La educación como sistema

Si bien en el país el acceso a la educación superior es irrestricto no todos llegan a este nivel de la oferta educativa y esto sucede por múltiples factores. Algunos de ellos se dan al interior del propio sistema educativo que aunque se proclama abierto y plural muchas veces funciona en compartimentos, estamos anclados en burocracias y estructuras que desatienden una cuestión central asociada a acompañar a las personas en todo su trayecto educativo. Cuando se observan las cifras de deserción que experimentan las universidades en el primer año de ingreso a carreras se pone manifiesto que algo falló en la enseñanza y el aprendizaje de conocimientos básicos en niveles anteriores del trayecto educativo. La dificultad en la resolución de problemas matemáticos y la imposibilidad de comprender textos sencillos son apenas botones de muestra de una realidad que no siempre se quiere ver y que hacia adentro del propio sistema motivan discusiones y llamados de atención. Ante estos, y otros indicadores preocupantes, empiezan a surgir disidencias sobre responsabilidades y causas y los referentes de cada nivel educativo carga las culpas sobre el anterior y aparecen en el debate cuestiones como la competencia, la dependencia a una jurisdicción nacional o provincial en la definición de la política educativa. También irrumpen las cuestiones salariales docentes las falencias de infraestructura y el acceso a la tecnología, la capacitación docente y las deficientes condiciones en las que los maestros y profesores enseñan y los chicos aprenden. En esta discusión poco se habla de articular, de comenzar a trabajar antes en un marco colaborativo para que la tragedia educativa no ocurra o por lo menos tenga menor impacto.

En este sentido, desde hace un tiempo la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación trabaja en un programa llamado Nexos que precisamente intenta resolver la brecha entre los distintos niveles educativos y establecer consensos mínimos que posibiliten experiencias de articulación posibles. Así, a poco de su implementación el programa logró reunir a distintos actores del sistema educativo en el diseño de las estrategias que favorezcan la articulación entre los distintos niveles de enseñanza. Acompañamientos tutorías y talleres forman parte de un compromiso que el sistema universitario nacional tomó con esta cuestión tan importante como urgente. De la iniciativa participan todos los actores y a través de acciones que se implementan desde las propias universidades comienzan a sentarse las bases para que desde mucho antes los estudiantes puedan comenzar a transitar mejor el camino hacia la educación superior sin que les resulte tan sinuoso. También compromete a los actores del sistema educativo formal y a los revisores de políticas públicas en la observación de este problema y en la internalización de la articulación real como herramienta.

En la región la presencia de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires ha hecho que este programa tenga experiencias de trabajo concretas plasmadas en varios establecimientos educativos.

Que escuelas secundarias tanto de Pergamino como de Junín trabajen en esta experiencia y participen de distintas actividades ha posibilitado ver de primera mano algunos resultados y más allá de la particularidad del programa, observar la dinámica que adquiere la tarea puertas adentro de las aulas es comprobar que cuando se cuenta con instrumentos eficaces diseñados desde la política transformar las realidades es posible. Es dable también observar cómo gradualmente se van dejando de lado las diferencias, las jerarquías, los estamentos y compartimentos estamos y se va pensando en una educación que es una sola, que se reconoce como sistema y que por lo tanto deja de referir en los niveles y su burocracia propia y vuelve a poner al alumno y sus necesidades educativas en el centro de la escena y a la escuela como institución en un lugar que jamás debió haber perdido. Lejos de cualquier debate estéril pensar la inclusión y la calidad como premisas deja de ser una utopía y se convierte en una tarea que en el tiempo comenzará a exhibir resultados concretos. Ampliar el alcance de este tipo de experiencias y fortalecer políticas similares en todos los niveles de la enseñanza formal es un desafío.