Editorial

Cristina Kirchner: su centralidad en la discusión electoral


La definición de la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner sacudió durante el último fin de semana el escenario político y la expresidenta, a pesar de su corrimiento del primer lugar de la fórmula, por el modo en que fue presentada esta determinación y por las múltiples especulaciones que genera este movimiento, consiguió ponerse en el centro de la escena. Y toda la política nacional se transformó de repente en un gran tablero de ajedrez donde el movimiento de un jugador obliga al otro a reformular su estrategia y ensayar la jugada más inteligente posible. Ya en los últimos días y a partir de algunos hechos puntuales su figura había acaparado la atención de la opinión pública para consolidar adeptos o ganar detractores. Y como sea, esta definición en términos electorales, lejos de desdibujarla, la expresa en toda su esencia como una referente capaz de acaparar la atención de propios y extraños. Dueña de un don para reacomodarse en el escenario público según convengan las circunstancias, la expresidenta -procesada por presuntos casos de corrupción durante su gestión y a horas de someterse al primer juicio oral en su contra- desplegó una serie de acciones que a la luz de lo que se anunció el sábado, fueron preparando el clima para que todo el país hablara de ella y sus intenciones de posicionarse como exponente indiscutida de la oposición al Gobierno, aun siendo vicepresidenta.

Lejos de ser un renunciamiento, la decisión de ungir a Alberto Fernández con el título de precandidato presidencial de la fuerza política que ella lidera es una muestra del estilo personalista que la caracteriza y de su habilidad para manejar los hilos, aun con un manto de mesura de dudosa credibilidad.

La primera movida fue la presentación de “Sinceramente” en la Feria del Libro, con las repercusiones que ese hecho tuvo no solo por el contenido de la publicación controvertido en muchos de sus términos sino por lo que significó pronunciar su mensaje político en una tribuna destinada más a los intelectuales y referentes de la industria editorial que a los políticos. Con un discurso moderado y colmado de señales para la ferviente militancia que siguió las instancias de la presentación desde las calles mostrando el peso de la movilización con pasión casi religiosa, planteó algunas definiciones en relación a la marcha del país y críticas al oficialismo que tuvieron amplia repercusión. También nombró a Alberto Fernández en una apreciación “generosa” que hoy cobra verdadera dimensión a la luz de la estrategia que ella misma había ensayado.

Como ecos de esa presentación se sucedieron mensajes de apoyo o repudio. Pero todo el mundo habló de ella sin reparar demasiado en la figura del hasta entonces dirigente que había vuelto al rebaño luego de años de alejamiento y feroces críticas a la gestión presidencial de Cristina Kirchner. Incluso, fruto de esa presentación, el marketing electoral comenzó a hacer de las suyas y de inmediato apareció una muñeca que emula su figura y se comercializa a 400 pesos. Por entonces su candidatura presidencial había quedado latente como una posibilidad inminente.

A eso se le sumó su participación en el consejo del Partido Justicialista, a donde llegó luego de mucho tiempo de no asistir a estos encuentros para proponer la creación de un frente electoral capaz de ganarle al macrismo en primera vuelta. Intentando ampliar la base de sustentación de su fuerza política y conseguir nuevas adhesiones, realizó una jugada tan inteligente como especulativa para restarle poder de maniobra al ganador de la provincia de Córdoba en la convocatoria a la unidad del justicialismo.  Y aunque varios dirigentes de esa tercera vía que constituye el peronismo no kirchnerista, nucleado bajo el paraguas de la fuerza Alternativa Federa, desoyeron el llamado de Cristina, su imagen volvió a quedar en el centro de la escena.

Luego, y para que la figura de Cristina Fernández de Kirchner ganara incluso más centralidad en el espacio político, irrumpió la decisión de la Corte Suprema de Justicia de requerir el expediente de una de las causas de corrupción por la que se la investiga, poniendo en duda la legitimidad de ese proceso y abriendo ante la opinión pública un sinnúmero de especulaciones respecto de una posible intervención política del máximo tribunal en favor de la líder de Unidad Ciudadana.

Y como si todo fuera poco, finalmente llegó el video que a través de sus redes sociales oficializó lo que sorprendió a propios y a extraños. Luego de ello, Cristina Kirchner volvió al hermetismo que la había definido en los últimos tiempos, y hoy espera a enfrentar el proceso judicial, que incluye la incomodidad de tener que sentarse en el banquillo de los acusados en la primera audiencia del juicio oral que se sustancia en su contra.

Todo lo que sucede mientras ella calla sigue teniendo que ver con ella. Y su nombre, resistido o aclamado, sigue ocupando la primera plana de los diarios, ganando un protagonismo. A favor o en contra de ella, lo que no se puede desconocer es que su figura concentra el interés de todos los actores del sistema político cada vez que ella gana la iniciativa en la jugada. Y con ella como vicepresidenta, los límites de la grieta parecieran desdibujarse, pero solo en cierta medida porque las aguas siguen divididas y la posibilidad de los consensos sigue apareciendo como algo lejano en un país que merecería de sus líderes gestos verdaderamente generosos, desprovistos de cualquier cosmética que se nota es solo electoral. Centralizando en nombres y aspiraciones personales, en especulaciones de conveniencia, nadie discute los verdaderos temas que preocupan al país y condicionan severamente el futuro.


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO