Editorial

Macri y Massa, a la espera de las definiciones del radicalismo


En poco más de una semana, en la localidad de Gualeguaychú, el radicalismo a nivel nacional tomará las decisiones definitivas respecto de su marco de alianzas de cara a las elecciones.

Es claro que Unen no tuvo el eco esperado en las encuestas y, por otra parte, algunos de sus sectores adherentes ya se han pasado a apoyar a otros candidatos, como es el caso de Lilita Carrió que competirá en las Paso con Mauricio Macri.

En la Convención Nacional de la UCR hay tres posturas bien definidas, y una cuarta que también podría expresarse. El sector del presidente del Comité Nacional, Ernesto Sanz, quiere una alianza de todo el radicalismo con Mauricio Macri. Mientras que el grupo de Julio Cobos se divide entre ir con fórmula propia con el socialismo de Hermes Binner o aliarse con Sergio Massa. El grupo de Leopoldo Moreau, la cuarta alternativa, ya se fue con el kirchnerismo.

A estas horas va tomando cuerpo que el radicalismo consagre un único candidato radical para competir en las Paso, es decir, a Julio Cobos o a Ernesto Sanz, para encarar los próximos cinco meses de campaña. La pretensión es que en esa previa a los comicios generales participen Macri y Massa, de modo de que quien gane sea el único que enfrente al candidato que defina el oficialismo y aglutine todo el voto opositor. En términos numéricos, esta sería la opción con más posibilidades de anular la continuidad del kirchnerismo.

Esta alternativa es impulsada por Gerardo Morales, que pertenece al grupo de los radicales que quieren una alianza con Massa. La idea no le gustó al principio a Sanz, que la consideró un intento por sacarlo de su candidatura sin llegar ni a presentarse. Pero luego, pensándolo mejor, tal vez confiado en que Morales no tenga los votos suficientes para imponer su postura en la convención, dejó pasar la propuesta para que se presente junto con las otras en la Convención.

Lo que no tiene en cuenta Morales es que, posiblemente, ni Macri ni Massa estén dispuestos a una Paso entre ellos sino que, como lo han expresado infinidad de veces, quieren una alianza con el radicalismo, para lo cual tienen aliados que defienden cada posibilidad aliancista. Lo que los candidatos macristas y massistas buscan es intercambiar listas con el radicalismo porque éste ofrece una territorialidad que ambos no tienen. A diferencia de sus estructuras, hay una “parroquia” ucerreísta en cada pueblo a lo largo y ancho del país. Por su parte los radicales saben que no puede ir solos o con el socialismo a la contienda electoral, porque las encuestas no les son favorables en este supuesto.

Para enojo de algunos, Cobos es el único candidato de Unen, junto con Hermes Binner, que figura en las encuestas, aunque muy por debajo de Massa, Macri y Scioli. Por eso, una interna entre Cobos y Sanz tiene resultado cantado. Y como los dos lo saben, en vez de ir a una Paso entre ellos, que luego en los comicios generales igual no tendría destino, prefieren acordar el marco de alianzas o ir a una Paso general, aunque esta no sería aceptada por los otros candidatos a presidentes del PRO y del Frente Renovador.

El candidato del radicalismo, para ir a esa supuesta Paso general, si se da, es otro problema. Sanz quiere evitar que el candidato radical se elija por las encuestas, como sugirió Morales, sino que lo resuelva la Convención.

El apuro de Morales responde a su propio juego dentro de la interna. Molesto con el avance de las negociaciones de Sanz con el PRO en el interior, que en algunos casos ya incluirían acuerdos para el armado de listas, se puso al frente de la campaña para sumar convencionales que apoyen la idea de que la reunión de Gualeguaychú nomine a un único candidato a presidente. Está convencido de que mientras la UCR siga haciendo campaña con dos precandidatos, el partido pierde fuerza y margen de maniobra para negociar las listas en las provincias con Macri y Massa, o ambos, según el distrito. Está particularmente molesto con Emilio Monzó, responsable de los armados provinciales de PRO, a quien acusa de acosar a radicales para que acepten sus condiciones.

Lo que sucede es que en varias provincias, incluida Mendoza, muchos radicales cierran filas con el PRO sin anuencia y sin pedir permiso al partido, porque a veces Massa en esa región no tiene candidatos fuertes, pero sí los tiene el oficialismo y si no se unen a Macri pueden perder el territorio.

Cobos, en tanto, apoya la idea de Morales, que, de prosperar, lo consagraría como única opción radical en el mapa opositor, pero no está seguro de poder influir totalmente en los resultados de la convención. Sólo puede esperar que las definiciones se ajusten a sus planes. Por eso concentra los esfuerzos en su campaña y en la provincia de Buenos Aires lo acompaña Ricardo Alfonsín.

Las definiciones que tome el radicalismo el 14 serán de importancia para la conformación definitiva del mapa político en las elecciones de octubre de este año. Tanto Macri como Massa monitorean los movimientos de la UCR y cuentan los porotos que cada uno tiene a su favor en la Convención Nacional.

Sólo hay que esperar pocos días. Y luego otro tanto para conocer al candidato oficialista, que sigue siendo un misterio.


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