El flagelo del hambre amenaza al planeta

Las autoridades del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas alertaron que la pandemia del nuevo coronavirus que puso en crisis a sistemas de salud y paralizó las economías de los países puede duplicar el número de personas que padecen hambre extrema en el planeta. Según las estimaciones del organismo de la ONU, el drama podría afectar a cerca de 256 millones de personas a finales de este año. Por eso, advierten que si no se adoptan medidas urgentes, el mundo marchará hacia múltiples hambrunas “de proporciones bíblicas” en unos pocos meses.

Los expertos consideran que este drama humanitario afectará principalmente a sectores vulnerables de países de ingresos medios y bajos. En ese sentido, un documento preparado por economistas del Programa Mundial de Alimentos observa que la mayoría de las personas que sufrieron inseguridad alimentaria aguda en 2019 se encontraban en países afectados por conflictos (77 millones), por el cambio climático (34 millones) y por fuertes crisis económicas (24 millones de personas). Entre las naciones que vienen de padecer las peores crisis alimentarias en 2019, figuran Yemen, la República Democrática del Congo, Afganistán, Venezuela, Etiopía, Sudán del Sur, Siria, Sudán, Nigeria y Haití. En el caso de Sudán del Sur, de acuerdo con los datos que se desprenden del último Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias, ese país ubicado en Africa oriental tenía el 61 por ciento de su población en un estado de crisis alimentaria en los últimos meses del año pasado. Otros siete países también tenían al menos el 35 por ciento de su población en un estado de crisis alimentaria: Sudán, Yemen, República Centroafricana, Zimbabwe, Afganistán, Siria y Haití.

Ante estas alarmantes cifras, el jefe del equipo de economistas del Programa Mundial de Alimentos, Arif Husain, observó que la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19 “es potencialmente catastrófica para millones de personas cuyas vidas ya penden de un hilo”. El funcionario advirtió la actual emergencia sanitaria asestó un duro golpe a millones de familias que dependen de su trabajo diario para comer. “Los confinamientos y la recesión económica mundial ya han diezmado sus ahorros. Solo se necesita un shock más, como la Covid-19, para llevarlos al límite. Debemos actuar colectivamente ahora para mitigar el impacto de esta catástrofe mundial”, alertó.

Los permanentes monitoreos que realiza el organismo revelan, además, que casi 73 millones de personas que viven en Africa se verán amenazadas por el hambre en este dramático escenario global, mientras que 43 millones de personas que viven en Oriente Medio y Asia y 18,5 millones que viven en América Latina y el Caribe también serán alcanzados por la crisis alimentaria. En nuestra región, Venezuela aparece como el país más vulnerable, con 9,3 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda y necesitadas de asistencia urgente, según los últimos datos aportados por el Programa Mundial de Alimentos. Por otra parte, se advierte que El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua vienen de sufrir una sequía que ha empujado al hambre a 3,2 millones de personas, mientras que en Haití la crisis política y socioeconómica empeoró la inseguridad alimentaria extrema, con 3,7 millones de personas afectadas. Además, se estima que 1,2 millones de migrantes y refugiados venezolanos en Colombia y Ecuador también son amenazados por el flagelo del hambre.

Por su parte, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, remarcó que con la crisis actual generada por el Covid-19 el planeta no solo se enfrenta a una pandemia de salud mundial, sino también a “una catástrofe humanitaria mundial”.

Es de esperar que los líderes mundiales y la comunidad internacional en general reaccionen ante estos datos que estremecen, ya que nadie puede ignorar que, en un mundo globalizado, lo que afecta a unos afecta a todos y basta con observar fenómenos como las migraciones y el drama de los refugiados que huyen de países pobres o en conflicto hacia las naciones más ricas. O la propia pandemia que hoy tiene en vilo a todas las naciones. ¿Podrán los líderes mundiales acordar un plan de rescate económico universal para mantener a los países y comunidades pobres a flote, como piden en estas horas difíciles distintas organizaciones no gubernamentales internacionales?

Ojalá se escuchen las palabras del Papa Francisco con las que, oportunamente, advirtió que el mundo se enfrentará a una mayor decadencia moral si se sigue dando espacio a la cultura del descarte.