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Al término de la última reunión que celebró la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, los obispos de la Iglesia Católica pidieron a toda la sociedad, pero especialmente a los dirigentes de los distintos espacios políticos, que redoblen los esfuerzos para preservar el bien común, prestando especial atención a las familias que más sufren los efectos de la crisis social y económica que atraviesa el país.
En palabras de los propios obispos, se espera que los dirigentes se inspiren en el ejemplo de la ciudadanía que participó de la jornada electoral nacional del pasado domingo 11 “en forma ejemplar y con responsabilidad”, como remarcaron los religiosos. No es un pedido más. La crítica situación de la economía obliga a actuar con prudencia para evitar mayores sufrimientos de la gente.
No es casual que los 22 obispos que participaron de las deliberaciones de la conferencia que se llevó a cabo en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro convocaran a todos los fieles “a rezar la oración por la Patria”, elaborada por el Episcopado, con la participación del entonces cardenal, Jorge Bergoglio, después de la grave crisis social y económica que vivió la Argentina en 2001.
Fue en aquellos duros momentos del país cuando se puso en marcha la denominada Mesa del Diálogo Argentino, una experiencia sin precedentes que se dio en el marco de una creciente tensión social y que tuvo como objetivo favorecer la comprensión entre los distintos sectores, para evitar mayores dolores a una sociedad que, increíblemente, estaba por entonces al borde de la de-sintegración.
Hoy, a casi dos décadas de aquellas jornadas difíciles, la ciudadanía debe aprender a no repetir los errores del pasado. Resulta alentador que, a pesar de la difícil coyuntura actual, las elecciones celebradas el domingo 11 hayan transcurrido con total normalidad y, en ese sentido, merece detenerse un momento en las palabras del presidente de la Comisión Episcopal, el obispo Oscar Ojea, cuando al término de la reunión con sus pares valoró la masiva participación del pueblo argentino en las Paso, remarcando que esa jornada electoral se desarrolló “en paz y sin contratiempos‘.
Construir un país con paz social no es algo imposible. Es un objetivo que requiere el compromiso de todos los sectores, y especialmente el de los dirigentes de las distintas fuerzas políticas y organizaciones sociales que, en tiempos de tensiones, deben cultivar la templanza y dar el ejemplo al resto de la ciudadanía, que siempre está atenta a sus actitudes y palabras. Los dirigentes de los distintos sectores deben recordar que, con el esfuerzo de todos, se ha logrado transitar, no sin dificultades, un largo camino democrático que ya lleva más de tres décadas sin interrupciones. Es fundamental que, en estas horas, se eviten las peligrosas confrontaciones que llevan a posiciones extremas y que se redoblen los esfuerzos para respetar las reglas de juego pacíficas y fortalecer la calidad de las instituciones democráticas.
Cabe recordar que el mes pasado los obispos suscribieron una declaración conjunta con referentes de distintos credos, en la que se planteó la necesidad de que en la campaña electoral predominen “la cultura del diálogo y el respeto del otro”, y que las propuestas de los candidatos, tengan en cuenta, especialmente, “a los que más sufren la pobreza y la exclusión”.
En palabras de los obispos, de lo que se trata es de cuidar el bien común privilegiando a los que en los últimos años sufrieron un deterioro de su calidad de vida, sin posibilidades, incluso, de satisfacer sus necesidades más básicas. No debe olvidarse que la Argentina tiene hoy a prácticamente un tercio de la población viviendo por debajo del umbral de pobreza y, lo que es peor, el deterioro que sufrió la economía en los últimos días empujó a más argentinos a una situación de privaciones.
Es de esperar que de aquí al 27 de octubre, que es la fecha fijada para la elección de las autoridades nacionales, prime la sensatez y se trabaje codo a codo para evitar que se agrave el enorme retroceso sufrido por los sectores más vulnerables que necesitan, hoy más que nunca, de la solidaridad de todos los argentinos.
