Editorial

Los senadores acompañan a Boudou hasta el cementerio pero no se entierran con él


Circulaba desde hace tiempo por los pasillos del Senado, que los legisladores oficialistas evitaban que el vicepresidente Amado Boudou fuera expulsado del cuerpo, como pretendía la oposición. Pero lo hacían obligados y sin voluntad, sólo por pedido de la presidenta. En realidad, no quieren al vice allí y, por obediencia debida, han tenido que agachar la cabeza cada vez que la oposición le enrostrado la sumatoria de procesamientos que tiene.

La situación se fue volviendo cada vez más incómoda, pero ante las razones políticas que esgrimía Cristina Kirchner de que no se podía entregar la cabeza de un funcionario de su rango, seguían tolerando.

Pero todo llegó a un límite cuando los senadores fueron citados a la Justicia, para certificar una coartada a la que recurrió Amado Boudou en la causa en la que se lo investiga por el delito de dádivas, por haber aceptado un viaje gratuito en un avión privado. Aquí, cada legislador jugó por sus cartones, porque verse ya involucrados en una causa con el vicepresidente es algo que a nadie puede exigírsele. 

El asunto es que el vicepresidente, que tiene respuesta para todo, sostuvo que la invitación fue para el senador que quisiera usar esos servicios y que él la aceptó. Sin embargo, varios legisladores, entre ellos por lo menos dos oficialistas, negaron ante la Justicia haber recibido el mismo ofrecimiento como parte de una estrategia promocional de la firma “Alas del Fin del Mundo”. Y es aquí donde la cuestión se pone difícil para Boudou.

Los senadores debieron dar las respuestas a un oficio que el fiscal Carlos Rívolo envió a fines de noviembre a los 72 miembros de la Cámara alta, preguntándoles si entre el 1° de junio y el 17 de diciembre de 2011 recibieron, por intermedio de la Secretaría Administrativa del Senado, “algún ofrecimiento efectuado por escrito” de la empresa de servicios aéreos “para visitar y/o inspeccionar sus aeronaves o realizar vuelos promocionales”.

Y las respuestas ya comenzaron a llegar al fiscal Rívolo y hasta el presidente del bloque oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto (Río Negro), negó en términos categóricos haber tomado conocimiento de algún tipo de ofrecimiento de la empresa. No fue el único, claro, también habrían respondido de manera negativa los oficialistas Aníbal Fernández, Pedro Guastavino, Rodolfo Urtubey y Beatriz Rojkés de Alperovich; los peronistas Carlos Menem y Carlos Reutemann y casi todos los miembros de la oposición en el mismo sentido. Con esto queda más claro aun que el no secundar a la oposición en el Senado en su pedido de apartamiento no era una posición desde la convicción sino por obligación.

Pichetto no se conformó con desmentir al vicepresidente sino que aclaró que “no es costumbre de la Secretaría Administrativa, ni durante la actual gestión ni a lo largo de gestiones anteriores, informar a los miembros de esta Cámara ofrecimiento de servicios de empresas privadas”.

Con esta aclaración de Pichetto, el fiscal hasta puede poner en duda la veracidad de la documentación aportada al expediente por Juan Zabaleta, secretario administrativo y operador político del vicepresidente. Se trataba de una nota de “Alas del Fin del Mundo” con sello de recepción en esa dependencia del Senado del 13 de diciembre de 2011, en la cual se invita a todos los senadores a “experimentar el confort” y “la excelencia” de los vuelos ofrecidos por la empresa radicada en Tierra del Fuego.

¿La nota fue inventada y armada por los operadores de Boudou cuando se destapó el conflicto?

No lo sabemos pero llamó la atención que no fue encontrada en el allanamiento que se realizó en la sede de “Alas del Fin del Mundo”, situada en el lobby del hotel Status de Río Grande, donde tiene su sede, y ninguno de los responsables de la empresa ni los pilotos del vuelo la mencionaron cuando declararon en la causa. Sin embargo, el escrito fue remitido al juzgado por el Senado en una fotocopia mediante un oficio firmado por el encargado del área jurídica de la Cámara alta .

Esa invitación fue el argumento al que apeló la defensa de Boudou para justificar ante el juez Luis Rodríguez el vuelo a Necochea, a título gratuito, que el vicepresidente realizó el 17 de diciembre de 2011, menos de una semana después de haber asumido el cargo, en una aeronave de “Alas del Fin del Mundo”.

Además, ese día Boudou también viajó gratis en un helicóptero de la firma Ecodyma, contratista de obra pública, desde el aeropuerto de Necochea hasta el Parque “Miguel Lillo”, donde participó de la inauguración de la temporada de verano.

En esta situación, el vicepresidente se encuentra cerca de una nueva indagatoria, ante el juez Luis Rodríguez, ya que Rívolo pidió que lo cite a declarar como sospechoso de cometer el delito de dádivas, habida cuenta que Boudou no pagó un centavo por esos vuelos. Pero el juez, antes de tomar una decisión, prefirió realizar nuevas medidas de prueba, como el oficio que debilitó la coartada del vicepresidente.

En la causa, “Alas del Fin del Mundo” argumentó que el vuelo en su Learjet 60 XR, matrícula LV-CRB, fue gratuito porque buscaban promocionar sus servicios para obtener contratos en el futuro. Ni haría falta que lo mencionaran, es obvio que si le ofrecen un viaje gratis a un funcionario es para obtener luego alguna ventaja. 

En el expediente declararon los pilotos Fabio Ariel Tripolatti y Federico Javier Vergara, quienes indicaron que Boudou fue acompañado por otros funcionarios. Ante la falta de precisiones, el juez quiere saber con qué funcionario del Senado hablaron para concretar el vuelo de Boudou, para lo cual pidió cruzar sus comunicaciones telefónicas. 

Fuentes de Tribunales sostienen que es probable que surjan contactos con Eduardo Romano, secretario privado de Boudou, o con su contador Roberto Aybar Domínguez.

 

Aunque con más dificultad cuando hay tantos intereses y poder de por medio, la verdad siempre aparece. O dicho de otro modo, la mentira tiene patas cortas. Por más que la presidenta quiera tapar el sol con las manos, la situación de Boudou es judicialmente desastrosa en todas las causas que tiene abiertas y donde está procesado y a los senadores ya no les puede pedir más sacrificios que los que han hecho hasta ahora, en términos políticos. Ya que en términos judiciales no están dispuestos a ir a la hoguera con el vicepresidente.


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