La Ley de Talles y el modelo de “normalidad” estética

La reciente aprobación en la Cámara de Diputados de la Nación de la llamada Ley de Talles volvió a poner en el centro del debate público cuestiones como las medidas de vestidos, pantalones, remeras y camisas que se venden en los comercios, y otros asuntos como el peso y el aspecto físico de las personas. La norma es la respuesta a reclamos de distintas organizaciones que pedían que la ropa responda a medidas corporales reales y no solamente a los dictados de la moda.

El problema que subyace en este tema es que en las sociedades contemporáneas se presta una exagerada atención al cuerpo. Basta observar las piezas publicitarias que promocionan la más variada gama de productos para comprobar que en ese mundo ideal predominan las figuras jóvenes y flacas. A veces de manera sutil y otras no tanto, estos mensajes remarcan que la apariencia debe respetar esa regla no escrita que dice cómo deben ser las personas y que sanciona a todas aquellas que no se ajustan a ese modelo de “normalidad” estética que promueve la delgadez y el aspecto juvenil como ideales de belleza. Pero la realidad de millones de argentinos pasa por otro lado: según un estudio, el 70 por ciento de la población del país tiene dificultades para encontrar ropa de su talle, porque la mayoría de los comercios venden prendas de vestir que fueron diseñadas para unos pocos.

Por ese motivo, la activista y fundadora de la organización no gubernamental AnyBody Argentina, Sharon Haywood valoró la importancia de la aprobación de la ley nacional que tiene como objetivo lograr que se comercialice en todo el país prendas con medidas corporales más reales. Según una encuesta realizada por esa organización, cerca del 70 por ciento de los y las argentinas tienen serios inconvenientes a la hora de encontrar ropa de su talle. Por eso, la entidad propuso a los legisladores que la ley esté basada en un sistema antropométrico que esté en sintonía con la realidad de la población del país. En ese sentido, Haywood explicó que en todo el país la venta de ropa se rige con una tabla de seis talles, del 38 al 48, que no se corresponden con las medidas de los cuerpos de la gran mayoría de los argentinos, y que por eso plantea la necesidad de establecer medidas que reflejen la media de los argentinos para hacer ropa para un amplio rango y no seguir repitiendo medidas que se utilizan en Europa.

Si bien en el país ya existen 14 leyes de talles provinciales, se esperaba que una norma nacional permita unificar criterios para todo el país. El texto de la ley nacional establece la creación de un Sistema Unico Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti) con medidas estandarizadas y aclara que la norma alcanzará a la fabricación, confección, comercialización e importación de indumentaria para público mayor a los 12 años. Por otra parte, la ley obliga al Estado nacional a realizar un estudio antropométrico de la población del país cada diez años. Prevé, además, que el primer informe para determinar las medidas de los argentinos se lleve a cabo durante el primer año de vigencia de la norma, siendo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) el organismo que tendrá a cargo la realización del estudio antropométrico. En rigor, el instituto ya viene realizando ésta tarea en distintas provincias, con un equipo de escáner 3D que genera una imagen virtual del cuerpo y mide las proporciones del mismo.

Volviendo al texto de la ley, vale resaltar el párrafo donde señala que “los establecimientos comerciales de venta de indumentaria de moda y textiles deberán garantizar condiciones de atención y trato digno y equitativo a los consumidores” y que “deberán abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias”. Es de esperar, entonces, que este nuevo marco normativo permita que los talles respondan a las medidas de los cuerpos reales de los argentinos y no a imágenes ideales que se imponen a la sociedad.