Editorial

Estadísticas engañosas


Cada 100 testeos en Argentina, 18 son positivos. “¡El 18 por ciento de la población tiene Covid-19!”. Ese podría ser un título, en letra de molde, muy vendedor para la prensa, pero muy capcioso. Porque así como es real el dato objetivo, el dato relativo es otro, que no conocemos.  La cifra no es buena ni mala. Simplemente es no representativa, al menos para compararla con otros países, no con el objetivo de establecer una “competencia” sino para atenernos a lo que se nos puede venir, siendo un país Argentina que –sabemos- no cuenta con los recursos que otros han puesto en la cancha y que igualmente resultaron insuficientes.

La actual tasa de testeo en Argentina es de 631,4 muestras por millón. En total, desde el inicio de los operativos, se llevan realizados 28.650 testeos para una población de 44 millones de habitantes, mientras que en Chile, por citar un país cercano, se hacen más de 3.000 por día y llevan realizados 100.000 para una población de 18 millones de habitantes.

Con la cantidad de testeos diarios que hay en Argentina jamás veremos los números de casos positivos que se registran en países cercanos en la geografía y similares en demografía. ¿Pero eso significa que aquí estemos mejor? ¿Significa que aquí hay menos enfermos? No.  Significa que nuestras estadísticas se escriben sobre agua, y que este desconocimiento social de la extensión real de la patología, sumado a que la mayoría es portador asintomático, nos pone en un lugar de riesgo a todos y súper desventajoso para atender la potencial contingencia en su momento pico.

Chile es de los países que mejor está afrontando la pandemia de Covid-19. Ostenta un muy bajo índice de mortalidad, lo que lo destaca del resto de los países de la región. Y la base de su “éxito”  es justamente la alta cantidad de tests realizados diariamente. Chile reportó en un mes (3 de marzo a 3 de abril) una tasa de letalidad del 0,5 por ciento, similar a la de países como Corea del Sur, Alemania o Japón antes de que llegaran al pico de contagios y que son reconocidos internacionalmente por sus estrategias para hacer frente al Covid-19. Argentina, considerando el mismo período, registró una letalidad del 3,1 por ciento. Pero esta cifra no debe llevarnos a pensar que acá el virus “mata” más que en el vecino país, sino que nos hace entender que las nuestras son estadísticas endebles y no pueden utilizarse como parámetro de nada, salvo de nosotros mismos. Bajo ningún concepto corresponde objetivamente decir que estamos mejor que nadie. En síntesis, nuestra curva no es comparable con la de ningún otro país porque aquí no hay un relevamiento representativo  de la sociedad.

Puede ser antipático hablar del mal uso que hace de las estadísticas Alberto Fernández,  quien se ha puesto esta lucha al hombro con todo su equipo, que se ha mostrado coherente y previsor con las medidas sanitarias, rodeándose de un equipo de expertos. Pero no está bien tampoco que nos autocontentemos con un engaño numérico que no es más que una ilusión perceptiva: un número bajo de casos confirmados y de muertos  mostrados como sinónimo de un mejor estar y de éxito sanitario. Todo lo bueno que se viene haciendo no debiera empañarse con la construcción de un relato. Está bien la arenga, el transmitirle a la gente el mensaje de que vamos bien, pero implantar el germen exitista (que no es lo mismo que el éxito) en la sociedad es una estrategia política nociva para la salud.

No vamos mal porque se está haciendo lo que es debido. Y lo debido hoy puede ser indebido mañana, ya que en esto que es nuevo todo trata de prueba y error. Suficiente hubiese sido con que Fernández, en ocasión de anunciar el viernes 10 la ampliación de la cuarentena, dijera eso,  que vamos bien. Ya entrar en comparaciones estadísticas con otros países para hablar de éxito es entrar en terreno mentiroso, en tanto no estamos utilizando los mismos parámetros. De hecho, si se tiene en cuenta la cantidad de testeos por millón de habitantes de los países que eligió Alberto Fernández para comparar con la Argentina, los números no están a nuestro favor.  Por eso Chile no tardó en reaccionar a lo que consideró información viciada y comenzó un intercambio epistolar diplomático.

En conclusión, para tener real dimensión del avance del nuevo coronavirus es importante tener la mayor cantidad posible de testeos realizados, aunque ello necesariamente implicará ver crecer exponencialmente el número de casos, cifra que el Gobierno celosamente custodia y aspirar a sostener baja.

No es casual que la imagen positiva de Alberto Fernández se haya disparado hacia arriba en las últimas semanas: ha sido enérgico para tomar decisiones y asertivo para transmitirlas a la sociedad. Por eso fue innecesaria la comparación triunfalista del avance del Covid-19, más cuando él sabe que están sentadas sobre un deficiente número de muestras. Es sabido que aquí, como en todo el mundo, los casos reales son muchos más que los diagnosticados. Pero, ¿por qué no hacer uso de todo el potencial para diagnosticar el máximo posible y así ir cortando las cadenas de contagio?


Otros de esta sección...
BuscaLo Clasificados de Pergamino y su región
Buscar en Archivo
Tapa del día
00:00
15:42
Errores:  0
Pistas:  38

Tu mejor tiempo:
12:07
Registrate o Ingresá para poder guardar tus mejores tiempos.

Nueva Partida
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Editorial
Funebres
Perfiles Pergaminenses
Lejos del pago
Farmacias de turno

LO MÁS LEÍDO