Editorial

El conflicto Francia muestra lo difíciles que son los cambios


El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio marcha atrás con el aumento de los combustibles, pensado como un mecanismo para incentivar la transición hacia el uso de otras energías que no incidan en el cambio climático. Imponer costos a quienes emiten gases de efecto invernadero suena interesante, pero como está comprobando el mandatario galo, puede generar una resistencia política explosiva.

“Lo ocurrido en París no tiene nada que ver con la expresión pacífica de las protestas” dijo Macron y afirmó que los manifestantes que protagonizaban incidentes en la capital “no quieren ningún cambio, quieren el caos”.

Las jornadas de protesta del movimiento denominado “chalecos amarillos”, que reclama por la pérdida del poder adquisitivo y la quita de subsidios a los combustibles, derivó en revueltas en el corazón de París y se saldaron con 270 detenidos, 110 heridos. Pero esto no paró a los manifestantes que, aun cuando primero se suspendió el aumento y luego directamente se anuló, continuaron con las manifestaciones.

Debido a esta crisis, el primer ministro francés, Edouard Philippe, anuló su viaje a Polonia para asistir a la cumbre climática COP 24, que busca regular los compromisos asumidos en el Acuerdo de París de 2016. Precisamente este acuerdo, que Estados Unidos se negó a firmar en su momento, es la piedra del escándalo, porque la sociedad -en este caso francesa, pero se puede aplicar a muchas otras,- se niega a pagar más por el uso de combustibles dañinos.

Es, en términos generales, el trasfondo del asunto francés y a su vez el mismo motivo por el cual Trump reniega de la problemática del cambio climático, tildándola de una estupidez: hacer las cosas de manera más limpia, según todo el mundo reclama que hay que hacer, tiene su costo. Trump no lo quiere pagar, y la sociedad francesa, parece que tampoco.

Esto que sucede con el combustible puede transferirse a muchas otras situaciones, incluso las más sencillas, en nuestro país: es muy fácil, bonito y convocante plantear situaciones desde el discurso; ahora, cuando hay que implementarlas, nadie quiere pagar los costos. Y no hablamos solamente de que lo nuevo pueda ser más caro, sino que reconvertir algo que se venía haciendo de un modo, inexorablemente dejará perjudicados en el camino, cosa que no asumimos cuando decimos o pedimos algo.  Pensemos por un momento, valiéndonos del caso francés, qué pasaría si en nuestro país se erradicara el uso de combustibles fósiles para cuidar el ambiente. Seguramente, el discurso pro ecología quedaría desterrado y el reclamo pasaría a ser por todas las fuentes laborales que se perderían en este cambio. Ni hablar, si encima, la nueva energía –aunque más saludable- fuera más cara. Sin dudas que todos quienes hoy propugnamos por industrias y consumos más benévolos con el ambiente no estaríamos dispuestos a pagar más por ello.

Los economistas dicen que el arma más efectiva para luchar contra el cambio climático es el código tributario: imponer costos a quienes emiten gases de efecto invernadero. Pero tal como aprendió el presidente francés, Emmanuel Macron, implementar esos impuestos puede resultar explosivo.

Macron argumentó que los impuestos sobre el gasoil y la nafta que pretendía imponer eran necesarios para contener el cambio climático disminuyendo la dependencia de los automovilistas por los productos petroleros, pero las violentas manifestaciones lo obligaron a dar marcha atrás.

El presidente francés no está solo en su frustración. Los líderes de otros países descubrieron que sus intentos para fijar precios a la emisión de carbono se topan con una feroz oposición.

“Aumentar los impuestos sobre la energía siempre es difícil de vender políticamente”, dijo Gregory Mankiw, profesor de Economía de la Universidad de Harvard. “Los miembros de la Asociación Económica de Estados Unidos están convencidos de las virtudes de esos impuestos, pero no así el ciudadano”.

En Estados Unidos -donde los impuestos vinculados con la energía están entre los más bajos de los países desarrollados-, los políticos, sus electores y sus contribuyentes ya se encargaron de dejarlo bien en claro en repetidas oportunidades. Y con Trump tienen la garantía que así seguirán, bajos, haciendo a la producción no limpia la opción más rentable, por lo que difícilmente haya un cambio en ese sentido

Algunos países más preocupados por la situación del clima adoptaron impuestos sobre el carbono, incluidos Chile, España, Ucrania, Irlanda y las naciones escandinavas. Otros adoptaron programas de comercio de derechos de emisión que les ponen precio a las emisiones de carbono. De esta forma se intenta, además de multar a quien hace un daño, de algún modo “compensar” costos para que la industria limpie sea realmente una opción viable a la sucia.

En Francia se intentó algo por el estilo y ya todos vimos el impacto. Ni siquiera cuajó la idea cuando se anunció que los ingresos provenientes de estos cargos por emanaciones de combustibles fósiles se utilizarían para reducir el déficit. Algo que sugieren los expertos en políticas públicas para lograr que sean aceptados estos impuestos es que, de alguna manera, vuelvan directamente al ciudadano, que sean reciclados y retornen especialmente a los trabajadores de ingresos medios. En general, bien planificado, podría funcionar, pero en Francia ya el tema traspasó la calle para convertirse en una cuestión política.

La política climática genera poco entusiasmo cuando se la lleva a la práctica, es así.

Es algo sobre lo que todos tenemos una idea formada a favor del cuidado del ambiente, pero cuando se trata de llevarlo a los hechos, no queremos pagar más por ello. Es más, ni siquiera queremos tomarnos el tiempo y el trabajo de cuidar el ambiente desde el hogar, con el simple reciclado de basura. Todo muere en el discurso.

Y si nos tocan el bolsillo, directamente cambiamos el discurso.


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO