue con: Lema; Segovia, Salces, Jorge y Cantoni; D’Amore, Rosello y Rodríguez, Hernández, Aldape y Boujón. A los 90 minutos ingresaron Carmona y Ruiz. A continuación la crónica del partido que el Diario publicó en su edición del domingo 15 de marzo de 1992:

LA OPINION, 15/03/1992

Una victoria espectacular logró anoche Douglas Haig al derrotar a Colón de Santa Fe por 3 a 0, tras ir en ganancia al cabo del primer tiempo por 1 a 0. Fue un match intenso con alternativas cambiantes y un Douglas Haig que manejó muy bien los tiempos, especialmente en la etapa complementaria, cuando el rival salió a jugarse y quedó expuesto al mortífero contragolpe.

Fueron tres tantos y pudieron ser varios más. Eso demuestra que el local ganó con justicia, por más que los sabaleros hayan tenido bastante el control de la pelota, pero en el fútbol no basta con manejar el balón, sino lo que vale es saber darle el destino deseado y que no es otra cosa que mandarlo al fondo de la red.

Douglas madrugador

Solo cuatro minutos de juego se habían cumplido cuando Douglas se puso en ganancia. Otra vez la jugada vino por una pelota aérea que bajó Salces, hubo un rechazo y aquél recibió el balón y de volea, mandó la pelota al fondo de la red. Fue un golazo. 1 a 0 y Douglas siguió mandando, estando muy cerca del segundo.

Douglas había salido con marcas claras fijas. Cantoni sobre Naif y Salces sobre Cincunegui. En el medio juego, Rosello tomó a Cañete y Segovia a Marini, siendo debidamente controlados los dos volantes de creación de Colón. Pero Capocetti no podía quedar libre y entonces Rodríguez lo encimó para no permitir ser salida limpia. Esas marcas dieron resultado hasta los 15 minutos. De ahí en más Colón pasó a ganar el medio juego y las pelotas divididas le pertenecieron, debiendo los defensores extremar recursos para evitar que los avances visitantes pudieran cristalizarse en gol. Ahí se vio a un Lema seguro, especialmente en el juego aéreo, al que tanto le temía el técnico Juan Echecopar. Toledo, sin marca, dejó el corredor del ocho y pasó a empujar a sus compañeros, constituyéndose en una pieza clave en el medio juego, produciéndose algunos desequilibrios en el medio campo de Douglas.

Los minutos pasaron y pese al dominio territorial Colón no pudo emparejar. 1 a 0 y el descanso, que le vendría muy bien a Douglas para recuperar energías y ordenar ideas, corrigiendo falencias.

Fabio Boujón convierte el segundo gol ante Colón, el primero suyo con la camiseta de Douglas Haig. (ARCHIVO LA OPINION)

Colón y un cambio nefasto

Al reanudarse el partido, el técnico visitante sacó un volante -Toledo- de gran tarea, para colocar un delantero neto -Scalise-. Piazza apostó al gol, pero no se daba cuenta que estaba desmantelando lo que en realidad había sido su estructura: el medio juego. Douglas, ante esta variante, mandó a Segovia, siguiendo a Marini.

El dominio continuó siendo de Colón, pero muy pronto nos dimos cuenta de que Douglas tenía mucho terreno en la zona media y que ello le posibilitaría explotar bien el contragolpe. Y así fue. El arco de Perassi se salvó varias veces, en una doble ocasión por envíos de Hernández y Rosello, dos de las figuras más gravitantes de Douglas.

Y el accionar mejoraría aún más cuando cambiaron marcas Rodríguez y D’Amore. El “Gringo” fue sobre Marini y Rodríguez quedó más suelto. Y llegó el segundo de Boujón, que festejó todo el estadio, un justo premio a quien tanta entrega produce. Vino el tercero de Aldape y Ruiz pudo concretar el cuarto, pero la pelota salió junto al poste cuando el tanto se cantaba.

A esta altura del partido el final poco importaba. Douglas era el dueño del encuentro y por ende de dos valiosos puntos, que le posibilitan seguir estando muy cerca del tope de la tabla. Es que en general, todo Douglas Haig jugó muy bien. Se entró con un libreto y se cumplió. La entrega fue total. Hubo jugadores fundamentales y Rubén Rosello fue uno de ellos. En él, queremos reconocer el gran trabajo de todos los equipistas, quienes se brindaron por entero, con un fútbol moderno.

Alguien agregó: Colón jugó bien, pero para el año 30. Douglas lo hizo sabiendo que estaba en el 92. En general todos los colegas fueron terminantes. Douglas es una aplanadora que juega todos los partidos como si fueran finales y eso nos consta.

Recibimiento espectacular

El ingreso de Douglas al campo de juego tuvo un recibimiento espectacular por parte de un público tan imponente como el momento que se vivía. La gente gritó, saltó, festejó como muy pocas veces hemos visto. Es que pareciera que el público de Pergamino ha tomado conciencia de la posición en la que se encuentra Douglas y además le gusta como juega el equipo y se contagia.

Minuto de silencio

Antes de iniciarse el encuentro se hizo un minuto de silencio en homenaje al exintendente de nuestra ciudad, Raúl Alberto Rossi, fallecido ayer. El público de Pergamino guardó el respeto que el momento merecía, los hinchas de Colón no pararon de gritar: “Un minuto de silencio, para Douglas que está muerto”. ¡Lamentable!

Boujón quebró la racha

Desde que Fabio Boujón está jugando en Douglas no había podido concretar un gol. Ayer lo hizo y lo festejó de una manera muy especial, no solo por lo que significaba hacerle un gol a Colón, sino también porque era su conquista, la que tantas veces se le había negado. Claro que el gol de Boujón no podía entrar de manera clara y por el medio, tenía que tener ribetes de espectacularidad y así fue como la pelota pegó en el palo izquierdo, se elevó y pasó por detrás del arquero, para ir a dormir en el sector opuesto y contra el lateral de la red.

Lamentable episodio

Cuando restaban algunos minutos para finalizar el encuentro la barra de Colón se retiró de la cancha, cuando ya el partido tenía prácticamente sellado el triunfo para Douglas. Pero la retirada no fue tranquila sino que tuvo algunas piedras de parte de la parcialidad visitante hacia la tribuna local, impactando una de ellas en la cabeza de un espectador. La víctima fue Pedro Mac Mullen, quien recibió un fuerte impacto, provocándole un corte profundo en el cuero cabelludo y debiendo ser trasladado de inmediato por una de las ambulancias de Medicar.


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