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La Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (Sedronar) reveló en su último estudio publicado que el consumo de éxtasis entre jóvenes de 12 a 17 años aumentó un 200 por ciento en comparación con 2010. Así lo señala el trabajo que lleva por título “Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población General 2017”, que se basó en una encuesta realizada a 20.658 personas de entre 12 y 65 años de todo el país.
Se trata de un dato preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que expertos en la lucha contra las adicciones advierten que estas tendencias podrían favorecer una expansión de los mercados ilícitos. En ese sentido, debe recordarse que la circulación y el uso de drogas ilegales es uno de los problemas más serios que enfrentan los países de la región que padecen el flagelo del narcotráfico.
El especialista, Marcelo Bergman, autor del libro “Drogas, narcotráfico y poder en América Latina”, observa que miles de latinoamericanos mueren todos los años como víctimas de la escalada de violencia ligada al narcotráfico. Por eso es importante prestar una mayor atención a estas amenazas y, por supuesto, promover políticas activas para erradicar el consumo de sustancias problemáticas.
La investigación de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación mostró, además, que también aumentó del consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol en jóvenes de entre 12 y 17 años. Según el sondeo, el 50 por ciento de los menores encuestados había probado alcohol en el último mes, lo que representa un total de 82.453 niños y adolescentes. Por otra parte, el estudio detectó 2.299.598 nuevos consumidores de alcohol durante el año anterior, de los que 319.994 son preadolescentes y adolescentes. Sobre este tema, es necesario recordar, una vez más, que el consumo excesivo de alcohol tiene consecuencias muy serias para la salud de las personas, y además impacta en forma directa en la calidad de vida. A esto debe sumarse que también genera episodios de agresividad o depresión, provoca accidentes, aumenta el riesgo de contagio de infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados; y, como si todo esto fuera poco, también predispone al consumidor a sufrir enfermedades como la cirrosis hepática.
Retomando el estudio de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación, el trabajo de este organismo oficial señala que respecto del consumo de marihuana, se advirtió que, en comparación con 2010, se duplicó el porcentaje de niños y adolescentes que considera que “no es riesgoso fumar marihuana alguna vez”, número que representa 339.864 personas de 12 a 17 años. Pero el consumo problemático de drogas en menores excede a la marihuana, ya que si se compara con 2010, se triplicó el número de jóvenes que alguna vez consumió cocaína. La presencia del éxtasis, por su parte, aumentó en un 200 por ciento, mientras que su iniciación en el consumo, que antes era a los 16 años, hoy es a los 14 y medio. Otro dato que agrega el informe también es preocupante: el consumo de “alguna sustancia ilícita” se incrementó en niños y adolescentes un 146 por ciento.
A la hora de explicar las causas, se indica que en gran medida se debe a que preadolescentes y adolescentes tienen un fácil acceso a las drogas. Según el informe, más de la mitad de ellos manifestó que les sería sencillo conseguir cocaína en 24 horas, lo que representa a 862.456 personas.
Otro factor que influye en el consumo es el entorno al que está expuesto el joven. Cerca del 40%, equivalente a 630.479 de los niños y adolescentes de 12 a 17 años, declaró tener “dos o más amigos o familiares que se emborrachan con asiduidad” y más del 25% (398.924) manifestó tener “dos o más amigos que consumen drogas”.
El último Informe Mundial sobre Drogas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito plantea que la mayoría de los instrumentos que actualmente se utilizan para vigilar las cuestiones relacionadas con las drogas a nivel nacional e internacional no fueron diseñados para captar la nueva complejidad del mercado mundial de las drogas.
Debe prestarse atención a esta cuestión. El aumento del consumo de sustancias psicoactivas es un problema grave que debe abordarse tanto desde lo personal como con políticas públicas que promuevan la prevención, el tratamiento y el cuidado de los grupos más vulnerables que son víctimas de este flagelo.
Sería productivo levantar la mirada y afrontar las dificultades de una forma integral. Aparte de la respuesta obvia que es la intervención psicoterapéutica, desde lo personal los problemas pueden afrontarse con metodologías que resalten la singularidad del cuerpo y del ser; por ejemplo la meditación, el diálogo y el deporte nutren más el espíritu que una sobredosis. Varios estudios han demostrado que los atletas tienen una mayor tolerancia al dolor porque la actividad física trabaja con la química del cerebro ávido de sensaciones nuevas y de experimentación.
De igual forma los entes sociales deben redoblar esfuerzos y fortalecer planes de prevención que tengan en cuenta los mecanismos psicológicos y sociales que llevan a las personas a consumir drogas, ofreciéndoles alternativas que las alejan de ellas.
