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El consumo excesivo de alcohol tiene consecuencias negativas para la salud de las personas y el problema se vuelve más grave cuando el hábito de beber se incorpora en edades tempranas. Las campañas publicitarias de verano que promocionan las bebidas alcohólicas, especialmente las cervezas, con imágenes que asocian el producto con la juventud y los momentos de alegría, contribuyen a disminuir la percepción del riesgo entre los adolescentes.
No es casual que Argentina figure entre los países de América Latina que tienen los mayores índices de consumidores de bebidas alcohólicas, según la Organización Mundial de la Salud. Por otra parte, un reciente estudio realizado por el Observatorio de Adicciones y Consumo Problemático de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires reveló que la percepción que tienen los adolescentes respecto del consumo de estas bebidas en edades tempranas es baja: el 45,7 por ciento cree que el consumo de alcohol es menos peligroso, por ejemplo, que el consumo de drogas.
Según la Organización Mundial de la Salud el consumo desmedido de alcohol causa cada año 2,5 millones de muertes en todo el mundo, y una proporción considerable de ellas corresponde a personas jóvenes. El organismo internacional advierte, además, que el consumo de bebidas alcohólicas ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo de mala salud en el mundo, y que una gran variedad de problemas relacionados con el alcohol puede tener repercusiones graves en las personas y sus familias. La falta de una adecuada regulación de la publicidad de bebidas alcohólicas es uno de los factores que inciden en el consumo de los sectores más jóvenes de la población. Según el estudio de la Defensoría del Pueblo bonaerense, el 89 por ciento de los adolescentes consultados dijo haber iniciado su consumo de alcohol entre los 12 y los 15 años de edad; mientras que cerca de un 20 por ciento de los chicos dijo que tuvo su primera experiencia de consumo a los 12 años. Otros datos confirman la seriedad del problema: casi el 70 por ciento de los chicos de 12 a 14 años manifestaron haber consumido alcohol alguna vez, cifra que se eleva al 98 por ciento de los jóvenes que alcanzaron los 18 años.
Al consultar sobre la intensidad de consumo, el sondeo reveló que el 22,4 por ciento de los adolescentes dijo que puede llegar a beber cinco o más copas en una misma salida y el 17 por ciento más de cinco copas. Para los especialistas estos datos revelan que se está ante un problema serio, ya que se trata de altos consumos en un corto período de tiempo que pueden derivar en cuadros de intoxicaciones.
La gravedad de esta situación obliga a adoptar medidas para reducir los efectos perjudiciales del consumo excesivo de alcohol que, dicho sea de paso, en los más jóvenes puede tener consecuencias negativas en la salud, ya que puede derivar en enfermedades como la cirrosis hepática, además de provocar hipertensión arterial, afecciones cardíacas, gastritis y frecuentes trastornos de la memoria cuando se transita la etapa adulta.
Es necesario que se tome conciencia de los peligros que genera el hábito de beber alcohol en las edades en las que no se permite su consumo. En ese sentido, es necesario que se haga cumplir la ley que establece la prohibición de la venta de estas bebidas a los menores, ya que los efectos perjudiciales sobre la salud de los adolescentes y jóvenes son muchos más graves que en los adultos.
Los organismos del Estado, tanto del ámbito nacional, como provincial y municipal, con facultades de control, las empresas que comercializan bebidas alcohólicas, las agencias de publicidad que promueven estos productos, el sistema educativo y, por supuesto, la familia, deben asumir el compromiso de adoptar medidas para evitar la ingesta de alcohol en la adolescencia y para dejar en claro que entre los adultos el consumo debe darse en forma responsable.
Los daños que produce el alcohol en la salud de los más jóvenes son proporcionalmente más serios que los que puede provocar este tipo de bebidas en la etapa adulta. No caben dudas que esto es conocido por la mayoría de las personas; pero a pesar de ello, lamentablemente, se siguen viendo conductas de riesgo en relación al consumo.
