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Por pedido de la Organización de Naciones Unidas un grupo de científicos redactó un informe que, bajo el título “El futuro es ahora: la ciencia al servicio del desarrollo sostenible”, advierte que para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible se debe plantear un cambio de paradigma en términos medioambientales, económicos y sociales. Según los expertos, estos factores están estrechamente ligados y por eso es importante que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil asuman el compromiso de promover acciones que permitan alcanzar esos objetivos.
El documento fue elaborado por un grupo de científicos encabezado por Peter Messerli, director del Centro de Desarrollo y Medio Ambiente de la Universidad de Berna, Suiza. El trabajo, de 250 páginas, explica que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es necesario evitar que el crecimiento económico se base en prácticas que degraden el ambiente, tal como ocurre en la actualidad, y que al mismo tiempo se adopten medidas para reducir las desigualdades sociales y de género en términos de riqueza, ingresos y acceso a las mismas oportunidades. Es que la desigualdad es uno de los problemas más graves que enfrentan las sociedades actuales.
En ese sentido, el economista Branko Milanovic, autor del libro “Desigualdad mundial. Un nuevo enfoque para la era de la globalización”, advierte que el fenómeno de la concentración de la riqueza en muy pocas manos será, tarde o temprano, una amenaza para la democracia, ya que lo que se observa en los países con altos niveles de desigualdad es que la concentración del ingreso refuerza el poder político de los sectores que más tienen, y eso hace que los cambios a favor de los más postergados en política tributaria, en el financiamiento de la educación pública y en el gasto en infraestructura sean mucho menos probables.Por eso los expertos que redactaron el informe plantean, además, que la erradicación de la pobreza y el bienestar humano solo serán posibles si hay un cambio fundamental y urgente en la relación entre las personas y la naturaleza y también una reducción significativa de las desigualdades entre y dentro de los países. El documento de la ONU señala, por otra parte, que el modelo de desarrollo actual no es sostenible, y que el progreso de las últimas dos décadas está en peligro de ser revertido por el empeoramiento de las desigualdades sociales. La investigación remarca que el modelo actual de desarrollo brindó prosperidad, pero también llevó a la pobreza y otras privaciones a millones de personas, “con niveles sin precedentes de desigualdad que socavan la innovación, la cohesión social y el crecimiento económico sostenible”.
Por otra parte, el informe señala que el modelo económico global vigente también acercó al mundo a puntos de inflexión con el sistema climático global y la pérdida de la biodiversidad. Respecto de este último punto, cabe recordar que un reciente documento de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas ya había encendido las luces de alerta, señalando que la biodiversidad está disminuyendo a un ritmo sin precedentes en todo el planeta, y que la tasa de extinción de especies se está acelerando, mientras aumentan las probabilidades de graves impactos en poblaciones de todo el mundo. Pero eso no es todo. Los expertos que integran la Plataforma remarcaron que la salud de los ecosistemas de los que los seres humanos y todas las demás especies dependen se está deteriorando a una velocidad nunca antes vista.
Robert Watson, presidente del organismo intergubernamental que evalúa el estado de la biodiversidad y de los ecosistemas en todo el planeta, fue muy claro al remarcar que el hombre está erosionando los cimientos de las economías, los medios de vida, la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida en todo el mundo.
Volviendo al informe de la ONU, merece destacarse el párrafo en el que se plantea la necesidad de fortalecer a las organizaciones no gubernamentales, los sindicatos, los grupos de mujeres y otras organizaciones comunitarias, con el fin de alcanzar las metas de la Agenda 2030, sin olvidar que recomienda que los países en desarrollo redoblen sus esfuerzos para asegurar pisos de protección social más fuertes para garantizar la alimentación segura y nutrición, un consejo que la Argentina de estos días tendrá que cumplir sin demoras.
