Paro de docentes: cuando se toca a la educación no hay vencedores

Habida cuenta del extenso paro docente del año pasado, el gobernador Daniel Scioli no quiso verse en el mismo conflicto en este 2015 cargado de política electoralista. Y es así que comenzó las negociaciones en diciembre mismo para llegar airoso a marzo, incluso en un accionar inédito, de manera unilateral y sin negociaciones gremiales, otorgó un aumento durante enero, que se describe más abajo, en la secuencia de las conversaciones.

Ayer, cuando tras un breve cruce (comparativamente con años anteriores) de propuestas y contrapropuestas parecía que las diferencias estaban prácticamente encaminadas hacia un acuerdo, todo volvió a fojas cero porque los maestros enrolados en la FEB decidieron no empezar las clases el lunes y hacer un paro de 72 horas.

La oferta del Gobierno bonaerense, que lleva el salario inicial de un maestro de grado a 7.000 pesos, comenzó a ser aceptada por un amplio sector gremial docente y todo hacía  presuponer que el lunes comenzarán las clases de manera normal en todos los establecimientos. Pero había que esperar los análisis de los gremios y las decisiones de las asambleas sindicales para conocer si se aceptaba o no la propuesta. Ellos serían quienes leerían la “letra chica” de la oferta oficial.

No olvidemos que son 17.000 escuelas que tiene la provincia de Buenos Aires y son millones los alumnos que pierden días de clases cuando se presentan inconvenientes de este tipo, y es similar la cantidad de padres que se encuentran en serios problemas cuando ambos trabajan. Y no se trata, como han dicho algunos gremialistas “de que se sacan de encima a los chicos” sino que es un serio problema de ordenamiento familiar, con implicancias económicas también, que los extensos paros provocan.

Cuando se escuchan voces de dirigentes tras cada negociación hay que recordar que el espectro gremial docente no está unificado sino que son varias las organizaciones que representan a los maestros y, en consecuencia, hay diferentes posiciones.

Al fin la Unión de Docentes Argentinos (UDA), que es uno de los cinco sindicatos que integra el Frente Gremial Docente Bonaerense, aceptó la propuesta oficial. Tras un debate de varias horas en el sindicato, consideraron que 7.000 pesos iniciales compensaba la inflación padecida y terminaron votando a favor de la propuesta.

En las asambleas del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, el Suteba, más del 90 por ciento de los docentes aprobó la propuesta salarial, no sin antes reclamar mayores inversiones en infraestructura escolar.

Tomando el aumento globalmente, implica de un 36 a un 40 por ciento de aumento sobre el salario inicial. Después hay que poner sobre la mesa la antigüedad del docente que suma –en este punto hay discrepancia- y los descuentos de ley que restan.

Los maestros del Sindicato Argentino de Docentes Privados, el Sadop hoy tendrán una definición. En realidad este gremio es el que menos paros ha protagonizado en el pasado, de modo que lo más probable es que se sume al inicio de clases y acepte los aumentos propuestos.

Pero lo que rompió el molde fue la definición de la Federación de Educadores Bonaerenses, FEB, que tiene un núcleo importante de docentes en sus padrones, estimándose que en Pergamino son alrededor de 900 afiliados. Ayer anunció que rechazaba la propuesta y que organizaba un paro por 72 horas, a partir del lunes. Es decir que no comienzan las clases.

Por su parte, la Unión de Docentes de la Provincia de Buenos Aires, enfrentado con el resto de los gremios y que está por fuera del Frente Gremial Docente, que es liderada por el dirigente moyanista Miguel Angel Díaz, también rechazó la propuesta.

El gobernador Scioli este año quiso madrugar con las negociaciones docentes, para no comenzar el año electoral con las escuelas cerradas como en 2014, en que se vivió uno de los paros más extensos de docentes de las últimas décadas. 

Por eso, instruyó a sus ministros y funcionarios para que analicen la mejor propuesta salarial posible haciendo el máximo esfuerzo, con la intención de desactivar cualquier conflicto gremial que pueda perjudicar el normal inicio de las clases. Pero en parte la estrategia no resultó, porque en muchos establecimientos el lunes -si es que en las próximas horas no hay un entendimiento- se verá resentido el normal inicio del ciclo lectivo. 

También hay que hacer la lectura política de toda esta situación: Scioli, que se está jugando la posibilidad de ser presidente, no puede permitirse conflictos de esta naturaleza en este año electoral. Sin embargo desde un sector del gremialismo parecen no hacerle fácil el camino.

Por eso la Provincia inició más temprano que de costumbre con las negociaciones. En diciembre se acordó un aumento anticipado para enero y febrero de entre el 8 y 9,5 por ciento, como adelanto de lo que se negociaría finalmente al concluir la paritaria. Los docentes recibieron esta parte del aumento, pero luego rechazaron las dos propuestas salariales para 2015: la primera fijaba en 6.200 un sueldo de un maestro que recién se inicia en la carrera; la segunda, en 6.400, hasta que surgió la final con los 7.000 pesos iniciales, que era una de las reivindicaciones solicitadas. Este es el salario de un maestro de grado sin antigüedad desde marzo, que actualmente es de 5.400 pesos, y en agosto se blanquearán sumas no remunerativas y no bonificables. Este punto es importante porque a la hora de acogerse a la jubilación, logran cobrar de acuerdo a lo que ganaban en blanco. Además de beneficiar particularmente a los docentes con antigüedad también a los que cobran sumas extra por ruralidad o por dictar clases en condiciones desfavorables. Pero el planteo de los afiliados a la FEB es que esos 7.000 pesos al maestro que recién se inicia es prácticamente el mismo salario que un colega que tiene 10 ó 15 años de antigüedad, y por eso van al paro por 72 horas. Es decir, que se anunció la cifra “mágica” pero al desmenuzarse la propuesta, salta que la pirámide salarial fue achatada, perdiéndose la relación entre nuevos y experimentados docentes.

A nivel nacional, los gremios siguen lejos de cerrar un acuerdo. La última oferta del 22 por ciento más el pago de una suma extraordinaria no había convencido a los cinco sindicatos del sector, que representan a un millón de maestros, aproximadamente. Porque ese porcentual está muy alejado de la inflación y profesores que dependen de organismos nacionales han planteado que de ningún modo aceptarán ese incremento. Además la suma extraordinaria, como se sabe, es no remunerativa y no permanente.

Lo importante a esta altura es que el lunes, cuando debe iniciarse el ciclo lectivo 2015, se verán escuelas sin alumnos por la ausencia de maestros, al igual que el año anterior. Y más allá de que la cuestión sea salarial o política, cuando un derecho consagrado como la educación está en juego, no gana nadie.