Editorial

Prevenir y combatir el robo de identidad para evitar delitos


El robo de datos personales a través de engaños telefónicos es cada vez más frecuente en la Argentina. Pero no es el único método que utilizan los delincuentes para cometer estafas utilizando identidades de terceros. Algunas organizaciones no gubernamentales que luchan contra los delitos informáticos estiman que se producen más de 40 delitos de este tipo cada 24 horas, pero no todos son denunciados.

Según la Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen, la usurpación de identidad figura entre los cinco delitos más denunciados en el último año, junto con las amenazas, las extorsiones con imágenes de la víctima en situaciones de intimidad, calumnias y estafas. Vale aclarar que este listado está relacionado con aquellos delitos que se cometen a través de distintas plataformas disponibles en Internet, o bien mediante una simple llamada telefónica. Según los expertos, el vertiginoso avance de las tecnologías y el mayor uso por parte de la población de plataformas informáticas hizo que este tipo de delitos se multiplicara en el país. Uno de los casos más frecuentes es el de la estafa telefónica, que se produce cuando una persona recibe una llamada en su teléfono y, por medio de engaños, el que llama intenta obtener información valiosa de la posible víctima como datos personales, nombre de las personas del grupo familiar o datos financieros como números de tarjetas de créditos, obra social, Código Único de Identificación Tributaria (Cuit) o Código Único de Identificación Laboral (Cuil). También está el uso de datos personales de terceros que perdieron o sufrieron el robo de su Documento Nacional de Identidad. Para hacer frente a estos robos, en el año 2010 se creó el Registro de Documentos Cuestionados, dependiente de la Dirección Nacional de Datos Personales. Allí se recolectan las denuncias realizadas por robo, hurto o pérdida de DNI para proteger a los ciudadanos de los robos de identidad. Según informa el organismo, desde su creación hasta la fecha, ya se llevan registrados cerca de 104.000 documentos extraviados.

Debido al creciente número de casos, el Banco Central de la República Argentina hizo pública una serie de recomendaciones, como por ejemplo, no brindar datos personales a desconocidos por correo electrónico, teléfono, carta o redes sociales. La entidad aconseja, además, tomar recaudos personales a la hora de la utilización de las nuevas tecnologías, y parte de ello es tomar conciencia respecto del valor de nuestros datos. En ese sentido, observa que ponerlos a disposición online sin restricciones resultará peligroso y podrá resultar en un robo de identidad virtual.

También se aconseja utilizar sistemas de seguridad y claves de acceso seguro en las computadoras de uso frecuente y no compartirlas. No utilizar siempre la misma contraseña, cambiarla periódicamente, ya que las claves de acceso son la llave de entrada a nuestros datos personales, por lo que su confidencialidad y seguridad a la hora de confeccionarla serán de gran importancia para resguardar los datos personales.

Es importante que no se permita que los equipos de uso público recuerden contraseñas, ni nombres de usuario porque pueden ser utilizados por terceros. También es una buena práctica utilizar el teclado virtual y navegar por Internet con la opción “en privado” activada, si es que está disponible en el navegador. El usuario debe saber, además, que si ha sufrido el robo o pérdida de documentación de identidad, debe hacer la denuncia ante la sede policial más cercana. Por otra parte, ante si se ha sufrido el robo o pérdida de la tarjeta de crédito, se debe contactar de inmediato al banco emisor. De esta manera el banco podrá bloquear el uso de esa tarjeta en los sistemas de seguridad que tienen los bancos a fin de resguardar las cuentas y el dinero del usuario. Por último, y aunque pueda resultar obvio, es importante verificar la identidad de las personas con las que se establecen vínculos comerciales y profesionales.

Los estafadores suelen emplear técnicas de ingeniería social para que la víctima entregue su información personal sin darse cuenta. Generalmente inventan situaciones donde un familiar de la víctima supuestamente está en peligro o necesita ayuda urgente y el estafador se ofrece como intermediario para colaborar. La ingeniería social, en seguridad informática, es una práctica que permite obtener información confidencial a través de la manipulación de las personas. Es importante que la ciudadanía esté atenta a estas modalidades de engaños y estafas, para evitar ser víctimas de estos delitos.


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