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El formulario del próximo Censo Nacional, que se realizará el miércoles 28 de octubre del año que viene en todo el país, contará con un espacio donde volcar información estadística sobre identidad de género.
Es la primera vez que se incluye esta categoría en la que el encuestador podrá consignar cómo, de acuerdo a lo que señale la persona encuestada, ésta se percibe a sí misma. Se espera que estos datos permitan avanzar en la real inclusión de sectores invisibilizados de la población. Se estima que unos 700 mil encuestadores recorrerán localidades de todo el país ese miércoles de octubre de 2020, que será feriado nacional, para censar a la población.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, la Argentina tiene una población estimada (al 1º de julio pasado) de 44.938.712 habitantes. En nuestro país se realizan censos de población desde el año 1869, e ininterrumpidamente cada 10 años en las últimas seis décadas. Se trata, técnicamente, de un recuento metódico de la población que permite a los gobiernos nacionales diseñar políticas públicas para atender las demandas de la población.
Es, en rigor, una de las pocas políticas de Estado que han permanecido inalterable desde 1869 a la fecha. Según informó el Indec, el censo del año que viene también preguntará por primera vez el número de Documento Nacional de Identidad y el nombre de la carrera universitaria de grado o terciaria que se completó. Con respecto a las preguntas sobre identidad de género, desde el organismo oficial se informó que en esa categoría se podrá consignar: mujer, varón, mujer trans/ travesti/ varón trans, otro e ignorado.
También se aclaró que éstas, y todas las preguntas que incluya el formulario, serán de carácter estrictamente confidencial. La inclusión de la pregunta sobre identidad de género en el próximo censo nacional, que será de población, hogares y viviendas, fue solicitada por organizaciones de la sociedad civil que defienden los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales e intersex, a través de una presentación formal realizada ante el Instituto Nacional de Estadística y Censos, que aceptó el pedido y procedió a incorporar en los cuestionarios básicos y extendidos las preguntas sobre identidad de género, además de consultas sobre hogares compuestos por parejas del mismo sexo y sus hijos e hijas.
Las organizaciones que llevaron este planteo ante las autoridades del Indec coincidieron en señalar que se trata de un gran paso adelante ya que de esta manera se podrá contar con datos fiables sobre la población Lgbt+ de todo el país, para de esa manera poder diseñar políticas públicas que den respuestas, por ejemplo, a las necesidades de las personas trans, que desde hace décadas reclaman políticas de vivienda, salud y empleo específicas. Cabe recordar, por otra parte, que en mayo de 2012 se aprobó la ley nacional de Identidad de Género, que establece que toda persona mayor de 18 años puede solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio del nombre de pila cuando no coincida con su identidad de género.
En el caso de menores, el trámite se puede realizar a través de representantes legales y con expresa conformidad del menor o la menor. A su vez, la norma permite el acceso integral a la salud de todas las personas trans, pudiendo solicitar intervenciones quirúrgicas totales o parciales y el tratamiento hormonal para adecuar su cuerpo a su identidad de género autopercibida. Esta nueva incorporación en el Censo 2020 confirma que los recuentos de población se van ajustando a los cambios sociales, culturales y políticos de cada época.
Así, por ejemplo, en el censo de 1970 no estaban contempladas las madres solteras, ya que el formulario solo admitía las categorías de mujeres casadas o viudas, a quienes se preguntaba la cantidad de hijos que tenían. Dicho de otra manera, la pacata sociedad argentina de los 70 no quería admitir la existencia de niños nacidos por fuera de la institución del matrimonio, impidiendo así que las estadísticas reflejaran la realidad.
Algo similar ocurrió con la identidad de género, ya que hasta el Censo 2010, si alguien respondía que tenía pareja del mismo sexo, el programa estadístico lo interpretaba como un error y, por lo tanto, descartaba la información. Según el Indec, existe una tendencia a la baja de las tasas de respuesta a censos y encuestas, de manera que es de esperar que la ciudadanía tome conciencia de que participar del Censo 2020 permitirá contar con datos fiables que ayudarán a tomar las decisiones más adecuadas a las necesidades de cada sector de la población.
